Es noticia
Qué aprendió la mujer que dejó de comprar por completo
  1. Alma, Corazón, Vida
luchaba contra la adicción

Qué aprendió la mujer que dejó de comprar por completo

La protagonista de este artículo decidió tratar su severo problema cortando de raíz: un año sin gastar dinero. Y esto es lo que sucedió

Foto: Foto: iStock.
Foto: iStock.

Vivimos en un mundo capitalista, donde tenemos las necesidades cubiertas y en el que, a veces, aunque no lo hagamos de manera consciente, tendemos a recolectar demasiados objetos que no necesitamos. Algunos, porque la obsolescencia programada consigue que se estropeen demasiado pronto (ejem, ese teléfono que no ha durado ni un año), otros, para alimentar nuestra idiosincrasia (de repente me apetece comprar una lámpara de lava que no sirve absolutamente para nada).

Por tanto, cuando llegan a nuestros oídos historias de ricos excéntricos que no almacenan sino que viven en habitáculos pequeños donde no cabe nada, o nos cuentan que hay gente que no gasta dinero en nada, arrugamos la nariz. No nos lo creemos del todo. Pero esas personas existen, y como prueba de ello está Hannah Louise Poston, la protagonista de esta historia.

Adicta a las compras

Durante años, Poston tuvo una adicción severa. Compraba ropa, artículos para casa o de belleza, aunque a veces no pudiera pagarlos. Pero un día decidió que no podía seguir así. Con 33 años se dijo que el año 2018 sería el año en que no compraría nada y que sería capaz de cumplirlo. No solo quería ahorrar dinero, sino que también quería ahorrar el tiempo y la energía que las compras habían consumido.

Como no podia ser de otra manera, documentó este proceso en YouTube. Recibió muchísimas respuestas por parte de mujeres que querían contactar con ella para que les contase de primera mano su experiencia, informa 'BBC'.

No ha inventado nada nuevo, este tipo de propuestas o deseos de dejar de comprar cosas los llevan a cabo muchas influencers y bloggers. La escritora de finanzas, Michelle McGagh, escribió un libro llamado 'The No Spend Year' en 2017. Otras personas han intentado concienciar de la importancia de reciclar y reutilizar los productos.

Recientemente se ha implantado la moda de la austeridad y el intentar concienciar de la importancia de reutilizar por parte de las bloggers

Generalmente, estas personas austeras en la época de la superproducción tratan de ayudar al medio ambiente o a sus hogares, sería algo así como un control de la gula. La psicóloga Kit Yarrow asegura que no es de extrañar que los consumidores no compren. "En los últimos 20 años hemos llenado nuestras casas de mercancía barata", dice ella. “La gente tiene millones de productos de belleza, ropa y accesorios. Se están quedando sin espacio ".

Un estudio asegura que el 5% de la población es adicto a las compras compulsivas. Experimentan una alta dosis de felicidad (se podría decir que producen dopamina) cuando compran. En el caso de Poston, tras dejar de comprar por completo el año pasado, descubrió que esta manera compulsiva de actuar tenía mucho que ver con su estado anímico: "Todo empeoró en 2016, comprar me servía para distraerme de todo aquello de mi vida en lo que no quería pensar", explica. Pasaba las tardes en Sephora, una cadena de cosméticos, mirando el maquillaje incluso cuando no tenía nada que comprar.

Foto: La autora, Alissa Quart.

Los expertos dicen que los beneficios para la salud mental de pasar un año sin comprar son abundantes. "Mucha gente las utiliza como una vía de escape, una distracción de la miseria, la incomodidad", dice Yarrow. "Por supuesto, ahorrar dinero está bien, pero lo que realmente mejora después de un año sin comprar compulsivamente es tu cabeza, tu mente".

Y ¿después?

Poston, tras pasar un año completamente "limpia", sin comprar, ha utilizado el dinero que ha ahorrado en montar una pequeña línea de ropa enfocada en personas a las que les gusta bailar tango. También se centró en su canal de YouTube. "No ha sido nada fácil", asegura. "Tuve que enfrentarme a mis demonios y eso no es algo fácil".

"Empecé a ir a terapia, tuve muchas peleas con mi novio. Hice algunos cambios de estilo de vida" asegura. "No todo el mundo tiene que ser tan drástico como yo, lo fundamental es darte cuenta de que tienes un problema y tratar de superarlo. Todos los consumidores deberíamos ser honestos con nosotros mismos y pensar si realmente ese producto que vamos a comprar lo necesitamos o no... y recuperar el control sobre nuestras vidas. Ahí está la clave".

Vivimos en un mundo capitalista, donde tenemos las necesidades cubiertas y en el que, a veces, aunque no lo hagamos de manera consciente, tendemos a recolectar demasiados objetos que no necesitamos. Algunos, porque la obsolescencia programada consigue que se estropeen demasiado pronto (ejem, ese teléfono que no ha durado ni un año), otros, para alimentar nuestra idiosincrasia (de repente me apetece comprar una lámpara de lava que no sirve absolutamente para nada).

Social
El redactor recomienda