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La paradoja de Wu Wei: cuando hacer menos sirve para conseguir más cosas
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La paradoja de Wu Wei: cuando hacer menos sirve para conseguir más cosas

Es un término chino del taoísmo que explica que la forma más adecuada de enfrentarse a una situación es no forzar, para que todo fluya y funcione mejor

Foto: Fuente: iStock.
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Sucede muchas veces en la vida: nos esforzamos al máximo por conseguir nuestros propósitos y, al final, estos se convierten en simples quimeras. No alcanzamos nuestras metas ni hay un cartel al final de la película que indica que vivimos felices y se cumplieron todos nuestros sueños. Y, paradójicamente, otras personas que parecen no esforzarse tanto consiguen todo lo que a nosotros tanto nos cuesta lograr. El cuento de la cigarra y la hormiga pero al revés.

Quizá hay que desaprender las parábolas y los cuentos, quizá la vida es un poco más compleja. Sea como fuere, hay una paradoja para todo esto: la paradoja del Wu-Wei. Es un término de origen chino (como no podía ser de otra manera) que describe un importante aspecto de la filosofía taoísta: la forma más adecuada de enfrentarse a una situación es no forzar. Eso sí, es importante contextualizar porque no es lo mismo no actuar que no hacer nada. Por ejemplo, las plantas crecen, pero lo hacen sin esfuerzo. Es algo así como una forma natural de hacer las cosas sin forzarlas con artificios, para que no se desvirtúen.

No es lo mismo no actuar que no hacer nada. Por ejemplo, las plantas crecen, pero lo hacen sin esfuerzo

De hecho, la manera tradicional china de entender el gobierno, que bebía del confucionismo, se basaba en el Wu-Wei: "un soberano sabio solo tiene que sentarse en el lugar adecuado, practicando la virtud, y su país de esta manera estará bien gobernado".

En la actualidad podemos pensar que no esforzarse muchísimo para ganar a toda costa puede generar más éxito. Una mentalidad Wu-Wei implica dejar ir y no pensar demasiado; este estado mental (también conocido como Mushin) facilita experiencias de estado de flujo y una sensación de ausencia de esfuerzo, lo que abre la puerta al máximo rendimiento.

Foto: Método Kakebo, el sistema centenario japonés para ahorra en casa. (Pexels/Cottonbro)

La psicología detrás del Wu-Wei se ha estudiado, especialmente en lo relacionado con los atletas de élite y el esfuerzo, y algunos como el coreano Ying Hwa Kee se han aventurado a señalar que "se puede interpretar que puede haber una mayor probabilidad de que uno deje fluir la acción cuando las habilidades se adquieren a través del aprendizaje implícito".

Una situación estresante puede hacer que el individuo regrese al proceso cognitivo con mayor facilidad. Es decir, pensar demasiado, hacer que las acciones no fluyan libremente

"Por el contrario, cuando las habilidades se aprenden a través de un procesamiento cognitivo excesivo, una situación estresante puede hacer que el individuo regrese al proceso cognitivo con mayor facilidad (es decir, pensar demasiado, hacer que las acciones no fluyan libremente)", según informa un reciente artículo publicado en 'Psychology Today'.

¿Podría ser una explicación? Si en un mundo como el actual, estresante de por sí, podemos sentir frustración al no conseguir las cosas, es cierto que una filosofía similar (la llamemos Wu-Wei o de otra manera) podría ser una manera efectiva de enfrentarse a nuestras tareas. No se trata de no hacer las cosas, sino de realizarlas con habilidad y eficiencia, pero sin dejarnos llevar por el estrés de no conseguirlo. ¿Cuántas veces te salió mal un examen que habías estudiado mucho porque estabas demasiado nervioso y querías que todo saliera perfecto?

Zhuangzi hablaba de armonía para alejar el sufrimiento. A veces hay que dejar las cosas al azar, la no intervención, aunque nuestra mentalidad occidental parezca luchar contra todo lo que no podemos controlar. Cuanto más queremos controlar las cosas es más probable que no logremos que todo sea perfecto y acabemos frustrándonos. Quizá dejarse arrastrar por la corriente no es tan malo si así, paradójicamente, todo parece estar bajo control.

Sucede muchas veces en la vida: nos esforzamos al máximo por conseguir nuestros propósitos y, al final, estos se convierten en simples quimeras. No alcanzamos nuestras metas ni hay un cartel al final de la película que indica que vivimos felices y se cumplieron todos nuestros sueños. Y, paradójicamente, otras personas que parecen no esforzarse tanto consiguen todo lo que a nosotros tanto nos cuesta lograr. El cuento de la cigarra y la hormiga pero al revés.

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