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Las vacunas no son solo cosa de niños: ¿cuánto hace que no te inmunizas?
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mesa redonda de msd y el confidencial

Las vacunas no son solo cosa de niños: ¿cuánto hace que no te inmunizas?

Este año, se pondrá en marcha un calendario de vacunas nacional para adultos, un primer paso para concienciarnos de la importancia de la prevención no solo durante la edad infantil

España tiene una de las tasas de vacunación infantil más altas de Europa. Entre un 95% y 98% de cobertura, según los datos de 2016 del Ministerio de Sanidad. Sin embargo, cuando nos fijamos en la población adulta —mayor de 65 años—, hay una ausencia casi total de estadísticas. Y el único caso registrado, el de la vacuna estacional de la gripe, solo alcanza al 55%, muy lejos todavía de la tasa de vacunación de adultos que fijó la Organización Mundial de la Salud, que debería llegar al 75% de la población.

El bajo nivel de información que llega a los pacientes, unido a la falta de implicación del profesional sanitario y la inexistencia de un calendario común de vacunación para todas las edades de la vida, no solo en la pediátrica, es la principal barrera que identifican los expertos en la vacunación adulta. Para profundizar en el tema, nos hemos reunido con referentes del sector como Manuel Cotarelo, director del Área Médica de Virología y Vacunas de MSD; Esther Redondo, coordinadora de Actividades Preventivas de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen); José Antonio López Trigo, presidente de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología, y Ubaldo Cuesta, catedrático de Psicología Aplicada a la Comunicación de la Universidad Complutense de Madrid, en una mesa redonda organizada por El Confidencial y patrocinada por MSD.

"Es un error ver el coste de las vacunas como un gasto. En realidad, es una inversión" (Cotarelo)

Antes quisimos conocer la percepción de nuestros lectores sobre la vacunación adulta, y de los resultados de esta encuesta elaborada por El Confidencial se desprende que la mayoría coincide en señalar que vacunarse puede mejorar la esperanza y la calidad de vida de los adultos, pero más del 87% considera que no hay suficiente información. Los expertos advierten sobre el largo camino que queda por recorrer en las estrategias vacunales del adulto.

¿Por qué los adultos deben vacunarse?

A medida que crecemos, la preocupación por nuestra salud deja de focalizarse en la prevención. Ubaldo Cuesta explica que “tenemos un concepto en el cual la medicina sirve para curar enfermedades, por eso hay que insistir mucho en la medicina preventiva”. ¿Por qué confiamos ciegamente en los pediatras y no hacemos lo mismo con los médicos que visitamos al crecer? Según Manuel Cotarelo, “muchas personas no tienen conciencia apenas de que esta opción existe porque se encuentran bien y no piensan en ir a vacunarse”.

placeholder Esther Redondo.
Esther Redondo.

Entonces, ¿por qué los adultos deben vacunarse? Esther Redondo lo explica así: “La vacunación no es solo cosa de niños. Los adultos continuamos con la necesidad de vacunarnos a lo largo de la vida por distintas razones. Bien porque podemos tener enfermedades crónicas que nos hacen más susceptibles a determinadas enfermedades, porque pertenecemos a grupos de riesgo, por ejercer determinadas profesiones, porque viajamos a países con enfermedades de las que no estamos inmunizados o porque fuimos vacunados en la infancia y perdemos la inmunidad si no nos ponen dosis de recuerdo”.

El diseño de un calendario de vacunación único nacional no solo busca un aumento de las coberturas sino también una mayor concienciación en grupos a los que actualmente no se está llegando. Es el caso de la vacuna contra el virus del papiloma humano —VPH—, que ya llegó a un 78% de niñas entre 11 y 15 años en 2016 y para el que el Ministerio de Sanidad solo dispone de datos públicos relativos al sexo femenino. “Los chicos piensan que no les va a afectar. Siempre se ha relacionado esta vacuna con las chicas y no saben que son ellos quienes lo transmiten. Es fundamental invertir esfuerzos en llegar también a los niños”, advierte Ubaldo Cuesta.

"Utilizamos fármacos con una tasa de eficacia más baja que las vacunas, como el paracetamol frente a la vacuna de la gripe" (López Trigo)

Algunas de las consecuencias de tener coberturas vacunales bajas son la aparición de brotes en colectivos de adultos no inmunizados y el impacto negativo sobre su calidad de vida que esto conlleva. Sin ir más lejos, en los últimos años han surgido brotes de enfermedades prevenibles con vacunas en la Unión Europea. Entre 2016 y 2017, se notificaron 799 casos de rubeola y más de 18.000 casos de sarampión en los estados miembros. Pero otro problema es el consumo de recursos sanitarios menos eficientes, algo en lo que José Antonio López Trigo es muy claro al respecto: “Estamos utilizando fármacos con una tasa de eficacia mucho más baja que las vacunas, como el paracetamol frente a la vacuna de la gripe”.

