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Un hombre se afeitó en el tren y se rieron de él por las redes. No conocían su historia
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CRUELDAD VIRTUAL

Un hombre se afeitó en el tren y se rieron de él por las redes. No conocían su historia

Anthony Torres, un mendigo de Nueva York, no se podría imaginar lo que le iba a ocurrir. Se hizo famoso en Twitter, y no precisamente para bien

Foto: Una de las capturas del vídeo retirado. (Twitter)
Una de las capturas del vídeo retirado. (Twitter)

"Mi vida está jodida". Así de tajante se mostró Anthony Torres, un indigente de las frías calles de Nueva York de 57 años que una mañana decidió montarse a un tren para ir a ver a su hermano a la otra punta de la ciudad. Su mayor pecado, esgrimir una cuchilla y espuma de afeitar para quitarse la barba de la cara. Los pasajeros del tren sacaron sus móviles y lo grabaron en vídeo para después subirlo a las redes sociales.

Twitter es ese lugar en el que todo el mundo opina. A veces, hasta la saciedad y el escarnio. Rápidamente, el vídeo se hizo viral y la comunidad virtual comenzó a burlarse de él. "Todos los que me juzgaron e insultaron no saben por lo que estoy pasando", dijo a 'Associated Press'. Antes de que lo eliminaran, el vídeo fue visto casi tres millones de veces. Entre los 'piropos' que los usuarios le lanzaron destacaron "animal", "desagradable" o "gandul". Claro que, no todo son malas conductas; muchos otros pidieron ayuda para Torres, debido al escándalo originado.

Nunca pensé que se fuera a hacer viral y que la gente se burlara de mí

"Solamente estaba tratando de no parecer un desamparado para ir a ver a mi hermano", contó Torres, tras haber salido de un refugio para indigentes en Manhattan. De hecho, fue una de las últimas personas que se enteró de que lo estaban grabando. Según afirma, el vídeo lo sorprendió en un momento vital muy vulnerable. No podía imaginar que se estaba haciendo famoso en internet. Eso sí, para mal.

"Nunca pensé que se fuera a hacer viral y que la gente se burlara de mí", comentó. En los últimos años, asegura haber sufrido dos derrames cerebrales. Él tan solo quería estar presentable para ver a su hermano. Como no le dio tiempo a asearse antes de salir del refugio, tuvo que aprovechar el trayecto en tren para afeitarse la barba de varios días viviendo en la calle.

Foto: Nela García ha publicado en su perfil un inquietante hilo. (Twitter)

Torres ha trabajado en todo tipo de empleos, desde peón de obra hasta guardia de seguridad en casinos, mudándose constantemente allí donde le ofrecían un puesto, viviendo en moteles o durmiento en las estaciones de bus y metro. "No quiero que la gente sepa que estoy desamparado", se lamentaba. "Por eso mismo me estaba afeitando". Thomas Torres, el hermano a cuya casa, localizada en Nueva Jersey, se dirigía Anthony, contó que eran cuatro hermanos de una familia pobre criados en una granja de Hammonton, en el mismo estado.

"Nunca fue precavido con el dinero, y no le preocupaban en absoluto las consecuencias de sus acciones", explica Thomas. "Él vio lo que hizo como algo normal, no lo hizo por incomodar a los demás o hacerse la víctima, ni tampoco porque quisiera llamar la atención", comentó en relación al episodio del vagón. Cuando llegó a su casa, lo primero que hizo fue pedirle a su hermano un saco de dormir para pasar la noche debajo de un puente. "Lo siento mucho por él, lleva muchos años viviendo de esta manera. Es muy duro ver en qué ha desembocado su vida", agregó.

He estado viajando 20 años por esta línea y sin duda es lo más extraño que he visto jamás

La historia llegó a los medios de comunicación precisamente a través de su hermano, ya que después de lo ocurrido el familiar solo quería que toda esa gente que le había insultado conociera su trágica historia. El truco funcionó, y acaba de abrirse una campaña de 'crowdfunding' a través de GoFundMe para recaurdar 35.000 dólares (unos 29.900 euros) para Anthon. Pete Bentivegna, el usuario que subió el vídeo a Twitter, borró su cuenta ante el alud de comentarios que recibió después de que el resto de personas conocieran la historia. "He estado viajando durante casi 20 años por esta misma línea y sin duda es una de las cosas más extrañas que he visto jamás", tuiteó.

"Nunca pretendí hacerle daño y publicar el vídeo", declaró a la prensa. "Hubo un gran interés en obtener los derechos del vídeo. Todas las ganancias recaudadas serán para Anthony Torres y su familia". Este peculiar episodio parece mostrarnos esas dos caras del ser humano dentro de las redes sociales. Por un lado, el escarnio originado en el que todo el mundo se burla de un pobre hombre que tiene que afeitarse en un viaje de tren para estar aseado y, por el otro, la campaña de solidaridad sin precedentes originada después de que se descubriera la identidad de la persona.

"Mi vida está jodida". Así de tajante se mostró Anthony Torres, un indigente de las frías calles de Nueva York de 57 años que una mañana decidió montarse a un tren para ir a ver a su hermano a la otra punta de la ciudad. Su mayor pecado, esgrimir una cuchilla y espuma de afeitar para quitarse la barba de la cara. Los pasajeros del tren sacaron sus móviles y lo grabaron en vídeo para después subirlo a las redes sociales.

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