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El médico más rico del mundo explica cómo pretende acabar para siempre con el cáncer
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El médico más rico del mundo explica cómo pretende acabar para siempre con el cáncer

Patrick Soon-Shiong es un doctor peculiar. Es la persona más rica de Los Ángeles y uno de los hombres más ricos del mundo. Ahora quiere cambiar la industria sanitaria

Foto: Patrick Soon-Shiong es una de las personas más ricas de Estados Unidos y un gurú de la industria sanitaria. (Reuters/Gary Cameron)
Patrick Soon-Shiong es una de las personas más ricas de Estados Unidos y un gurú de la industria sanitaria. (Reuters/Gary Cameron)

Patrick Soon-Shiong es un doctor peculiar. Es la persona más rica de Los Ángeles –una ciudad que no anda precisamente escasa de multimillonarios– y uno de los hombres más ricos del mundo, gracias al Abraxane, una medicina anticancerígena que fue lanzada en 1991 y que, casi 25 años después, ha conseguido que su patrimonio sea de unos 13.300 millones de dólares. Actualmente, el científico nacido en Sudáfrica posee parte de Los Ángeles Lakers, es el hombre más poderoso de la industria sanitaria y ha garantizado una vida de lujo y despreocupación para unas cuantas generaciones de descendientes. Pero no tiene suficiente, y por eso ha decidido cambiar de arriba abajo la medicina.

¿De qué manera? El plan propuesto por Soon-Shiong no es precisamente nuevo, pero sí lo es la escala a la que piensa implantarlo. El cirujano es consciente de que su fortuna personal le sitúa en una posición privilegiada para crear una red mundial de información genética que permita actuar rápidamente contra el cáncer. El proyecto impulsado por el oriental tiene como objetivo identificar cuáles son las anomalías genéticas que influyen en la aparición de un cáncer.

Por lo general, un análisis genético puede tardar semanas en realizarse, por lo que en algunos casos, se tarda demasiado en empezar a ser combatido. Soon-Shiong promete crear un sistema de superordenadores que manipule los datos del paciente y los contraste con los datos recogidos por todo el globo de manera tan rápida que podamos disponer de un diagnóstico en tan sólo 47 segundos. Dichos datos se recogen en un dispositivo ideado por Blackberry en el que se pone a disposición de médico y paciente toda la información genética y el tratamiento indicado.

La revolución de los datos llega a la medicina

El proyecto de Soon-Shiong es una cuestión de escala, como ha explicado en un breve reportaje emitido la pasada semana en el popular programa 60 minutes de la CBS. Debido a que el cáncer es una enfermedad en la que influyen de forma determinante los genes, identificar con exactitud cuáles son los problemas y disponer de una mayor gama de medicamentos que permitan hacerle frente permitirá acabar rápidamente con la enfermedad, explica el doctor. Eso provoca que el tratamiento de cada cáncer no deba realizarse en función de la parte del cuerpo en la que se encuentra, como se suele hacer, sino de la mutación que está sufriendo.

“Pronto tendremos más información al alcance de nuestras manos que la que nunca hemos tenido durante la historia de la humanidad”, explicaba en un artículo de portada para la revista Forbes publicado hace apenas unos meses. “No una vez al mes o una vez a la semana. Todos los días”. Esta omnisciencia, el juego de palabras que utiliza el autor para definirlo, nos permitiría centrarnos antes en la diagnosis temprana que en el tratamiento, y reduciría al mínimo la incidencia de una enfermedad que causa más de 100.000 muertes al año en España.

Este método no tiene como único objetivo acabar con el cáncer, sino que en última instancia, como explica un artículo publicado en Business Insider, también nos permitirá conocer las posibilidades que tenemos de quedarnos calvos o de sufrir fibrosis cística, por utilizar dos ejemplos muy distintos. El proceso de diagnóstico será muy sencillo: visitarás a tu médico, que dispondrá de todos tus datos centralizados y encriptados por motivos de seguridad en un superordenador que permitirá ponerlos en relación con otros pacientes de todo el mundo, incluso aquellos que ya hayan fallecido. Ello dará lugar a un tratamiento personalizado, y además, permitirá al médico realizar un seguimiento a distancia del paciente para comprobar si está tomando su medicación. Suena un tanto distópico.

