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Cómo hacer amigos (en todos los sentidos) cuando tienes 40 años
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Cómo hacer amigos (en todos los sentidos) cuando tienes 40 años

El "más vale malo conocido..." se acentúa cuando una persona ha perdido –o tiene desentrenadas– sus habilidades para tener relaciones y empezar de cero. Pero, ¿y si te enfrentases a una vida nueva?

Foto: Al llegar a los cuarenta dedicamos menos tiempo a la vida social. (Corbis)
Al llegar a los cuarenta dedicamos menos tiempo a la vida social. (Corbis)

“Durante décadas la sociología ha estudiado cómo las relaciones de amistad se desarrollan cuando la gente tiene la mezcla perfecta de proximidad, intimidad y se dan interacciones imprevistas” comenta Drake Baer en Business Insider.

Situaciones que con el paso de los años, al llegar a la vida adulta, se dan en mucha menor medida. Con el día prácticamente copado por la jornada laboral y demás quehaceres propios de la rutina diaria, a partir de los 40 años las personas están tan ocupadas que les resulta más complicado conocer gente: “Esto es lamentable ya que con los amigos podemos hablar de trabajo, nos ayudan a acabar con los malos hábitos –según de qué tipo de amistades hablemos– y nos hacen felices”.

Pero, ¿dónde y cómo hacer amigos siendo un adulto? El autor especializado en estrategia, liderazgo y psicología organizacional, hace un repaso sobre cómo consiguió conocer gente cuando se fue a vivir a Nueva York hace como tres años, con los cuarenta ya cumplidos.

placeholder Al llegar a los 40 muchas personas descubren su faceta más mística. (iStock)
Al llegar a los 40 muchas personas descubren su faceta más mística. (iStock)

Tirando de conocidos

Baer cuenta que las primeras personas con las que tuvo cierta amistad fueron un tipo que era de su ciudad natal, algunos compañeros de trabajo y personas con las que ya había coincidido cuando vivía en el extranjero.

El “más vale malo conocido...”, se acentúa cuando una persona ha perdido –o tiene desentrenadas– sus habilidades para conocer gente nueva y empezar de cero.

Pero él decidió hacer amigos y lo más cómodo y rápido parecía apuntarse a alguna actividad que estuviese cerca de su nueva casa en Chelsea: “me convertí en un habitual del centro de meditación de mi barrio”.

Amistades místicas

A partir de los 40, es más normal hacer amigos en los entornos cercanos como el trabajo o a través de cursos o clases en las que además de aprender o mejorar algún hobby, puedan encontrarse con personas con inquietudes y gustos similares.

Quizás por la necesidad de comenzar a cuidarse y estar en forma física y mentalmente, lo cierto es que muchas personas al llegar a estas edades optan por apuntarse a actividades relacionadas con la meditación, el conectar con su yo interior y relajarse de las tensiones del día a día: el yoga es lo suyo y a esta edad muchos desarrollan su faceta más mística.

“Entre otros humanos increíbles, conocí a Gustavo, un artista de Brasil, y a Sarah, una profesora de yoga del norte del estado de Nueva York, y se han convertido en dos de mis mejores amigos. Son el tipo de personas a las que recurrirías al pasar por una ruptura sentimental o para tomar una decisión laboral importante en tu carrera.

Claro que hasta los místicos deciden sentar la cabeza y formar una familia, y cuando Gustavo tuvo a su hijo Theo, “Sarah y yo nos sentimos tan alegres como asustados”. Había que probar otra cosa.

Relaciones 2.0

“Nunca había conocido personas a través de las redes sociales hasta que vine a Nueva York y se convirtió en una forma habitual de quedar con gente”. Cada día existen más aplicaciones especializadas para interactuar con personas en función de lo que queramos: desde un escarceo sexual hasta un simple café para hablar con alguien –y sí, en muchas ocasiones las primeras terminan convirtiéndose en las segundas–.

Estableciendo un rango de proximidad, intereses relacionados, edad y sexo, Baer también hizo uso de diferentes plataformas web para conocer gente de su barrio. Porque otra cosa no, pero a los cuarenta, prima la comodidad y la cercanía.

placeholder A los cuarenta muchos amigos optan por formar una familia, y te quedas solo. (Corbis)

Hablando se entiende la basca

En una investigación llevada a cabo en 2011 en la Universidad de Rochester, el psicólogo Harry Reis encontró que “simplemente con interactuar con la gente en varias ocasiones, es suficiente para que se establezca una relación con ellos”.

El estudio se centró en poner en contacto a personas desconocidas entre sí para que hablasen tanto en la vida real como online, y, en ambos casos, “la gente valoraba a las otras personas con una puntuación más elevada después de haber tenido varias conversaciones”, comenta Reis.

Así, la estrategia de Baer siguió este razonamiento. Se centró en convertirse en un habitual de diferentes puntos estratégicos de su nuevo barrio para que los encuentros “casuales” fluyesen: “Acudía al centro de meditación, el gimnasio, la cafetería o el restaurante para estar cerca de la misma gente, interactuar con ellos y conseguir el grado de privacidad suficiente para intercambiar confidencias personales”.

“Ese es el poder de llegar a ser un habitual: familiarizarse con el espacio y con la gente que hay allí” explica el también autor de Everything Connects (McGraw-Hill) quien, en esta aventura de hacer nuevos amigos a los cuarenta, recomienda “por encima de todo, seguir viendo a las mismas personas”.

“Durante décadas la sociología ha estudiado cómo las relaciones de amistad se desarrollan cuando la gente tiene la mezcla perfecta de proximidad, intimidad y se dan interacciones imprevistas” comenta Drake Baer en Business Insider.

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