Un perro hereda cuatro millones y su cuidadora no sabe en qué gastarlos

Si le preguntan a cualquier persona qué haría si, de repente, recibiera 4 millones de euros de herencia, seguramente que le asaltarían decenas de ideas después del sofocón inicial que provocaría la noticia. Pero, ¿y si esa sorpresa no fuera para una persona, sino para un perro? Eso es exactamente lo que ha sucedido en la ciudad de Nashville, en Estados Unidos.

Allí vive Lulu, una preciosa Border Collie de 8 años de edad que ha pasado toda su vida feliz junto a su dueño, Bill Dorris. Pero el destino ha querido que Bill falleciera a finales del pasado año a los 84 años de edad y Lulu se quedara al cuidado de Martha Burton, su vecina y la persona encargada de cuidar del animal cuando su dueño no podía atenderlo.

La sorpresa ha surgido cuando se ha conocido el testamento de Bill Dorris. El hombre había sido un empresario de éxito y acumuló una pequeña fortuna a lo largo de su vida. Sin embargo, nunca se casó ni tuvo familia, por lo que a la hora de hacer testamento, decidió que parte de su dinero fuera a parar al amor de su vida: su perra Lulu.

4 millones de euros

Al igual que hacía cuando el dueño del perro se lo pedía, Martha Burthon se encarga de cuidar ahora de Lulu. Tal y como ha explicado a News Channel 5, "es una perra muy buena. Su dueño Bill la quería mucho y siempre me la dejaba a mí cuando no podía cuidarla por alguna razón". Ahora no tendrá que preocuparse por lo que cuesta el pienso de esta preciosa mascota.

Los amigos del fallecido aseguran que tenía un auténtico imperio económico

El testamento dice textualmente que "5 millones de dólares (unos 4 millones de euros) serán transferidos a un fideicomiso que se formará tras mi muerte para el cuidado de mi Border Collie Lulu. Este fideicomiso es para satisfacer todas las necesidades de Lulu. El perro permanecerá en posesión de Martha Burton". Pero, ¿cuánto dinero tenía Bill Dorris? Sus amigos aseguran que había creado un auténtico imperio económico de millones de dólares.

Ahora, un tesorero se encargará de fiscalizar el fideicomiso y entregará a Martha todo el dinero necesario para pagar los gastos de Lulu, aunque especifica "gastos mensuales razonables". Tiene claro que no se comprará un comedero de oro ni nada parecido, pero seguro que le sobrará dinero para alimentar y cuidar de Lulu hasta el día en el que decida reencontrarse con su querido Bill en su próxima vida.