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Qué puedes hacer para comer por 1,8 euros al día (en una ciudad cara)
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Qué puedes hacer para comer por 1,8 euros al día (en una ciudad cara)

La profesora australiana Karen Charlton ha participado en una campaña para vivir con el presupuesto que el Banco Mundial considera "pobreza extrema". ¿Es posible?

Foto: Para comer con tan poco dinero hay que echar muy bien las cuentas. (iStock)
Para comer con tan poco dinero hay que echar muy bien las cuentas. (iStock)

El pasado año, el Banco Mundial revisó la situación de la pobreza extrema en el mundo. Y llegó a una conclusión: debemos considerar pobre a cualquier persona que tenga que vivir con 1,90 dólares o menos (una cifra superior a la anterior: 1,25 dólares). Según este indicador, en 2015 había en el mundo 700 millones de personas en la extrema pobreza, por debajo del 10% de la población total.

Aunque, claro está, no es lo mismo tender dos dólares en Uganda que en España, lo cierto es que en ambos lugares hay que hacer malabares para poder sobrevivir con tan poco dinero.

La doctora australiana Karen Charlton, profesora de la Escuela de Medicina de la Universidad de Wollongong, ha sido uno de los 8.500 australianos que ha participado en la campaña 'Live below the line', que retaba a quien quisiera apuntarse a comer durante cinco días con solo dos dólares por jornada.

Ni qué decir tiene que se trata de una acción de concienciación sin ninguna pretensión científica. Lo único que tuvieron que cambiar los participantes de su vidafue la dieta, pues sólo los gastos en transporte o vivienda habrían superado en mucho el umbral a partir del cual se sale de una situación de pobreza. Pero, aun así, como ha explicado Charlton en 'The Conversation', comer durante cinco días con menos de 10 dólares es mucho más complicado de lo que parece.

Una dieta lejos de ser completa

Este es el tercer año que Charlton se enfrenta al reto y reconoce que ha sido más sencillo que en anteriores ocasiones, principalmente porque su marido se ha apuntado también a ély han podido comer juntos con un presupuesto de 20 euros. Pero, pese a esto, pasó hambre.

Básicamente, con dos dólares al día tienes que olvidarte de comer carne y solo puedes permitirte una dieta casi vegetariana, a la que como muchopuedes añadir pequeñas cantidades de proteína animal en forma de leche, huevos y atún en lata.

Con tan poco dinero hay que comer como lo hacían muchos de nuestros antepasados, con caldos que aprovechan al máximo todos los nutrientes disponibles. “Los garbanzos y el preparado de sopa de legumbres añaden proteínas a la dieta y proporcionan un caldoricoen nutrientes y sabroso”, explica la doctora.

Podríamos pensar que al menos la dieta serviría para adelgazar, pero no está nada claro. Para ajustar el presupuesto es necesario alimentarse a base de carbohidratos y vegetales baratos, como las patatas, la calabaza y las cebollas.Quizás en otros países la fruta y las verduras de hoja verde son asequibles, pero no en Australia, donde con tan poco dinero no es posible permitírselas. Ni quédecir tiene que, al margen de la leche (que es un alimento con un grandísimo valor nutricional),el presupuesto no da para comprar ningún tipo de bebida.

Pero lo más grave, explica Charlton, es que con esta dieta no es posible cumplir con las recomendaciones nutricionales. En cinco días, el déficit de nutrientes no tiene importancia, pero si tuviéramos que estar mucho tiempo comiendo con solo dos dolares nuestra salud se vería seriamente comprometida.

Con esta dieta la ingesta de hierro es de unos 9 mg al día, que es solo la mitad de lo recomendado, lo que nos llevaría directos a sufrir anemia

Con esta dieta la ingesta de hierro es de unos 9 miligramos al día, que es solo la mitad de lo recomendado, lo que nos llevaría directos a sufrir anemia. Tampoco se cumple con los requisitos de ácido fólico o vitamina B9 (que está presente en las vísceras de los animales, las verduras de hoja verde, las legumbres y los frutos secos) que solo llega a los 200 µg/día, la mitad de lo recomendado, ni los de yodo, que tampoco pasa del 50% de lo conveniente.

Simplemente haber añadido pan normal a la dieta habría aumentado la ingesta de estos minerales, pero este se salía de presupuesto, y Charlton tuvo que hornear su propio damper, un pan de soda típico de Australia.

Los pobres obesos

En España la gente no se muere de hambre, pero como ha comprobado Charlton en sus propias carnes, un presupuesto ajustado hace que nuestra dieta sea mucho menos saludable. Hasta hace unas décadas, a pocos les entraba en la cabeza que la gordura pudiese llegar a identificarse con un bajo nivel económico, pero hoy en día la obesidad golpea con más dureza a los ricos que a los pobres.

Según una reciente investigación de la Escuela de Salud Pública de Harvard, la diferencia entre los hábitos alimenticios de los pobres y los ricos de Estados Unidos se ha duplicado durante la última década.

La investigación asegura que la diferencia en el nivel de ingresos y en la educación es lo que marca las distintas dietas, algo que se ha visto acentuado por la crisis. Al final, como constata Charlton, cuando se tiene poco dinero se acaba comiendo demasiada pasta, patatas y arroz, que son las comidas más baratas y, también, las que más engordan.

La situación no es muy distinta en España. Según señalaba un informe realizado por la Fundación Thao para la prevención de la obesidad infantil, en España, los niveles de obesidad tanto infantil como adulta aumentan a medida que desciende la escala social. Los niños de entre tres y doce años de los niveles socioeconómicos más altos tienen una prevalencia de obesidad del 8,9%, mientras que la cifra aumenta hasta el 23,7% en los niveles más bajos. Estos, que pertenecen a familias con una renta inferior a 8.800 anuales, presentan un 30% más de sobrepeso que las clases medias y altas, que ganan más de 24.000 euros al año.

Una vida mucho más difícil

Comer con solo dos dólares no solo es menos sano, además es más difícil. Para ajustar el presupuesto es necesario planificar bien todas las comidas. Por supuesto, es imposible pisar un restaurante, por barato que sea, pero además hay que mirar al dedillo los precios de los supermercados.

“Gastémás horas de lo habitual haciendo la compra semanal”, asegura la doctora. “Visité tres supermercados diferentes para comparar precios. Vale la pena darse una vuelta, pero la gente con bajos ingresos de verdad no puede permitirse los costos de transporte asociados con ir de tienda en tienda”.

Después de cinco días viviendo con dos dólares al día para gastar en comida tengo un respeto mucho mayor por la gente que vive con un presupuesto ajustado

Según recoge elInforme de Consumo de Alimentación en España, elaborado por el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente,el consumo per cápita en alimentación de los españoles es de 662 kilos y 1.482,3 euros por persona al año. Esto supone un gasto de cuatro euros al día, más del doble de lo que teóricamente gastan las personas que viven por debajo del umbral de la pobreza extrema.

“Después de cinco días viviendo con dos dólares al día para gastar en comida tengo un respeto mucho mayor por la gente que vive con un presupuesto ajustado”, apunta Charlton. “Y me lo pensaré dos veces antes de gastar la asignación de todo un día en un café o, incluso, en comprar una botella de agua”.

El pasado año, el Banco Mundial revisó la situación de la pobreza extrema en el mundo. Y llegó a una conclusión: debemos considerar pobre a cualquier persona que tenga que vivir con 1,90 dólares o menos (una cifra superior a la anterior: 1,25 dólares). Según este indicador, en 2015 había en el mundo 700 millones de personas en la extrema pobreza, por debajo del 10% de la población total.

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