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¿La nueva tendencia laboral (sexista)? Si tienes la menstruación, pide la baja
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DISCRIMINACIÓN A LA INVERSA

¿La nueva tendencia laboral (sexista)? Si tienes la menstruación, pide la baja

La incerteza a la hora de diagnosticar el SPM ha generado un fuerte debate en los países asiáticos, donde la legislación incluye la baja por menstruación

Foto: La incerteza a la hora de diagnosticar el SPM ha generado un fuerte debate en los países asiáticos, donde la legislación incluye la baja por menstruación. (Corb
La incerteza a la hora de diagnosticar el SPM ha generado un fuerte debate en los países asiáticos, donde la legislación incluye la baja por menstruación. (Corb

Una de las afirmaciones habitualmente juzgadas como machistas es que la menstruación provoca cambios de humor. Ciertamente, atendiendo a los estudios científicos realizados sobre esta cuestión, se trata de una falacia, lo que no quita que algunos la sigan utilizando para vejar a las mujeres atribuyéndoles un comportamiento excesivamente emocional asociado a su función reproductiva. De lo que no existe tanta certeza es del porcentaje de mujeres que sufren el denominado síndrome premenstrual (SPM), que según las estimaciones afectaría desde el 3% hasta al 30%. Un polémico y cuestionado síndrome sobre el que ni siquiera se tienen claro cuándo acaban los síntomas “normales” y cuándo empieza el síndrome.

La incertidumbrea la hora de diagnosticar el SPM ha generado un fuerte debate en los países, principalmente asiáticos, donde la legislación laboral atribuye días libres durante la menstruación. Algunos van más allá y justifican este “derecho” basándose en la más que dudosa noción científica de que las mujeres que no descansan durante su menstruación tendrán mayores dificultades durante el parto. Independientemente de la ideología predominante de cada país, estas medidas han sido calificadastanto como machistas como feministas.

En Japón, por ejemplo, esta legislación fue vista como un paso más en la emancipación femenina y en la igualdad de género en el trabajo, como afirman las historiadoras Virginia L. Olesen yNancy F. Woods en su ensayo Cultura, sociedad y menstruación. Si bien es cierto que esta ley (seirikyuuka, que se traduce como “derecho fisiológico”) data de 1947.

Evitar el “bajo rendimiento laboral”

En Rusia, uno de los últimos países que planteó introducir este tipo de cambios en la legislación laboral, a petición del Partido Liberal-Demócrata, la propuesta fue férreamente condenada por los colectivos feministas. Y es que la propuesta de ley se justificó acompañándola de afirmaciones como que “los dolores menstruales reducen la memoria y la capacidad de trabajo”, así como que “la menstruación no sólo es un problema médico, sino también social”.

El porcentaje de mujeres que se acoge a la baja por menstruación en los países que la han implantado es muy reducido

Concretamente, el texto propuesto hace ahora un año en la Duma se razonaba de la siguiente manera: “Durante este período (de menstruación), la mayoría de las mujeres experimentan malestar psicológico y fisiológico. Este dolor es a menudo tan intenso que hace necesario llamar a una ambulancia… La fatiga propia de la menstruación reduce las capacidades y conduce a un malestar emocional”. Como era de esperar, la medida fue condenada por las feministas rusas.

En otros países asiáticos ha tenido mejor acogida este tipo de leyes. El más reciente en aprobarlas ha sido Taiwán (2013). La enmienda a la Ley de Igualdad de Género en el Trabajo añade a los 30 días de baja laboral pagada por enfermedad otros tres adicionales por menstruación.

¿Discriminación a la inversa?

En Indonesia, las mujeres pueden cogerse dos días al mes en el trabajo por estos motivos, aunque ha habido protestas porque muchas empresas o bien ignoran estos derechos o bien obligan a las afectadas a computarlos como días libres. En Corea del Sur se aprobó la baja por menstruación en 2001 y luego se extendió también a las estudiantes universitarias.

Sin embargo, la medida se ha considerado un fracaso debido a un supuesto “abuso”, ya que, sobre todo entre las estudiantes, era “una excusa para ausentarse”. Los más críticos fueron los colectivos de hombres que vieron esta ley como una forma de discriminación a la inversa.

Estas polémicas leyes han puesto de acuerdo a personas de diferente sexo e ideología tanto a la hora de defenderlas como de criticarlas. La realidad es que incluso en los países en los que la justificación de estas medidas parece bien intencionada, son pocas las mujeres que se acogen a ellas. La vergüenza y el miedo a ser vistas como personas débiles son algunos de los principales motivos que podrían explicarlo. Además, para la gran mayoría de mujeres, la menstruación no interfiere en su vida cotidiana.

Una de las afirmaciones habitualmente juzgadas como machistas es que la menstruación provoca cambios de humor. Ciertamente, atendiendo a los estudios científicos realizados sobre esta cuestión, se trata de una falacia, lo que no quita que algunos la sigan utilizando para vejar a las mujeres atribuyéndoles un comportamiento excesivamente emocional asociado a su función reproductiva. De lo que no existe tanta certeza es del porcentaje de mujeres que sufren el denominado síndrome premenstrual (SPM), que según las estimaciones afectaría desde el 3% hasta al 30%. Un polémico y cuestionado síndrome sobre el que ni siquiera se tienen claro cuándo acaban los síntomas “normales” y cuándo empieza el síndrome.

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