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Así impidió que el ladrón le robase y acabase con su vida: riéndose de él (y no es broma)
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Así impidió que el ladrón le robase y acabase con su vida: riéndose de él (y no es broma)

Un egipcio está copando los titulares de medio mundo por la reacción que tuvo al enfrentarse a un caco que entró en su local a (intentar) robarle

Foto: El ladrón seguro que está yendo a terapia para superar el trauma (Kim Sayer/CORBIS)
El ladrón seguro que está yendo a terapia para superar el trauma (Kim Sayer/CORBIS)

Sábado, Nueva Zelanda. Estaba en su tienda de comida para llevar cuando fue sorprendido por un ladrón. Ni se inmutó. El egipcio Said Ahmed decidió seguir atendiendo a su cliente antes de hacerle caso al atracador encapuchado que le estaba apuntando con un arma. Lástima que no podamos ver la cara de WTF! del caco.

Ahmed estaba solo en la tienda, como siempre, preparando tranquilo la comida de pollo para su cliente de turno. Afuera, la calle estaba serena. El resto de tiendas había cerrado una hora antes. El barrio, Christchurch, está plagado de Kebaps. Era el sexto día de la semana y Ahmed estaba muy cansado y se quería ir a casa. Quizá descansar era lo único que pasaba por su cabeza.

"El ladrón quería asustarme y robarme, pero no lo consiguió. Decidí atender al cliente que estaba esperando para pagar porque quería salir de la tienda y dejar de estar en peligro", dijo Ahmed al diario 'The Guardian'.

En el vídeo de las cámaras de seguridad del establecimiento vemos cómo Ahmed mira indiferentemente al ladrón, al que parece sonreírle, aun cuando baja la mirada hacia el arma que este porta en la mano. El caco no entiende nada. Se queda quieto apuntando al dueño.

Tras atender al único cliente que había en el local, Ahmed salió del mostrador. "Di la espalda al ladrón y fui a la cocina para llamar a la Policía. Temí que me disparase, pero al alejarme me dije que si me alcanzaba una bala, el impacto sería menos grave, ya que mi cuerpo estaría más lejos", cuenta el valiente egipcio, que trató de evitar un disparo a corta distancia en su corazón o cabeza.

Obviamente, y como estáis pensando, el ladrón no apretó el gatillo. Se quedó flipando ante la parsimonia de Ahmed. Ante su fracaso como caco, decidió abandonar el local con las manos vacías y el orgullo dañado. "El ladrón estaba muy confundido por mi comportamiento. Quería asustarme, pero yo no tenía miedo, así que le arrebaté todo el poder", dijo.

¿Por qué Ahmed actuó tan fríamente?

Seguro que estás pensando que Ahmed iba colocado o que el ladrón era tan pringado que no imponía nada. Pues te equivocas. La frialdad que mostró el dueño ante el atracador radicó en la experiencia vital que lleva a sus espaldas. Antes de emigrar a Nueva Zelanda, Ahmed ha sido testigo de años de violencia en Egipto, y lo que ocurrió en su local de Christchurch no era ni mínimamente comparable.

"Mi corazón latía muy rápido, tenía miedo, pero no iba a dejar que el caco lo notase. Todo lo que viví en Egipto marcó mi personalidad, me hizo una persona fría. Llevo 20 años en Oceanía y nunca he visto ninguna pelea. En mi lugar de nacimiento ocurre todos los días... aquí estoy tranquilo", aseguró. Una tranquilidad que quiere seguir teniendo, por eso desde el incidente su tienda permanece cerrada los viernes y sábados por la noche. No quiere que, la próxima vez, tenga menos suerte.

Sábado, Nueva Zelanda. Estaba en su tienda de comida para llevar cuando fue sorprendido por un ladrón. Ni se inmutó. El egipcio Said Ahmed decidió seguir atendiendo a su cliente antes de hacerle caso al atracador encapuchado que le estaba apuntando con un arma. Lástima que no podamos ver la cara de WTF! del caco.

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