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Por qué más vale ser pacientes y no apresurarse para tener mejores ideas
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LA "ILUSIÓN DEL ACANTILADO CREATIVO"

Por qué más vale ser pacientes y no apresurarse para tener mejores ideas

Aunque parezca que las mejores ocurrencias, inventos y proyectos surgieron en un momento muy conciso e inspirado, dar con algo verdaderamente bueno lleva su tiempo

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La inspiración es muy caprichosa. A veces aparece cuando menos te lo esperas, pero al final todo se basa en trabajo y sacrificio. Es cierto que las ideas más brillantes pueden emerger en cualquier momento, y más vale tener a mano un papel y un bolígrafo para que no se te olviden. Tanto si desempeñas un trabajo creativo como si estás tratando de dar un impulso a tu empresa, la intuición se valora a veces mucho más que la deducción más matemática. De ahí que métodos como el 'brainstorming' o lluvia de ideas sean tan populares para dar forma a un proyecto. Pero a la hora de la verdad, más vale armarte de paciencia y ser prudente, pues el éxito no depende de un salto al vacío que de repente sale bien, sino de constancia y trabajo.

Algunas de las mejores canciones de la historia se escribieron en un breve instante de inspiración. Por ejemplo, la mítica '(I Can't Get No) Satisfaction' de los Rolling Stones, cuyo 'riff' de guitarra surgió de forma espontánea en las manos de Keith Richards. Pero detrás de esta canción había muchos meses de ensayo y práctica detrás, aprendiendo a tocar la guitarra a partir los maestros del blues. Es por ello que una idea genial no saldrá de la mente por ciencia infusa, sino después de haberle dado muchas vueltas y haber trabajado en serio.

Las soluciones más obvias estarán al alcance de la mano, mientras que las más brillantes solo llegarán después de mucho pensar y cavilar

Una de las teorías más curiosas al respecto es la de Brian Lucas, profesor de la Universidad de Cornell, quien elaboró la hipótesis de la 'lusión del acantilado creativo', la cual viene a argumentar que las mejores ideas solo vienen cuando alguien las espera y no las busca de forma desesperada. Según él, tan solo nos debemos nutrir de paciencia y perseverancia para encontrar soluciones innovadores a distintos problemas, desde los más cotidianos a los más decisivos para nuestra carrera personal o profesional.

El "principio de accesibilidad"

La idea de Lucas se basa en lo que él llama un "principio de accesibilidad". ¿En qué consiste esto? Básicamente en que las soluciones más obvias estarán al alcance de la mano, mientras que las más brillantes o que se alejan de lo ordinario solo llegarán después de mucho pensar y cavilar. Al final, una idea simple puede surgir en cualquier momento, mientras que las más complejas solo se desarrollarán de forma lenta a raíz del esfuerzo mental que necesitarás para darla a luz.

"Lo primero en lo que piensas es probablemente aquello en lo que todos los demás también están pensando"

Cuando pensamos en un trabajo creativo, por ejemplo, siempre creemos que el artista, escritor o fotógrafo anda perdido entre musas. Pero en realidad, como solo vemos el resultado de esa idea magistral que le vino a la mente para dar luz a su obra, somos incapaces de asistir al lento proceso que le llevó hasta ahí. Es decir, antes de llegar y plasmar intuitivamente esa idea que da sentido a todo lo demás, hubo muchos meses de práctica, de ensayo de prueba y error, y sobre todo de esfuerzo y sacrificio. Porque los oficios creativos también tienen su parte metódica y funcional, sin la cual no podrían abordar ni ejecutar esa obra que parece fruto de la más pura inspiración, pues no sabrían cómo desarrollarla ni darle un contenido.

"El principio básico de accesibilidad consiste en que lo primero que piensas es probablemente aquello en lo que todos los demás también están pensando, lo que quiere decir que tu planteamiento no es novedoso", asegura Lucas en unas declaraciones recogidas por la 'BBC'. "Entonces, tienes que superar todas esas ideas para llegar a cosas que resulten ser un poco más únicas".

Una lluvia de ideas agotadas

Lucas puso a prueba su teoría con una serie de experimentos. En el primero, pidió a los participantes que crearan una estrategia para conseguir aumentar las donaciones a una organización benéfica local. Antes de abordarlo, les preguntó si se consideraban poco o muy creativos. Como te imaginarás, la suposición de los sujetos resultó ser mucho más desacertada que su habilidad real de cara a desarrollar la estrategia. Además, la mayoría de los participantes pensaron que su creatividad disminuiría rápidamente cuando estuvieran en mitad del proceso, cuando en realidad el equipo de jueces del estudio halló que la calidad y utilidad de sus ideas aumentaron a medida que la prueba iba avanzando.

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En otro experimento, Lucas si la suposición de que el agotamiento mental de los participantes les llevaba a abandonar una 'brainstorming' al pensar que ya no se les podían ocurrir mejores ideas. Para probarlo, les pidió que calificaran una serie de afirmaciones en una escala del 1 al 7: si creían que las ideas más brillantes suelen aparecer primero o si por el contrario aparecían después de un largo tiempo. Luego, se les sometió a un proceso de lluvia de ideas. El resultado fue que aquellos que puntuaron más alto las afirmaciones, dedicaban un menor tiempo a la tarea y peor era la calidad de sus ideas. "Normalmente, las ideas más brillantes requirieron un mayor número de iteraciones y más recursos de lo que podían esperar en un inicio", concluyó el investigador.

Como conclusión, Lucas defiende que lo más difícil en todo el proceso creativo de gestación de ideas no es dar con la idea en sí, sino saber tolerar la frustración de su ausencia. Y eso solo se consigue mediante la perseverancia. En nuestra vida cotidiana, son muchas las ocasiones en las que nos sentimos atascados y con falta de perspectiva. Es más, parece que cuanto más vuelta le damos a un problema o a un asunto, más lejos se atisba su resolución. Pero si eres capaz de mantenerte firme y no rendirte a la primera de cambio o cuando crees que ya no se te puede ocurrir nada más, más pronto que tarde aparecerá aquello que llevabas tanto tiempo buscando y que eras incapaz de imaginar.

La inspiración es muy caprichosa. A veces aparece cuando menos te lo esperas, pero al final todo se basa en trabajo y sacrificio. Es cierto que las ideas más brillantes pueden emerger en cualquier momento, y más vale tener a mano un papel y un bolígrafo para que no se te olviden. Tanto si desempeñas un trabajo creativo como si estás tratando de dar un impulso a tu empresa, la intuición se valora a veces mucho más que la deducción más matemática. De ahí que métodos como el 'brainstorming' o lluvia de ideas sean tan populares para dar forma a un proyecto. Pero a la hora de la verdad, más vale armarte de paciencia y ser prudente, pues el éxito no depende de un salto al vacío que de repente sale bien, sino de constancia y trabajo.

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