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Por qué muchas mujeres están dejando de tomar la píldora anticonceptiva
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¿ENGORDA DE VERDAD?

Por qué muchas mujeres están dejando de tomar la píldora anticonceptiva

Es uno de los métodos de prevención del embarazo más populares, pero sus efectos secundarios provocan que muchas mujeres se decanten por otras opciones. ¿Cuáles son?

Foto: Los efectos secundarios están desanimando a muchas mujeres. (iStock)
Los efectos secundarios están desanimando a muchas mujeres. (iStock)

La píldora es uno de los métodos anticonceptivos más populares, tan solo superado por el preservativo masculino y el DIU. En España, su uso fue aprobado el 7 de octubre de 1978, 18 años después que en EEUU, lo que provocó una pequeña revolución en las relaciones sexuales en nuestro país. Sin embargo, sus efectos secundarios –algunos de ellos demostrados y otros sospechados– han provocado que, en los últimos tiempos, se haya empezado a desconfiar de ella.

Un estudio publicado en el último número de 'Contraception' asegura que muchas mujeres están dejando de utilizarla porque consideran que está asociada con un aumento de peso. En concreto, según la investigación, son las que sufren sobrepeso u obesidad las más propensas a decantarse por otras alternativas como los anticonceptivos reversibles de larga duración (LARC), como el DIU (dispositivo intrauterino).

La idea de que la utilización de la píldora produce aumento de peso es popular, pero según muchos médicos, también peligrosa

La investigación, realizada en el Instituto de Medicina de Penn State y para la cual se ha contado con la participación de 987 mujeres activas de entre 18 y 40 años, ha sido recibido con cierto recelo. Como recordaba en 'Broadly' la psicóloga de la Universidad Northwestern Renee Engeln, la relación estadística no tiene por qué significar que estén dando de lado a la píldora por razones relacionadas con su imagen corporal; simplemente, hay una relación, pero no explican cuál.

Una duda frecuente

Como conceden los autores, es tan solo una hipóteis. Sin embargo, la idea de que la utilización de la píldora produce aumento de peso es popular y muchas mujeres la han experimentado en forma de hinchazón y retención de líquidos. Sin embargo, la evidencia científica que existe sobre dicha cuestión es confusa y muy poco concluyente. A pesar de que muchas de las consumidoras aseguran haber sufrido tales efectos, las revisiones científicas no han conseguido encontrar una relación directa entre el aumento de peso y el consumo de la píldora.

La mayor parte de guías médicas recuerdan que no se trata de algo generalizado, sino que depende de la medicación que se esté tomando. 'WebMD', la página de referencia en el ámbito anglosajón, asegura que el aumento de peso se debe a la retención de líquidos, no a un mayor nivel de grasa. La mayor parte de guías señalan a una revisión de 44 estudios publicada en 'The Cochrane Database of Systematic Reviews' en el año 2006, y según la cual no hay datos que demuestren dicha relación.

“La idea popular es que, si tomas la píldora, vas a engordar”, explicó a propósito de la investigación David Grimes de Family Health International, uno de los autores. “La actitud aumenta en todo el mundo”. Otra investigación realizada por la Universidad de Massachusetts tampoco fue capaz de encontrar una relación entre el aumento de peso y el consumo de la píldora después de examinar a 150 'runners' de entre 18 y 26 años. Aunque el estudio realizado en Penn State no ha demostrado que esa sea la razón por la que se utiliza menos, es posible que muchas mujeres recurran a otras alternativas ante sus efectos secundarios (que no se limitan únicamente al peso).

En el caso de medicamentos como Depo-Provera, sí puede llegar a producirse un aumento del peso de hasta cinco kilos

Muchos médicos consideran, no obstante, que los cambios hormonales ocasionados por la píldora, que contiene una versión sintética de progestágeno, así como distintas dosis de estrógenos, estimulan el apetito. Grimes proponía, sin embargo, otra versión: simplemente, las personas ganan peso con la edad, y la relación causa y efecto se debe a ello y no al consumo de la píldora. Como recuerda la página 'WebMD', en muchos casos, los efectos secundarios desaparecen en tres meses. Si no lo hacen, debemos consultar con nuestro médico.

No obstante, no todos los medicamentos tienen los mismos niveles de progesterona y estrógenos. Una investigación publicada en el 'American Journal of Obstretics and Gynecology' que analizó el medicamento llamado Depo-Provera demostró que este sí provocaba efectos secundarios no deseados. En este caso, las consumidoras sí que engordaban alrededor de cinco kilos de media y su grasa aumentaba en un 3,4%.

La popularización de la idea de que la píldora engorda ha sido considerada peligrosa y dañina en el ámbito médico, ya que provoca el rechazo al consumo de la misma algo que, en algunos casos, no se complementa con otros métodos anticonceptivos. Como puso de manifiesto una investigación publicada en 'Human Reproduction', esta creencia puede llevar a que las mujeres dejen de tomarla ocasionalmente, lo que provoca un aumento de los embarazados no deseados.

Otros problemáticos efectos secundarios

Es posible que el retroceso en el consumo no se deba al aumento del peso, sino a otros efectos secundarios que sí se han demostrado que produce la píldora, entre los que se encuentran la depresión, el descenso del deseo sexual o cambios repentinos de humor.

Respecto a la depresión, una investigación publicada este mismo otoño en la revista 'JAMA Psychiatry' y en la que se analizaron los datos de un millón de danesas encontró una relación directa entre los anticonceptivos hormonales y la depresión. Según los resultados, las mujeres que consumían la píldora combinada tienen un 23% más de posibilidades de ser diagnosticadas con depresión, un porcentaje que ascendía al 34% entre las consumidoras de la conocida como “minipíldora”, que contienen solo progestágeno y no estrógeno.

La píldora disminuye el riesgo de sufrir cáncer de endometrio, pero aumenta el de cervical y de hígado

Muchas mujeres experimentan también una reducción de la libido al tomar las pastillas, así como la disminución de la lubricación vaginal. Hace tan solo unas semanas un estudio publicado en 'Evolution & Human Behavior' señalaba que hay una relación directa entre la clase de anticonceptivo que se consume con la frecuencia con la que una pareja hace el amor. La asociación era más clara en los casos en los que la píldora tenía altos niveles de progestágeno y bajos de estrógeno. Otros estudios, no obstante, ponen en duda esta relación y señalan que no existe o que, incluso, la píldora puede tener efectos positivos en la satisfacción sexual.

Otros efectos relacionados con el consumo de la píldora anticonceptiva son hipertensión y el aumento en el riesgo de padecer ciertos tipos de cáncer. La hipertensión se produce porque el progestágeno aumenta los niveles de aminopeptidasa, que incrementa la descomposición de la bradiquinina, que a su vez provoca la dilatación de los vasos sanguíneos. Respecto al cáncer, aunque la píldora suele ser utilizada con fines medicinales para reducir el riesgo de cáncer de ovario y endometrio, también aumenta la probabilidad de sufrir cáncer cervical y de hígado.

La píldora es uno de los métodos anticonceptivos más populares, tan solo superado por el preservativo masculino y el DIU. En España, su uso fue aprobado el 7 de octubre de 1978, 18 años después que en EEUU, lo que provocó una pequeña revolución en las relaciones sexuales en nuestro país. Sin embargo, sus efectos secundarios –algunos de ellos demostrados y otros sospechados– han provocado que, en los últimos tiempos, se haya empezado a desconfiar de ella.

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