¿Cómo limpiar sartenes y ollas de acero inoxidable? Los mejores trucos caseros

Sheffield, en Reino Unido, ha pasado a la historia por ser la “Ciudad del Acero”, el lugar donde se inventó está aleación de metal: al hierro y al carbono se le sumaba un mínimo de 10,5% de cromo. Así, se conseguía que fuera más resistente a la oxidación y a la corrosión. En teoría, buscaban hacer cañones más eficaces, pero lograron un invento que revolucionó para siempre la cocina.

El acero inoxidable resiste los cambios bruscos de temperatura y no afecta al sabor de la comida. Pronto se convirtió en el material preferido para fabricar electrodomésticos, campanas extractoras, horno, mobiliario de cocina… Sin embargo, se mancha enseguida. Las huellas dactilares y las gotas de agua se fijan con facilidad en su superficie. La buena noticia es que, al ser un material no poroso, resulta muy aséptico frente a bacterias y gérmenes.

TE PUEDE INTERESAR

Sartenes de acero inoxidable: ¿cómo elegir la mejor opción?

EC

¿Te has preguntado alguna vez por qué las sartenes o las cazuelas de acero inoxidable terminan cogiendo un tono azulado? Esta decoloración, que se denomina “de arco iris”, no tiene que ver con la mala calidad de este menaje. Es solo algo cosmético, una especie de tinte térmico: cuando el cromo y el aire se mezclan, aparece una capa protectora. Si esta se calienta, se espesa y va volviéndose azulada.

Hay muchos trucos caseros que te ayudarán a que desaparezcan estas manchas o señales de huellas y polvo. Si usas productos comerciales, infórmate bien de su composición: las lejías o los limpiadores a base de cloro pueden dañar su superficie. También se desaconseja usar estropajos.

• Con agua y jabón. Es el método más tradicional y efectivo. Sé constante y limpia la cocina todos los días con una bayeta de microfibra con agua caliente. Puedes usar jabón para platos. Recuerda que el acero también tiene pequeñas vetas (como la madera): limpia en la dirección contraria a su dibujo. Además, hay un truco infalible para que quede más brillante. Después de limpiarlo y secarlo, puedes aplicar un par de gotas de aceite para bebés.
• Con vinagre blanco y aceite de oliva. Tienes que aplicar el vinagre con un paño y dejarlo actuar unos segundos para que se elimine la suciedad. Después, con otra toalla limpia, pon un poco de aceite de oliva para que parezca perfectamente pulido.
• Con tónica. Es un truco que se realiza en las cocinas industriales. La tónica no solo limpia la superficie, también da brillo al acero inoxidable.
• Con abrillantador para muebles. No lo apliques directamente. Lo repartirás de manera más uniforme con un papel de cocina.
• Con limpiacristales. Para acabar con las antiestéticas huellas dactilares, aplica un limpiador de cristales en un paño de microfibra y aplícalo mediante movimientos circulares. Aunque sea en formato spray, no lo eches directamente, ya que puedes crear marcas de salpicaduras.
• Con harina. Este truco se usa en especial para los fregaderos de acero inoxidable. Primero, deberás limpiarlo para acabar con la grasa y la suciedad. Después de secarlo, se cubre con harina. Esta se elimina con un paño suave. El brillo está asegurado.
• Con bicarbonato. Para los trozos de comida pegados que no se pueden quitar, no recurras al estropajo. Rallarás el acero. Un poco de bicarbonato de sodio sobre un paño actuará como un abrasivo suave.