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En este selfie se oculta la clave que ha permitido resolver un caso de asesinato
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En este selfie se oculta la clave que ha permitido resolver un caso de asesinato

Un pequeño detalle de una fotografía publicada en Facebook poco antes del crimen sirvió para demostrar quién mató a la víctima

Foto: Antoine Cheyenne y Brittney Gargol. (Facebook)
Antoine Cheyenne y Brittney Gargol. (Facebook)

Todavía hay quien se resiste a utilizar la cámara de su 'smartphone' para hacerse selfies, pero lo cierto es que son muy pocos. Dedicamos más tiempo al teléfono que a a televisión porque el primero es una ventana abierta al mundo: la familia, el ligoteo, el ocio y el trabajo, todos reunidos en una pantalla que cabe en el bolsillo. Además, mostramos en todo momento lo que sentimos, hacemos y queremos conseguir y, como no nos hacemos selfies. "Ha conseguido ser un fenómeno social del narcisismo humano que presenta un instrumento tecnológico para satisfacer la necesidad de admirarse a uno mismo", explica el canadiense Clive Tompson.

Cerca de un millón de autorretratos son compartidos de forma diaria. Hace unos años si veías a alguien hacerse uno por la calle, pensabas que era un egocéntrico o un creído, ahora lo raro sería que alguien no se haya hecho uno nunca y esto tan cotidiano como hacerse una autofoto fue clave para resolver el asesinato de Brittney Gargol.

Foto: La instantánea que lo ha precipitado todo. (Facebook)

Mejores 'amigas'

La mañana del 25 de marzo de 2015 la joven apareció muerta en una carretera cerca del vertedero de Saskatton,Canadá. A poca distancia del cuerpo, se encontraba un cinturón que la policía consideró como arma del crimen, con el que se había estrangulado a Brittney, de 18 años. La investigación no fue fácil pero el selfie que habían colgado estas amigas horas atrás en Facebook fue la pieza que resolvió el puzzle años después.

La investigación ha tardado dos años en resolverse: Cheyenne ha sido acusada por homicicio en 2º grado y sentenciada a siete años de prisión

Cheyenne Rose Antoine, de 21 años, se declaró culpable de homicidio involuntario por la muerte de su amiga. Ambas habían sido inseparables hasta aquella noche que se fueron de fiesta y terminaron discutiendo. Según explicó Antoine a la policía en una primera versión, habían estado en diversos 'pubs' hasta que Brittney empezó a hablar con un hombre desconocido con el que se había marchado. Su coartada no terminaba de encajar, ya que las cámaras de seguridad de uno de los locales en los que la joven aseguraba haber estado mostraba que no habían entrado.

Pero eso no era una pista suficiente para culpar a Antoine de la muerte de su amiga. Sin embargo, un testigo, que había escuchado como confesaba haber cometido el crimen, la delató. La policía asegura que la chica estaba en estado de embriaguez cuando estranguló a Brittney. Ella confesó al tribunal que no recordaba lo sucedido. De hecho, en su muro de Facebook (y de forma premeditada como explicó el fiscal), tras llegar a casa de fiesta, escribió: "¿Dónde estás? No he tenido noticias tuyas. Espero que hayas llegado a casa bien ".

La verdad está en la foto

placeholder Cheyenne Rose Antoine. (Facebook)
Cheyenne Rose Antoine. (Facebook)

Tras investigar las redes sociales de ambas, la clave para resolver el asesinato se encontró en un selfie que se habían hecho ambas pocas horas antes. Entre cientos de fotos y publicaciones en las que trataba de despistar a la policía, junto con el mensaje que había escrito, los oficiales descubrieron al borde la foto lo que vinculaba de forma clara a la sospechosa con la escena del crimen: el mismo cinturón que había aparecido a pocos metros del cuerpo.

En el juicio, donde la joven terminó confesando, la asesina explicó que la familia de su amiga merecía una explicación, pero que no la tenía. "Nunca me lo perdonaré, nada de lo que diga o haga la traerá de vuelta. Lo siento muchísimo. No debería haber sucedido".

"Mi cliente tiene algunos problemas personales muy profundos con los que está lidiando y desafortunadamente han provocado una situación muy trágica para todos los involucrados", explicaba Lisa Watson, abogada de la defensa, declaración recogida en 'Torontosun'.

La familia sigue devastada y no se cree lo ocurrido: "La mayoría de los días no podemos dejar de pensar en Brittney, lo que pasó esa noche, lo que ella debió sentir, el tener que luchar por vivir, será algo que no entenderemos nunca", aseguraba su tía Jennifer G. a 'CBC News'. La investigación ha tardado dos años en resolverse: Cheyenne ha sido acusada por homicicio en 2º grado y sentenciada a siete años de prisión.

Todavía hay quien se resiste a utilizar la cámara de su 'smartphone' para hacerse selfies, pero lo cierto es que son muy pocos. Dedicamos más tiempo al teléfono que a a televisión porque el primero es una ventana abierta al mundo: la familia, el ligoteo, el ocio y el trabajo, todos reunidos en una pantalla que cabe en el bolsillo. Además, mostramos en todo momento lo que sentimos, hacemos y queremos conseguir y, como no nos hacemos selfies. "Ha conseguido ser un fenómeno social del narcisismo humano que presenta un instrumento tecnológico para satisfacer la necesidad de admirarse a uno mismo", explica el canadiense Clive Tompson.

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