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Nikola Tesla o Thomas Alva Edison: ¿quién fue el mejor de los dos?
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"LA GUERRA DE LAS CORRIENTES"

Nikola Tesla o Thomas Alva Edison: ¿quién fue el mejor de los dos?

El mundo no sería igual si ninguno de los dos hubiera existido. Hoy ponemos a los dos grandes genios de finales del siglo XIX a prueba a partir de la opinión de diversos expertos

Foto: Edison y Tesla, dos grandes pioneros. (Wikipedia)
Edison y Tesla, dos grandes pioneros. (Wikipedia)

En el mundo de los inventores, si hay dos nombres que resuenan en el inconsciente de personas que incluso no tienen la menor idea de ciencia, esos son Nikola Tesla y Thomas Alva Edison. El Barcelona-Real Madrid de la electricidad, corriente alterna versus corriente continua, los dos grandes motores de la Segunda Revolución Industrial. Ambos protagonizaron la llamada “guerra de las corrientes” en la década de 1880 por hacerse con el negocio de la energía que alimentaría al mundo en los años posteriores y hasta nuestros días: Edison, presidente de su propia compañía, y Tesla, quien estaba financiado por George Westinghouse, un poderoso empresario del sector del ferrocarril.

Tesla estuvo decidido a superar a su maestro. Su oportunidad llegó en la Exposición Mundial Colombina de Chicago de 1893, cuando exhibió sus generadores y motores de corriente alterna, venciendo por goleada a la electricidad de la Compañía Edison, de corriente continua. Desde entonces, se ha hablado mucho de ambos y publicado grandes reseñas y biografías. Hoy analizamos varios aspectos de sus personalidades y hazañas científicas a partir de un interesante artículo que ha publicado ‘Live Science’.

Tal era su desidia que, de no haber contraído matrimonio con una mujer de sobresaliente inteligencia, habría muerto hace muchos años

Tesla poseía una memoria eidética, es decir, tenía una gran capacidad para recordar con mucha precisión imágenes y objetos. Esto le permitió visualizar futuros inventos que luego desarrollaría a través de prototipos utilizando apenas unos pocos bocetos. “Realmente usó su imaginación para resolver inventos”, asegura Bernard Carlson autor de una biografía sobre el genio, publicada en 2013. En contraste, Edison sentía pasión por el dibujo y se lo tomaba muy en serio. “Si fueras a su laboratorio y lo vieras trabajando, descubrirías que tenía todo en el banquillo: cables y bobinas, y varias partes de inventos”.

“Tal era su desidia que, de no haber contraído matrimonio con una mujer de sobresaliente inteligencia, que puso todo su empeño en sacarlo a flote, habría muerto hace muchos años”. Esta es la contundente opinión que Tesla tenía de Edison, criticando su forma de vida desairada y caótica, recogida en el libro ‘Nikola Tesla: El genio al que robaron la luz’ de Margaret Cheney. Por su parte, el interpelado le respondió: “Tesla es un sujeto que siempre está a punto de hacer algo”, con cierta ironía a la hora de criticar el carácter del inventor.

El más revolucionario

Edison es conocido por haber sido el inventor de la bombilla, el fonógrafo (que luego avanzaría hasta convertirse en el teléfono) y de las imágenes en movimiento (que daría lugar a lo que conocemos por cine). Sin duda, estas tres creaciones revolucionaron muchísimo el mundo de las comunicaciones, la única pega es que había muchas personas que se encontraban trabajando en estos prototipos y Edison simplemente fue aquel que por fin los concretó. Esta es la opinión de Leonard DeGraaf, documentalista del Thomas Edison National Historical Park en Nueva Jersey y autor de una biografía sobre el genio.

