Hizo 20 flexiones al día durante dos semanas y esto es lo que le ocurrió

Ponerse retos es divertido y sano, sobre todo cuando se trata de ejercicio físico. Eso es lo que debió pensar Emily Abbate, redactora de 'PopSugar', cuando se propuso hacer veinte flexiones diarias sin parar. Se lesionó practicando CrossFit y decidió que, cuando estuviese recuperada, quería volver en forma.

"¿El plan? Estar a la altura. Utilizando una aplicación, desafié a tres amigos (incluido mi novio) a hacer 20 flexiones todos los días durante dos semanas", asegura. Y en estos quince días aprendió cuatro cosas:

1) Tus objetivos no tienen que ser astronómicos

Establecer una meta de 20 flexiones le parecía mucho, "pero sabía que 10 sería demasiado fácil". No se lo tomó a pecho. "Ser amable conmigo misma me hizo sentir que podía progresar positivamente. A medida que pasaban las semanas, trabajé para hacer más y más", confiesa.

2) Juntos es mejor

Si simplemente se hubiera desafiado a hacer veinte flexiones todos los días, en solitario, probablemente no lo hubiera conseguido. "No porque no tenga la fuerza de voluntad, sino porque, seamos honestos, hay cosas 'siempre se interponen". Al hacerlo en grupo, pues se motivaba más.

3) Cuando creas que no puedes más, sigue

"Fue entonces cuando me concentré en todas las cosas en las que se supone que debes enfocarte al ejecutar la flexión perfecta: inclínate un poco hacia adelante, mantener los hombros sobre los codos y activar el centro. Cuando sentí que mi tríceps no podía soportar bajar el peso de mi cuerpo de vuelta al suelo, respiré hondo, hice una pausa y luego superé mi zona de confort", dijo.

4) Lo mejor está por venir

¿Lo que más le gustó del desafío? Que al finalizar las dos semanas, ha aumentado la fuerza de sus brazos. Además, todos se lo pasaron muy bien con la competición, por lo que repetirán con otra próximamente.