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Greenpeace: escalar las torres KIO y otras seis polémicas protestas ecologistas
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Greenpeace: escalar las torres KIO y otras seis polémicas protestas ecologistas

La ONG se ha caracterizado desde sus comienzos por llevar a cabo contundentes acciones que más de una vez han acabado con detenciones policiales

Foto: Escalaron 80 de los 114 metros de altura de las torres. (Greenpeace)
Escalaron 80 de los 114 metros de altura de las torres. (Greenpeace)

Quería decirlo “alto y claro” y no se les ocurrió otra cosa que escalar los 114 metros de altura de las madrileñas torres KIO. Greenpeace lo ha vuelto a hacer: ha protagonizado esta mañana una protesta de altos vuelos contra las negociaciones que llevan a cabo la Unión Europea y Estados Unidos para aprobar el Tratado Trasatlántico de Libre Comercio e Inversión (TTIP) y lo han hecho colgando una pancarta en una de las torres.

Según señalaba la ONG en un comunicado, se oponen al acuerdo porque este tipo tratado, que pretende facilitar los intercambios comerciales entre Norteamérica y Europa, debería negociarse en el marco de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas o los compromisos alcanzados en la cumbre contra el cambio climático de París. Asimismo, el portavoz de Greenpeace, Miguel Ángel Soto, señaló que había que decir “alto y claro” que las negociaciones podrían perjudicar las victorias ambientales y sociales conseguidas hasta el momento.

Conviene destacar que el TTIP no sólo pretende establecer estándares mundiales para el comercio, sino que afecta a otros muchos sectores, como es la regulación de sustancias tóxicas, la agricultura o la alimentación.

Sin embargo, el grupo ecologista ha realizado acciones de protesta mucho más polémicas a lo largo de su historia y estas son algunas de las más controvertidas:

1. En defensa de las ballenas

Sucedió en 2006 en la costa bática de Mecklemburgo-Pomerania occidental. El cadáver de una ballena de más de 20 toneladas apareció varada y al grupo ecologista no se le ocurrió otra cosa que cargarla en una plataforma plana para trasladarla al Museo Oceanógráfico de Stralsund.

Aunque sus acciones no puedan compararse a la de organizaciones más radicales como Sea Shepherd, las ballenas son una de las especies más protegidas por Greenpeace, que ya en 2005 se había enfrentado a balleneros japoneses en aguas antárticas australianas.

2. Escaladores contra las nucleares

En febrero y durante cuatro horas, los escaladores de Greenpeace se colgaron de la fachada principal del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) de Madrid para colgar dos pancartas de 27 metros cuadrados con los mensajes “Stop Garoña” y “Stop Nucleares”. La organización quería protestar contra la reapertura de la central nuclear de Santa María de Garoña (Burgos), la más antigua de la Unión Europea.

La lucha por el cierre de Garoña ha sido larga. También en 2014 treinta activistas se concentraron frente a las puertas de la central nuclear montados en vehículos de obra para simbolizar el desmantelamiento de la planta.

3. Combatir la contaminación en bikini

“Basta de papeleras contaminantes”, rezaba la pancarta. La activista de Greenpeace Argentina apareció en bikini frente a 58 jefes de Estado que se reunieron en Viena en 2006 durante la Cumbre de la Unión Europea, América Latina y el Caribe.

¿Pero quién defiende a los que luchan por causas justas? En 2013 Femen también se desnudó por Greenpeace para pedir la liberación de sus activistas detenidos en Rusia y lo hicieron a bordo de un barco en el Sena. La detención se había producido cuando el presidente de Rusia, Vladimir Putin, acusó a la ONG de violar las leyes internacionales al protestar en una plataforma petrolera de la empresa Gasprom. Los activistas fueron investigador al abordar un petrolero de la compañía en el Ártico.

4. Arrepentirse antes de 2020

En 2009 la ONG lanzó una campaña en el marco de la Cumbre de Copenhague donde se veía en carteles publicitarios a los líderes políticos reunidos en la cumbre bastante envejecidos y pidiendo perdón por no haber podido evitar el cambio climático. Un 'back to the future ambientado en 2020 con una una disculpa: “Lo siento. Podíamos haber cambiado algo, pero no lo hicimos”.

Todo ello tenía como objetivo presionar a los políticos para que llegasen a un acuerdo en la Cumbre para reducir las emisiones de CO2. “Actúa ahora: cambia el futuro”, decía el eslogan.

5. La necesidad de un milagro

Una polémica campaña de Greenpeace Chile utilizó la imagen de Jesucristo para pedir en plena Semana Santa de 2009 el fin de la Pesca de Arrastre. La iniciativa fue muy criticada por quienes pensaban que el uso de un símbolo sacro no tenía nada que ver con el objetivo de la protesta.

6. Hasta en el Machu Picchu

“Salvad el clima, el sol es la respuesta”; esta fue la profética petición que los ecologistas proyectaron nada menos que sobre las famosas ruinas incaicas del Machu Picchu, en Cuzco. Los activistas pedían a los mandatarios reunidos en la Conferencia de las Naciones Unidos sobre el Cambio Climático (COP20) que avanzasen hacia un modelo cien por cien renovable para el año 2050.

No obstante, tuvieron que pedir disculpas cuando hicieron lo mismo sobre las líneas de Nazca y el gobierno peruano acusó a Greenpeace de dañar el patrimonio de la humanidad.

Quería decirlo “alto y claro” y no se les ocurrió otra cosa que escalar los 114 metros de altura de las madrileñas torres KIO. Greenpeace lo ha vuelto a hacer: ha protagonizado esta mañana una protesta de altos vuelos contra las negociaciones que llevan a cabo la Unión Europea y Estados Unidos para aprobar el Tratado Trasatlántico de Libre Comercio e Inversión (TTIP) y lo han hecho colgando una pancarta en una de las torres.

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