Predecir un futuro evidente: cómo la princesa Margarita dio forma al horóscopo moderno

El mercado de “servicios místicos” comprende hoy una enorme industria que embolsa más de dos mil millones de dólares anuales. Casi podría decirse que nunca antes el horóscopo estuvo más presente, aunque a priori resulte una exageración: ¿Cómo vamos nosotros a hablar más de esto que las sociedades antiguas que lo inventaron?

No es casualidad que términos como carta astral, signo zodiacal o tarot hayan aumentado sus búsquedas en Google en los últimos meses, como explicaba María Zuil, precisamente como consecuencia de la pandemia. A medida que la humanidad sugiere avances en ciencia, tecnología, capacidades que estas ponen de relieve como nunca antes, muchas personas sienten cada vez más incertidumbre, especialmente la población joven, abocada a un futuro por lo pronto determinado por numerosos riesgos climáticos que la ponen al acecho, en un espacio entre la angustia, la rabia y la incomprensión misma, a decir, una apatía que les lanza al vacío como en una especie de nebulosa, como esas que recorrían el Internet de Tumblr hace diez años.

TE PUEDE INTERESAR

La astrología y el tarot vuelven de la mano del covid y el feminismo: "Necesitamos certezas"

María Zuil Laura Morales Ilustración: Irene de Pablo

El negocio ya estaba allí, entonces, y muchas empresas o empresarios lo sabían, no lo preveían, simplemente lo analizaban dato a dato: La mirada interna de las nuevas generaciones se estaba dirigiendo a lo inalcanzable del espacio, al sueño de los sueños, al más allá (en un sentido literal y figurativo, un más allá paralelo y un más allá pasado, devolver la mirada hacia atrás era ya la única forma posible de dar respuestas a las preguntas). Las redes sociales y las marcas comerciales no están dejando pasar este creciente interés, como ya afirmaba Zuil, y la estética astrológica viste temporadas de moda y filtros de Instagram, mientras los podcasts y cuentas de Twitter que te dicen tu horóscopo acumulan cada vez más seguidores. Pero al echar la vista atrás en asuntos del horóscopo nos topamos de lleno con la monarquía británica.

La cultura Pop de la princesa Margaret

Entre el sentimiento compartido hacia la astrología que se ha acelerado en los últimos años y aquel que surgió hace siglos entre quienes más tarde fueron condenadas y condenados como brujas y herejes, alguien en algún momento de la historia que se fue sucediendo destapó el debate, literalmente, de entre las cenizas. ¿Quién podría ser? Ni más ni menos que la princesa Margaret de Inglaterra.

En la actualidad, solo en dicho país, cinco de los 10 periódicos más populares publican columnas regulares de horóscopos. Además, hay una enorme variedad de sitios web de astrología en línea que ofrecen horóscopos diarios, personalizados, adaptados al nervio colectivo, esa ansia por sentirnos seguras que las personas no dejamos de desarrollar con cada nuevo desarrollo. Desde cualquier dispositivo, a cualquier hora, de cualquier forma posible. ¿Qué puede tener que ver con todo esto una princesa?

Resulta que el legado de la cultura pop de Margaret comenzó, literalmente, cuando nació. Rodeada de la fábula materializada, real, nunca mejor dicho, la princesa no solo provocó un sinfín de bulos sensacionalistas, sino que también encarnó ese molde del todo y la nada. ¿Qué sería de ella, que lo tenía todo? Con esta pregunta comenzaba el horóscopo moderno.

Poco más que una infancia

Zoe Randolph explica en 'Mental Floss' que la hermana menor de la reina Isabel II suministró a las columnas de chismes de Gran Bretaña y más allá “un flujo casi interminable de material”. Su imagen, por supuesto, estaba destinada a hacerlo desde antes de nacer, y tal vez fue esta misma convicción social la que derivó en el interés más allá de la cuestión de la prensa rosa. Margaret nacería como la cuarta nieta, otra más, del rey Jorge V; y tras nacer, poco más que la infancia. A nadie le interesaba una niña, porque una niña no podía generar debate… ¿O sí?

