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Lo que está ocurriendo en el porno y por qué está desapareciendo
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Lo que está ocurriendo en el porno y por qué está desapareciendo

Algo pasa en el mundo hipersexualizado en que vivimos, ¿están los detractores de las películas de contenido adulto ganando la batalla? ¿Asistimos a una nueva era?

Foto: Foto: iStock.
Foto: iStock.

El porno crea la sensación de accesibilidad. En un mundo hipersexualizado como el que vivimos, donde los videoclips y los anuncios de la tele nos recuerdan continuamente que el sexo mueve el mundo, que sigan existiendo videos de contenido sexual nos muestra lo que somos como especie. La publicidad y la pornografía, decía Irvine Welsh, son semejantes: venden la ilusión de la disponibilidad y la falta de consecuencias del consumo. Aportan una válvula de escape, satisfacción.

Y, a pesar de vivir en un mundo hipersexualizado, también vivimos (valga la ironía) en uno políticamente correcto. Nadie podrá negar esto. Incluso 'Campofrío' nos tiene que recordar que hay hordas de ofendidos que saltarán a la mínima si se nos ocurre bromear u opinar sobre cualquier colectivo. En el mundo del movimiento #MeToo y la tercera ola feminista no casa mucho el auge de la pornografía, ¿verdad?

La política de Tumblr

La pornografía vuelve a ser un tabú, esto es algo cíclico. Quizá cuando estiramos el chicle acaba por romperse. Lo cierto es que la web Tumblr, que históricamente ha dado su beneplácito a sus usuarios para compartir contenido sexual, ha cambiado de postura: hace unos días declaró que ya no se permitirá pornografía en su plataforma. Un mazazo para muchos de sus usuarios.

Foto: Mia Khalifa

A día de hoy aún no hemos definido del todo internet. Después de tantos años, sus parámetros aún no están claros, y es por ello que todo apunta a que el porno volverá a relegarse a los lugares más sórdidos y oscuros de su geografía. Un contragolpe, pues había estado ganando terreno durante años. En sus inicios pareció una fuente liberadora, especialmente en cuanto al sexo se refiere, pero parece que la postura ha ido virando con el paso del tiempo.

"Siempre hay ansiedad por el sexo ", explica Michael Stabile, Director de Comunicaciones de la 'Free Speech Coalition' (la asociación de comercio sin ánimo de lucro de la industria del sexo), "pero hay puntos en los que aumenta". ¿Ejemplos? Con la propagación del VIH o la aparición de la píldora anticonceptiva. Con esta reciente "democratización" de la pornografía ha vuelto a suceder. Estas medidas enérgicas contra ella, dice Stabile, son la culminación de un creciente pánico anti-porno. Quedaría por ver si, como sucede cuando algo trata de prohibirse (recordemos la Ley Seca) resurge aún con más fuerza.

Una válvula de escape

Las personas demasiado tímidas para ir a ver una película porno en el cine, o alquilar una cinta VHS con contenido sexual en un videoclub tuvieron una salvación con el auge de internet. La maravilla de la privacidad en el hogar. La introducción de teléfonos inteligentes se sumó a ese sentido de discreción, y la proliferación de sitios porno gratuitos hizo que el acceso sea aún más fácil. Pero al igual que internet facilitaba la exploración discreta de la pornografía, y la reducción de la vergüenza y el estigma de su consumo en el proceso, también provocó una reacción violenta a esa misma normalización.

placeholder Fotografía erótica de la década de los 20.
Fotografía erótica de la década de los 20.

Las feministas más "liberales" se posicionaron en contra, así como los sectores más convervadores y católicos de la sociedad. Se habló de adicción al porno y también de una falsa ilusión de lo que es el sexo. Los niños y adolescentes, al consumir esta clase de contenidos, normalizan sus conductas. Las imitan sin llegar a entender realmente si se trata de una simple mímesis o de algo intrínseco en ellos por su condición de seres humanos. Hay una idea profundamente arraigada de que la pornografía es perjudicial para el sexo.

