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Por qué los mosquitos pican a unas personas y no a otras (y qué hacer)
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Por qué los mosquitos pican a unas personas y no a otras (y qué hacer)

Llega el verano y, con él, la caza de estos bichos que quieren molestarte mientras duermes. No es porque tengas la sangre dulce, si quieres saber la razón, sigue leyendo

Foto: Foto: iStock.
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"Será porque tienes la sangre más dulce". Ese era el dicho popular con el que hasta hace poco se conformaban aquellos que tienen la mala suerte de ser los predilectos de estos bichos con alas. Con la llegada del verano vuelve también un clásico: despertarse a mitad de la noche por culpa del zumbido de un mosquito cerca del oído, y, no menos importante, amanecer a la mañana siguiente con brazos, piernas y a veces cara repletos de picotazos que es imposible dejar de rascar.

Pero, ¿por qué algunos parecen haber sido tocados por la gracia y jamás reciben una sola picadura, mientras que otros pasan el verano poniéndose repelente? Quizá, antes de nada, haya que entender cómo funcionan estos desagradables huéspedes: ellos encuentran a sus víctimas a través de los sutiles rastros químicos que dejan sus cuerpos. En particular dependen del dióxido de carbono. Cuando exhalamos, este dióxido proveniente de nuestros pulmones no se mezca inmediatamente con el aire sino que permanece temporalmente en forma de penacho que los mosquitos siguen, como si de migas de pan se tratase, al igual que la humedad que emanamos. De esta manera, se acercan a nuestras cabezas, buscando el lugar sabroso donde picar.

No tiene que ver con nuestra sangre dulce, sino con el dióxido de carbono que emitimos al exhalar y los microbios que tenemos en la piel

¿Y el ruido que escuchamos segundos antes de levantarnos y comprobar que nos han picado? Pues se trata ni más ni menos que del batir de alas del bicho. Aun así, esto no responde a la pregunta frecuente de por qué algunas personas son más proclives a acabar entre las garras de los mosquitos que otras. Es importante mencionar también que únicamente son las hembras las que pican, y eso porque necesitan aporte proteínico para poder completar la maduración de los huevos que hay en su abdomen.

Foto: Una muestra del Aedes Aegypti, transmisor de graves enfermedades. (EFE)

Si eres de los que les pican en verano, podría deberse a las bacterias de tu piel. Por lo menos, así lo recoge un estudio de 2011 que se ha publicado en 'Live Science'. "Las bacterias convierten las secreciones de nuestras glándulas sudoríparas en compuestos volátiles que se llevan a través del aire al sistema olfativo en la cabeza de los mosquitos", dice el doctor Joop Van Loon. "Si comparas a un padre y una hija en la misma casa, puede haber diferencias en las proporciones de los químicos que producen los microbios". De acuerdo con el estudio, los hombres con una mayor diversidad de microbios en la piel tendían a tener menos picaduras que los hombres con menos.

A los mosquitos les atrae el color negro, así que la próxima vez que salgas a comer fuera intenta elegir otra vestimenta más liviana

Esto podría ser una explicación a la cantidad de mordidas que recibe una persona (y hay que tener en cuenta que la composición de esas "colonias" microbianas no se mantiene. Puede variar, particularmente si la persona está enferma). Pero, además, hay otra serie de factores que también podrían afectarte: la temperatura corporal (por eso cuando hace mucho calor sufres más, pues los mosquitos suelen preferirla elevada), el olor corporal, la genética (una investigación de la London School of Hygiene & Tropical Medicine determinó que ciertas personas producen repelentes naturales de mosquitos) o incluso el consumo de alcohol. Para intentar evitar que te piquen, date una ducha fresca antes de irte a dormir y utiliza repelente.

Otro truco, por si te pican más de día que de noche, es que no vistas de negro. Al parecer adoran ese color. Así que si tienes que ir a hacer algún picnic al aire libre, intenta llevar una ropa más liviana. En cuanto al control de los microbiomas de nuestra piel, poco podemos hacer. Cruza los dedos porque este verano no te toque, y recuerda que por mucho que te pique, no debes rascarte, solo conseguiras intensificar el picor. Es un placebo a corto plazo y acabarás haciéndote sangre. Protégete y que no haya paz para los malvados.

"Será porque tienes la sangre más dulce". Ese era el dicho popular con el que hasta hace poco se conformaban aquellos que tienen la mala suerte de ser los predilectos de estos bichos con alas. Con la llegada del verano vuelve también un clásico: despertarse a mitad de la noche por culpa del zumbido de un mosquito cerca del oído, y, no menos importante, amanecer a la mañana siguiente con brazos, piernas y a veces cara repletos de picotazos que es imposible dejar de rascar.

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