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Les pedía que trabajasen gratis y esta fue la contundente respuesta de los currantes
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LOS REQUISITOS INJUSTOS DE ALGUNAS EMPRESAS

Les pedía que trabajasen gratis y esta fue la contundente respuesta de los currantes

La costumbre de realizar períodos de prueba sin cobrar an extendida en profesiones creativas ha pasado ya a otros sectores, pero no todo el mundo está dispuesto a continuar con la rueda

Foto: Propuestas laborales absurdas, pero bastante reales. (Zulu Alpha Kilo)
Propuestas laborales absurdas, pero bastante reales. (Zulu Alpha Kilo)

Muchos de nosotros, sobre todo las personas que trabajan en sectores creativos, lo hemos sufrido alguna vez. Nos referimos al llamado trabajo especulativo (spec), esa fea y nada justa costumbre de muchas empresas que piden como requisito de admisión a sus candidatos la realización de un trabajo completo, y no contratan a un arquitecto o un publicista a menos que haya presentado previamente un completo 'briefing', cuando no toda una campaña. ¿Pero qué ocurre con el derecho de propiedad intelectual? ¿Pueden algunas empresas organizar concursos solo para nutrirse de nuevas ideas?

Este ejercicio de morro sumo que juega con la precariedad se está extendiendo a otras profesiones. Si hace no demasiado tiempo era habitual que una agencia de publicidad no contratase a un 'community manager' antes de recibir al menos una semana de textos escritos, ahora incluso el sector de la hostelería se ha subido al carro: no hace más de dos semanas nos contaban cómo los aspirantes a panadero de un prestigioso hotel barcelonés estaban a prueba la primera semana de trabajo y sin cobrar, de forma que si al final no eras seleccionado habías regalado más de 40 horas a una empresa. Maravilloso, ni Al Capone lo hubiese hecho mejor.

El tradicional 'probar antes de comprar' hace perder tiempo, energía y dinero, y además va en detrimento del propio talento

Y, sin embargo, muchos de nosotros solemos pensar que la culpa de que existan explotadores es que “nos dejamos”, como con los abusones en el colegio. Y eso lo utilizan para quejarse de las personas que aceptan prácticas no remuneradas en compañías o trabajan durante un tiempo por amor al arte y el afán de mostrar su buen trabajo, con la vana esperanza de que un día llegue su oportunidad. Porque el trabajo dignifica al hombre, ¿verdad? O lo rebaja todavía más, sobre todo, si por él no percibe nada. Y esto ocurre a título individual y cuando formas parte de un colectivo o una empresa en la que este tipo de 'simulaciones' son continuas. No obstante, no todo el mundo está dispuesto a tragar con ello.

Una cuestión de confianza

La agencia Zulu Alpha Kilo, fundada por Zak Mroueh, ha sido pionera en decir “no” al trabajo no remunerado, especialmente en las presentaciones de campaña, donde muchos clientes están acostumbrados a solicitar propuesta tras propuesta, a cuál más elaborada y completa, y luego no interesarse por ninguna. “El 'spec work' (trabajo especulativo) es una práctica anticuada que lleva haciéndose desde la era de Mad Men”, explica en un artículo en su web. Y añade que las agencias no se beneficiaban en absoluto, ya que es caro, estresante y consume tiempo y energías.

Así que Zulu Alpha se propuso demostrar que a ningún creativo, arquitecto, hotelero ni currante en general le hace gracia que le vendan la milonga de 'probar antes de comprar' y grabaron este vídeo experimento para demostrarlo.

Fíjense sobre todo en el ampuloso discurso que utiliza el “cliente” para convencer a los profesionales de que trabajen gratis: “estoy desarrollando un plan estratégico”, “veremos si quizás me gustan y los pago”, etc. La reacción de la gente no tiene precio: un restaurador incluso invita al “cliente” morrudo a marcharse de su restaurante y le pregunta si trabaja para el Gobierno; en otra ocasión el actor le pregunta al vendedor cómo consigue clientes si no da muestras de su trabajo, a lo que él responde: “Los clientes confían en mí”.

Finalmente, en su artículo el director de la agencia da tres razones sobre por qué nunca deberíamos aceptar este tipo de tratos, que valen tanto para su sector como para cada uno de nosotros:

1. Trabajar gratis va en detrimento del propio talento y el de tus colaboradores.

2. Los clientes o empresas deberían hacer una evaluación lógica de tu trabajo en función de otros criterios importantes, más allá de una semana de prueba o el adelanto 'fake' de una campaña, emotivo y colorista, pero poco más.

Algunos creativos presentan trabajos que no son aceptados, sin embargo ven sus ideas utilizadas por los clientes potenciales tiempo después

3. Cuando desarrollas un proyecto por nada estás quitándole tiempo a otros muchos proyectos que pueden reportarte dinero y crecimiento profesional. Siempre es una pérdida.

4. Por qué vas a dar gratis tus ideas, siempre hay alguien que se aprovecha. Los publicistas lo saben y muchos de ellos, como cuenta el creativo, han sido testigos de cómo una idea rechazada ha sido utilizada más tarde.

5. Por último, ¿quién quiere perder tiempo y dinero? Como uno de los protagonistas del video señala: “¿Tú trabajas gratis? ¿Entonces por qué quieres que lo haga?”

Obviamente, hay un elemento de exageración en el vídeo. El discurso de una empresa o cliente que suele realizar este tipo de prácticas no es tan claro, tan crudo, sino que hay un juego de expectativas y aspiraciones, de compensaciones que son casi promesas de trabajo en un entorno super competitivo y crítico. No obstante, sirve como toque de atención y como parodia de una práctica empresarial caradura que ningún trabajador ni corporación debería permitir, como deja constancia la grabación. De nosotros depende detener la rueda de molino...

Muchos de nosotros, sobre todo las personas que trabajan en sectores creativos, lo hemos sufrido alguna vez. Nos referimos al llamado trabajo especulativo (spec), esa fea y nada justa costumbre de muchas empresas que piden como requisito de admisión a sus candidatos la realización de un trabajo completo, y no contratan a un arquitecto o un publicista a menos que haya presentado previamente un completo 'briefing', cuando no toda una campaña. ¿Pero qué ocurre con el derecho de propiedad intelectual? ¿Pueden algunas empresas organizar concursos solo para nutrirse de nuevas ideas?

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