Así lucharon en los colegios hace 100 años contra una enfermedad muy infecciosa

El coronavirus ha puesto patas arriba el mundo tal y como lo conocíamos hasta ahora. Las mascarillas se han generalizado, la distancia de seguridad ha sustituido a los besos y abrazos con los que nos saludábamos y el lavado de manos se ha instaurado como una fórmula para evitar la propagación del covid-19 entre la población. ¿Y los colegios?

La vuelta al cole es caótica en todo el mundo y los casos de positivos se repiten en decenas de colegios e institutos. Este coronavirus es una enfermedad del siglo XXI con respuestas del siglo XXI pero, hace más de cien años, los responsables escolares ya tuvieron que lidiar con una enfermedad muy infecciosa y contra la que no había vacuna: la tuberculosis.

Esa enfermedad mató a una de cada siete personas en Europa y América a finales del siglo XIX, según datos del Centro para el Control de Enfermedades de Estados Unidos. Sin embargo, la vacuna no llegó hasta 1921, por lo que durante dos décadas hubo que convivir con ella y tratar de que infectara al menor número posible de personas. Pero, ¿cómo lo hicieron?

Escuelas al aire libre

Alemania y Bélgica fueron los primeros países que pusieron en marcha las "escuelas al aire libre" en 1904 y, tres años más tarde, la iniciativa se exportó a Estados Unidos. Se trataba de sacar a los alumnos de las aulas y, con pizarras y escritorios portátiles, dar clase en espacios abiertos como patios o jardines. La observación directa de la naturaleza sustituyó, en muchos casos, a los libros de texto.

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El investigador brasileño André Balben ha explicado a la BBC que "la tuberculosis era una gran preocupación, junto con otras enfermedades infantiles, como la anemia y la desnutrición. En general, las escuelas atendían a los niños de familias pobres, lo que muestra una tendencia hacia la higiene, ya que se pensaba que sus organismos eran más enfermos".

El objetivo, según Balben, era sacar a los niños de lugares insalubres y que tuvieran contacto con la naturaleza para fortalecer su sistema inmunológico. Ahora, muchos se preguntan si ese sería el camino para luchar contra el covid-19 y una ONG brasileña ha preparado un documento que incorpora algunas sugerencias para usar los espacios públicos a la hora de reanudar las clases presenciales.

La tuberculosis mató a una de cada siete personas a finales del siglo XIX, pero tuvieron que esperar más de 20 años para tener una vacuna

Entre las ideas se habla de crear salas temporales en plazas y parques para los más pequeños, una manera de liberar espacio en las escuelas para los alumnos más mayores. Una solución interesante y más en un país como Brasil, donde más de la mitad de los colegios no tienen áreas de juego ni zonas verdes.

En otros lugares del mundo ya se han puesto en marcha iniciativas en este sentido. En Estados Unidos, la organización Green Schoolyards (escuelas verdes) ha ofrecido distintas estrategias para sacar a los alumnos de las aulas. En India, un colegio de la región de Cachemira se ha llevado a los escolares al monte en plena Cordillera del Himalaya y dan clases al aire libre, aunque llueva. Nuevas fórmulas de luchar contra un enemigo invisible: el covid-19.