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Esta ingeniera civil cuenta cómo es trabajar en un aeropuerto repleto de hombres
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ASÍ TRIUNFA UNA mujer en un mundo masculino

Esta ingeniera civil cuenta cómo es trabajar en un aeropuerto repleto de hombres

Eileen narra en primera persona su experiencia en el campo de las carreras de ciencias y cómo ha logrado superar las barreras que dificultan la presencia de féminas en este campo

Foto: La gente se sorprende al ver a una ingeniera llevando grandes proyectos. (iStock)
La gente se sorprende al ver a una ingeniera llevando grandes proyectos. (iStock)

Ser mujer e ingeniera es todavía extraño. Y no únicamente en nuestro país, donde las carreras técnicas sólo tienen un 25% de alumnas, sino a nivel mundial: según la 'Society of Women Engineers' apenas el 12% de los trabajadores de esta área son féminas. Eileen Velez-Vega es una de estas rara avis que existen. Es ingeniera civil y ha contado al medio 'The Atlantic' cómo es trabajar en un mundo de hombres.

Eileen, natural de Puerto Rico, desempeña su labor en un aeropuerto, en concreto en la construcción de las pistas que lo conforman. Actualmente es asistente del vicepresidente de la compañía Kimley-Horn, una consultora estadounidense a la que ayudó a abrir una sede en su país natal en 2010. Antes, fue directora de un proyecto de la misma compañía en Florida. Todos sus trabajos han estado relacionados con la aviación.

Su trayectoria en la empresa siempre ha sido positiva y relevante. Llegó en 2006 y apenas cuatro años después había ascendido más que muchos hombres. Ser mujer no le ha impedido desarrollar su trabajo, del que está "muy orgullosa", aunque reconoce que la gente se sorprende al ver a una mujer ingeniera: "El otro día me ocurrió algo muy curioso. Fui a recoger un permiso para un proyecto, del cual yo soy la ingeniera jefe. La chica de la oficina me preguntó si tenía la autorización para recogerlo, como si estuviese haciendo un recado. Le dije que el 'ingeniero Vélez-Vega' que aparecía en los documentos era yo. ¡Se sorprendió tanto al ver a una mujer ingeniera...!".

Aunque le gusta formar parte de este mundo y contribuir a que las mujeres estén más visibles en el campo del CTIM (Ciencias, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas), reconoce que es "agotador" porque siempre tiene que estar demostrando lo que vale. "Al principio siempre noto que genero cierta desconfianza por el hecho de ser mujer. Tenemos que trabajar más duro para conseguir ser respetados por nuestros colegas y clientes", asegura. Eileen tiene la esperanza de la situación cambie con los años y que las féminas no tengan que estar demostrando día sí día también por qué tienen ese trabajo.

A Eileen nunca la paralizó el hecho de ser mujer para comenzar una carrera de CTIM: "Siempre fui muy buena en Matemáticas y Ciencias cuando era pequeña, y siempre supe que quería hacer algo relacionado con los aeropuertos, en la NASA o el espacio. Cuando comencé el instituto hice muchos test que me instaban a hacer una ingeniería. Quería hacer proyectos que beneficiasen a la sociedad, como construir carreteras o edificios".

Esta profesional siguió sus sueños y consiguió ser lo que deseaba. En la universidad estuvo dos años en la NASA de prácticas, y su primer trabajo fue en el Cuerpo de Ingenieros del Ejército, en 2003. Después fue todo rodado y ahora tiene el trabajo que siempre quiso. Cabe destacar que ella, al comenzar sus estudios, tuvo el apoyo total de su familia, algo que no siempre ocurre: "En mi familia no había ingenieros. Mi madre es profesora y mi padre trabaja como comercial. No obstante siempre conté con su apoyo. Cuando les dije que quería estudiar esta carrera se mostraron muy orgullosos y emocionados". Aún así confiesa que mucha gente le preguntó si estaba segura de estudiar una ingeniería.

¿Por qué no hay más mujeres ingenieras?

El apoyo que Elieen tuvo de sus progenitores la animó a estudiar una ingeniería, pero no siempre es así. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) advierte de que en estas carreras hay desigualdad porque los padres tienen puestas mayores expectativas en que los varones se dediquen a carreras de CTIM. Y esto ocurre incluso cuando se ha demostrado que tanto ellas como ellos tienen el mismo rendimiento académico, según un análisis de Pisa de 2012.

Los profesores también contribuyen a que las chicas se decanten por otro tipo de carreras, pues estos no suelen infundir la misma confianza en ellos que en ellas. La OCDE asegura que cuando las jóvenes están en el instituto (15 años) no creen que sean válidas para carreras de CTIM. Más del 50% de ellas consideran que no son buenas en la materia, por eso se decantan por otras ramas, como la de Ciencias Sociales y Jurídicas o Humanidades.

Los estereotipos, los padres, los profesores y la escasez de referentes femeninos en el campo aleja a las estudiantes de las carreras de ingeniería

Otra de las barreras que tienen las mujeres a la hora de comenzar una ingeniería radica en la falta de visibilidad de las féminas exitosas en este campo. Se habla mucho de ingenieros célebres como Juan de la Cierva o Steve Jobs y nada de ingenieras muy reconocidas como Hedy Lamarr o Grace Hooper.

Así pues, los estereotipos, las expectativas de los padres, la falta de apoyo de los docentes y la escasez de referentes femeninos en el campo, aleja a las estudiantes de carreras de CTIM.

En España, la desigualdad es notable. Según datos del Ministerio de Educación, del 54% de mujeres universitarias que hay en nuestro país, solo el 25% está estudiando una ingeniería. Una situación que esperemos se revierta gracias a testimonios como el de Eileen Velez-Vega.

Ser mujer e ingeniera es todavía extraño. Y no únicamente en nuestro país, donde las carreras técnicas sólo tienen un 25% de alumnas, sino a nivel mundial: según la 'Society of Women Engineers' apenas el 12% de los trabajadores de esta área son féminas. Eileen Velez-Vega es una de estas rara avis que existen. Es ingeniera civil y ha contado al medio 'The Atlantic' cómo es trabajar en un mundo de hombres.

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