Voces como la de la periodista Kate Julian, que rechazó en 'The Atlantic' esa idea de que exista una verdadera "adicción a la pornografía", todavía ve razones para frenar su proliferación. "Aunque no sea adictiva, los más jóvenes sí pueden confundirse con ella y meter la pata de una manera escalofriante. Hay razones para pensar que puede contribuir a algunas experiencias sexuales tempranas particularmente desagradables y a normalizar los actos sexuales violentos y extremos", señaló.

Internet permitió a los más tímidos hacer uso de la pornografía en la intimidad de sus casas, pero también hizo que crecieran los detractores

Estas posturas contrarias no son nada nuevo. Las medidas de los distintos gobiernos tampoco han ayudado mucho a desestigmatizar el tema aunque en esta ocasión hay que romper una lanza por la profesión periodística: se ha vuelto dramáticamente más abierta en los últimos tiempos a discutir temática de contenido para adultos. Stormy Daniels (recuérdese, la actriz porno tristemente conocida por su presunta relación con Trump) ha sido tratada con mucho más respeto que los actores porno en el pasado.

Un cambio de aires

La decisión de Tumblr de prohibir el contenido para adultos en sus servidores se trata más de una evolución corporativa meditada que de algo que ha sucedido de la noche a la mañana. Su transformación se inició en 2013 (la página nace en 2007), cuando Yahoo adquirió a la prometedora startup, y solo se intensificó el año pasado cuando el operador de telefonía Verizon tomó posesión y el fundador y CEO de la empresa, David Karp, se fue. En particular, no fue la protesta pública ni la presión del gobierno lo que llevó a Tumblr a cortar de golpe la pornografía, sino una disputa con Apple sobre la capacidad de la aplicación Tumblr para cumplir con los términos y regulaciones de la App Store. Cosas del capitalismo.

Lo que está claro es que la regulación se está dando en todas partes. En India el gobierno ha renovado los esfuerzos para bloquear todas las webs de pornografía, en Malasia, la policía ahora monitoriza rutinariamente los hábitos en línea de sus consumidores. Y no hace falta irse tan lejos, en Reino Unido la Ley de Economía Digital, aprobada en 2017, inició el desarrollo de una base de datos de verificación de edad en todo el país que pretende garantizar que nadie vea pornografía sin probar que son mayores de edad. ¿Un cambio de aires global contra esta "cultura"?

Porque ¿realmente puede considerarse la pornografía una forma de cultura? Según John Stagliano, director y actor de películas porno, rotundamente sí, y así lo señala en 'Medium', de una manera bastante optimista: "Nuestra cultura está evolucionando para ser más tolerante hacia los puntos de vista diferentes", señala, poniendo como ejemplo la mayor aceptación del uso de marihuana, las relaciones entre personas del mismo sexo y las identidades de género trans y no binarias. "Claramente, desde que empecé en la década de 1980 hasta ahora, la gente acepta cada vez más el porno".

Según su opinión, esta pérdida de Tumblr es solo una gota en un océano y nada de lo que preocuparse realmente. La pornografía parece estar siempre bajo ataque (y siempre lo estará, aunque cambie el sector que decida enfrentarse a ella), pero últimamente tiene menos detractores que defensores. Y, según él, eso es que ya están ganado la batalla.

El porno crea la sensación de accesibilidad. En un mundo hipersexualizado como el que vivimos, donde los videoclips y los anuncios de la tele nos recuerdan continuamente que el sexo mueve el mundo, que sigan existiendo videos de contenido sexual nos muestra lo que somos como especie. La publicidad y la pornografía, decía Irvine Welsh, son semejantes: venden la ilusión de la disponibilidad y la falta de consecuencias del consumo. Aportan una válvula de escape, satisfacción.

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