Un futuro plausible pero aún lejano

Como toda persona que ha intentado compaginar el éxito empresarial con la obra social, Soon-Shiong es sospechoso de utilizar su fama para vender humo. A finales de los años ochenta, ya tuvo que cejar en su empeño de trasplantar células de cerdo cubiertas de algas marinas a pacientes de diabetes al ser considerado potencialmente peligroso. Muchos protestaron al comprobar cómo el Abraxane, el medicamento que le ha hecho mundialmente famoso, no era más que un derivado del ya conocido Taxol.

“Patrick es una especie de showman, y me molesta que diga ‘he resuelto los problemas que nadie ha sido capaz de resolver durante los últimos 20 años”, se quejaba en el artículo de Forbes John Halamka, una de las primeras personas cuyo ADN fue secuenciado y portavoz del Centro Médico Beth Israel Deaconess de Boston. Otra gran duda surge a propósito de su afirmación de que es capaz de realizar un diagnóstico en tan sólo 47 segundos frente a las 11 semanas que, en teoría, se tarda habitualmente. El periodista señala que, tras sorprenderse por ambas cifras, consiguió sonsacar a Soon-Shiong que la duración se estima más bien en unas 24 horas. Un plazo que, de todas formas, sigue siendo mucho más rápido que a lo que estamos acostumbrados.

Actualmente, el médico defiende que es capaz de analizar unos 500 genomas al día, y que dicha cifra puede elevarse a los 4.000 para finales de 2015. Es un ejemplo más de la iniciativa privada intentando llegar allí donde el sistema público no puede llegar, beneficiándose por el camino: Soon-Shiong recuerda que “los hospitales no están organizados y ni siquiera tienen la capacidad o la financiación para realizar una infraestructura de comunicaciones semejante”. Para ello ha adquirido un gran número de empresas que contribuyen en el resultado final, como iSirona, que conecta las máquinas de hospital con sistemas de información generales, o GlowCap, un dispositivo que se ilumina cuando los pacientes tienen que tomarse su medicación.

Incluso los más cautelosos frente al proyecto de Soon-Shiong, que lanzará el próximo mes de enero una oferta pública de venta de su compañía NatHealth, valorada en 7.700 millones de dólares, están de acuerdo en que su proyecto es viable, aunque aún falta mucho tiempo no sólo para que sea factible, sino para que desvele cómo afrontará el gran número de dificultades a las que probablemente tendrá que hacer cara. “He observado durante mucho tiempo los esfuerzos de Soon-Shiong, y creo de forma optimista que algo real puede salir de ellos”, afirma el periodista de Forbes Matthew Harper.

“Realmente tiene a increíbles científicos computacionales en su nómina. Y de verdad puede manejar datos genéticos de forma muy rápida. Son ventajas reales, y pueden ser suficientes para que construya a su alrededor una importante compañía”. Pero el autor concluía con una nota de cautela: “Pero debemos tener cuidado con la creación de mitos, porque nada de esto ocurrirá de un día para otro”.

Patrick Soon-Shiong es un doctor peculiar. Es la persona más rica de Los Ángeles –una ciudad que no anda precisamente escasa de multimillonarios– y uno de los hombres más ricos del mundo, gracias al Abraxane, una medicina anticancerígena que fue lanzada en 1991 y que, casi 25 años después, ha conseguido que su patrimonio sea de unos 13.300 millones de dólares. Actualmente, el científico nacido en Sudáfrica posee parte de Los Ángeles Lakers, es el hombre más poderoso de la industria sanitaria y ha garantizado una vida de lujo y despreocupación para unas cuantas generaciones de descendientes. Pero no tiene suficiente, y por eso ha decidido cambiar de arriba abajo la medicina.

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