Todo nuestro sistema de comunicación de masas se basa en el sistema que diseñó Tesla

“Si Edison no hubiera inventado estos objetos, cualquier otra persona lo habría hecho”, afirma DeGraaf. Con poca visión de futuro, rechazó la idea “poco práctica” de Tesla de crear un sistema de transmisión de energía eléctrica de corriente alterna, y en su lugar fomentó el de la corriente continua, mucho más simple, pero menos eficiente a efectos prácticos. En cambio, Tesla poseía unas ideas que eran mucho más disruptivas y que apenas tenían una aplicación comercial en aquella época. Pero gracias al motor de corriente alterna que diseñó para la planta hidroeléctrica de las Cataratas del Niágara, empezó a popularizarse y a ganar adeptos a este tipo de energía alternativa a la de Edison.

Tesla también arrebató a Edison y perfeccionó las ideas sobre la tecnología que estaba llamada a permitir la telepatía entre seres humanos y que daría lugar años más tarde a la radio o al teléfono. “Todo nuestro sistema de comunicación de masas se basa en el sistema que diseñó Tesla”, asegura Marc Seifer, autor de ‘Wizard: The Life and Times of Nikola Tesla’, en ‘Live Science’. Desafortunadamente, a diferencia de su rival, no gozaba de un fuerte respaldo empresarial que sufragara los gastos de sus trabajos, de ahí que su mayor valedor, J. P. Morgan, dejara de financiarle tras años de fracaso.

El que más huella dejó

“El legado más claro que Edison dejó al mundo fue sus fábricas de inventos, que dividieron el proceso en pequeñas tareas realizadas por legiones de trabajadores”, comenta DeGraaf. “Por ejemplo, tuvo la idea de crear una cámara que recogiera imágenes en movimiento, ¿qué hizo? Dejó la mayor parte del trabajo de experimentación y creación de los prototipos a sus asistentes”. De esta forma, consiguió tener múltiples patentes e invenciones desarrollándose en paralelo. “Él inventó la innovación moderna tal y como la conocemos”, asegura el biógrafo.

Foto: Si querías trabajar con Thomas Edison tenías que pasar su particular entrevista. (Wikimedia Commons)

Por su parte, los inventos de Tesla son a día de hoy la columna vertebral de los sistemas de comunicación modernos. La mala noticia es que a lo largo del siglo XX muchos de ellos se perdieron en el transcurso de la historia. La vida del genio tampoco terminó bien, muriendo en la más pura indigencia en 1943. Podemos concluir entonces que en cuanto a legado económico y científico, Edison ganó a Tesla.

¿Y en personalidad?

En el apogeo de su carrera, Tesla era carismático, cosmopolita, urbano e ingenioso. Tenía grandes dotes sociales y se codeaba con los literatos más notable de la época, como Mark Twain y Rudyard Kipling. Pero también era muy arrogante y un maniático de la higiene. A medida que fue entrando en años, comenzó a desarrollar manías de lo más obsesivas, como por ejemplo, cogerle miedo a los pendientes de las mujeres. Esto le llevó a la ruina, despreciando la compañía y volviéndose hosco y huraño. Así, murió solo y sin dinero en un hotel de la ciudad de Nueva York. Edison, por su parte, era tímido y reservado, además de que estaba un poco sordo. Su forma de ser era mucho más oscura que la de Tesla, llegando a aportar consejos sobre cómo construir la primera silla eléctrica a partir de la corriente continua. No era una persona con un estado de ánimo muy agradable.

En el mundo de los inventores, si hay dos nombres que resuenan en el inconsciente de personas que incluso no tienen la menor idea de ciencia, esos son Nikola Tesla y Thomas Alva Edison. El Barcelona-Real Madrid de la electricidad, corriente alterna versus corriente continua, los dos grandes motores de la Segunda Revolución Industrial. Ambos protagonizaron la llamada “guerra de las corrientes” en la década de 1880 por hacerse con el negocio de la energía que alimentaría al mundo en los años posteriores y hasta nuestros días: Edison, presidente de su propia compañía, y Tesla, quien estaba financiado por George Westinghouse, un poderoso empresario del sector del ferrocarril.

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