Desde su moda elegante y peinados altísimos hasta el rumor de un romance con Picasso, Margaret ocupó cientos y cientos de páginas de prensa, pero hasta llegar a entonces todos se adelantaron a ello, a su propia vida, buscando marcas en su camino para entenderla como adulta desde pequeña. Gordon encontró una solución inteligente: cubriría el futuro de la princesa en lugar de su presente.

Empezaba una nueva década del siglo XX, los años treinta, y John Gordan, editor en aquel momento del 'Sunday Express', no tenía la más mínima intención de renovar la astrología que el diario venía ofreciendo desde su fundación el siglo anterior al público lector. Sin embargo, el nacimiento de la princesa le hizo cambiar de opinión. Todo lo que quería Gordan en agosto de 1930 era encontrar un nuevo ángulo desde el que la cobertura de otro nacimiento real resultara rentable, jugosa, quizás interesante.

El renacer de una práctica ancestral

Sobre ello escribía también la periodista Hayley Maitland en 'Vogue' hace un año: "Si bien la astrología, por supuesto, se ha estudiado durante milenios, es la llegada de Margaret lo que desencadenó el renacimiento general de la antigua práctica". Lo que ocurrió en las oficinas de aquel periódico es que la astrología se tornó eficaz a las masas. Gordon llamó a un famoso astrólogo y le pidió que hiciera una predicción sobre lo que podría depararle la vida a la pequeña Margaret, una idea hasta entonces inusual, “pero no necesariamente desconocida”, como afirma Randolph. Finalmente, fue el asistente de este, RH Naylor, quien se ofreció a intervenir en lo que ya veían como un proyecto con futuro, nunca mejor dicho.

"En cuestión de años, todos periódicos parecían haber encargado a un astrólogo que compartiera sus predicciones"

Desde la fascinación por la vida de lujos de una niña estaba a punto de surgir el horóscopo moderno. Como aún se hacía imposible personalizar al detalle cada predicción para cada lector y lectora, recurrieron a una antigua innovación: los signos del zodiaco. Al agrupar a todos los nacidos, por ejemplo, entre mediados de julio y mediados de agosto como Leos, Naylor podría aplicar un único pronóstico a todos ellos. Ahora, solo 12 predicciones cada semana eran suficientes para cubrir la totalidad de los lectores del periódico.

Era más rápido, más fácil y más común a una sociedad que ya se enfocaba con la vista puesta en las grandes urbes y las grandes masas. "En cuestión de años, todos los demás periódicos de 'Fleet Street' parecían haber encargado a un astrólogo que compartiera sus predicciones para los días, semanas y meses venideros en función de los 'movimientos de los cielos'".

Comenzaba un negocio para las masas

Su primer artículo sobre la princesa no decía nada que no encajara en el mundo de la realeza, en lo que se esperaba que fuera un auténtico cuento de hadas. En aquel texto se decía poco más que Margaret llevaría una "vida llena de acontecimientos". ¿Cenas, galas, bailes, viajes? Un poco de todo. Aun así, fue todo un éxito, y los lectores no tardaron en solicitar predicciones adicionales más allá de la monarquía.

Dicho y hecho. El auge de tantear la incertidumbre llevó a Naylor a hacerse con un contrato para escribir una columna semanal denominada "Your Stars", a través de la cual Gordon pretendía llevar la emoción de los pronósticos basados en la fecha de nacimiento a la ciudadanía expectante por saber si habría un ápice de lujo en sus vidas muy lejos de palacios. "Es gracias a Naylor que hemos llegado a saber de inmediato lo que el signo solar de alguien suele decir sobre ellos. Y así fue como la princesa Margarita se convirtió en Leo", dice al respecto la periodista y editora del 'Oprah Daily'.

La nueva columna adoptó un enfoque tradicional, ofreciendo información solo a aquellos cuyos cumpleaños caían dentro de la semana concreta en que se publicaba. En ese momento, hacer predicciones astrológicas aún era un asunto de negocio individualizado, con minuciosas referencias a las ubicaciones de los objetos celestes en el momento del nacimiento de alguien. Pero ambos sabían que podían vender más periódicos si los lectores tenían motivos para participar más de una vez al año.