Sin embargo, para algunos, la preocupación no está tanto en la falta de información como en la seguridad. Un caso paradigmático en esta cuestión es el de las mujeres embarazadas que rechazan la vacuna de la tosferina, que tiene como objetivo fundamental proteger al recién nacido, según los especialistas. Esther Redondo cree que en estos casos “hay que insistir en el mensaje de seguridad de las vacunas, que son las que pasan más controles sanitarios precisamente porque van a ser aplicadas en población sana. Incluso después de ser comercializadas, siguen estando expuestas a rigurosos controles de seguridad, algo que no pasa en cualquier otro medicamento”.

España prepara un calendario para adultos

Una de las medidas más demandadas para hacer frente a este tema ha sido el desarrollo de un calendario de vacunación para todas las edades de la vida. Un proceso que el Ministerio de Sanidad ya ha puesto en marcha y del que se espera este 2018 la publicación de un documento consensuado y único. “Solamente con que los pacientes sepan que existe un calendario, ya habremos dado un paso infinitamente útil”, celebra Esther Redondo.

placeholder José Antonio López Trigo y Ubaldo Cuesta.
José Antonio López Trigo y Ubaldo Cuesta.

El coste de las vacunas ha sido uno de los elementos disuasorios para su implantación a nivel institucional. Para Manuel Cotarelo, “es un error verlo como un gasto, porque más que un coste es una inversión. El reto principal que tenemos es intentar aumentar las coberturas de vacunación en adultos, y necesitamos todos los recursos que ofrece el sistema sanitario. El acceso a la vacunación adulta de determinadas enfermedades está en estos momentos exclusivamente ligado al sector privado. El 80% del gasto sanitario está vinculado a las enfermedades crónicas. Queremos conseguir que se financien todas las vacunas para el adulto, ya que cada euro invertido supone un ahorro para el sistema sanitario de unos cuatro o cinco euros”.

Pero más allá de la Administración pública, piden una mayor implicación de otros agentes, como las oficinas de farmacia, los centros sanitarios o las sociedades científicas. “Las vacunas deben ser una responsabilidad compartida entre profesionales sanitarios, población y autoridades sanitarias. La toma de decisiones debe ser transparente e informada, y es importante que los ciudadanos no se vean obligados a vacunarse sino que estén convencidos de sus beneficios”, coinciden.

placeholder Manuel Cotarelo.
Manuel Cotarelo.

Y es que ”del mismo modo que en muchos campos como la política está habiendo ‘fake news’, en el campo de la salud pública, y especialmente de las vacunas, también”, denuncia Ubaldo Cuesta. Son los llamados antivacunas, que el catedrático define como “influencers', personas que tienen cierta influencia en los medios de comunicación o las redes sociales y que transmiten información falsa sobre las vacunas. Diciendo, por ejemplo, que causan daños para la salud, cuando la realidad es que suponen un gran beneficio para la salud pública. Es falso decir que las vacunas pueden causar el mínimo daño, porque no lo causan. Al límite, algunas pueden generar algún efecto secundario pero es mínimo, como puede ocasionar cualquier medicamento, mientras que los beneficios son muy importantes”.

Precisamente para detectar con rapidez informaciones falsas relacionadas, por ejemplo, con las vacunas, existe el Observatorio de los Bulos de Salud en Internet que, junto con campañas como ‘Las vacunas cuentan para toda la familia’ o el proyecto ‘Inmuniza’ —impulsado este año por MSD y otras entidades científicas—, contribuye a concienciar a la sociedad sobre los beneficios de la vacunación en adultos. El impulso de las vacunas en adultos ya es una realidad y, tanto para defensores como para detractores, José Antonio López Trigo recomienda más información: “Hace falta más información, tanto para los profesionales como para la población, para que demande algo que es un derecho a la mejora de la salud, de la calidad de vida”.

España tiene una de las tasas de vacunación infantil más altas de Europa. Entre un 95% y 98% de cobertura, según los datos de 2016 del Ministerio de Sanidad. Sin embargo, cuando nos fijamos en la población adulta —mayor de 65 años—, hay una ausencia casi total de estadísticas. Y el único caso registrado, el de la vacuna estacional de la gripe, solo alcanza al 55%, muy lejos todavía de la tasa de vacunación de adultos que fijó la Organización Mundial de la Salud, que debería llegar al 75% de la población.

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