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¿Tienen las mujeres sentido del humor? Por qué no se ríen con los hombres
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'ARRUINAN TODA LA GRACIA DE LOS CHISTES'

¿Tienen las mujeres sentido del humor? Por qué no se ríen con los hombres

“Las mujeres no tienen sentido del humor” es una máxima tan entendida que incluso es compartida por algunas mujeres, pero es completamente falsa

Foto: Las mujeres se ríen mucho más con otras mujeres que con un hombre. (Corbis)
Las mujeres se ríen mucho más con otras mujeres que con un hombre. (Corbis)

Las mujeres no tienen sentido del humor”. A pesar de la igualdad entre sexos que se ha conseguido durante las últimas décadas del siglo XX, y aunque cada vez con más frecuencia mujeres como Tina Fey en EEUU o en, nuestro país, Eva Hache o Raquel Sastre, aparezcan en el prime time televisivo, se trata de una convención aceptada por un gran número de personas, incluso mujeres. No pasa nada, sugieren los defensores de dicha tesis, el sexo femenino tiene otras cualidades que compensan su absoluta ausencia de sentido del humor.

Sin embargo, tal y como mantiene el psicólogo y neurocientífico Scott Weems en ¡Ja! La ciencia de por qué y cuándo reímos (Basic Books), quizá sea el prejuicio lo que haya contribuido a que no se preste ninguna atención a las peculiaridades del humor femenino. Como la lingüista y feminista Robin Lakoff escribió, “es un axioma en la clase media de la sociedad americana que las mujeres no pueden contar chistes (están destinadas a arruinar la punch line, se confunden con el orden de las cosas). Por eso no entienden los chistes. En resumen, las mujeres no tienen sentido del humor”.

El origen de la risa

Afirmar, no obstante, que las mujeres no tienen sentido del humor es falso. De hecho, se ríen bastante más que los hombres. Una investigación realizada sobre la frecuencia de la risa por el psicólogo Robert Povine, autor de La risa: una investigación científica (Penguin Books) puso de manifiesto que no hay ser humano que se ría más que una mujer charlando con otra mujer; un porcentaje que doblaba al de las conversaciones masculinas.

Las mujeres tienden a bromear con otras mujeres, mientras que se callan delante de un hombre

La investigación puso de manifiesto algo aún más revelador: tan sólo el 10% de la risa es producida por un chiste. ¿Conclusión? Que quizá la estructura formal del chiste sea inherentemente masculina. Povine, además, recuerda que las mujeres tienden a bromear con otras mujeres, mientras que se callan delante de un hombre. Weems sugiere que quizá sea una cuestión de sutilidad y de la manera en que hombres y mujeres se comunican y cómo procesan la información.

Como puso de manifiesto un estudio realizado en la Universidad de California en el año 2005, los hombres utilizan más la materia gris del cerebro a la hora de pensar, mientras que las mujeres recurren a la blanca. En términos prácticos, ello quiere decir que los hombres tienen más éxito a la hora de tratar con problemas concretos, como la resolución de los problemas matemáticos, mientras que las mujeres tendían a manejar con mayor facilidad cuestiones complejas como el aprendizaje de idiomas. Una dicotomía que puede explicar por qué el chiste tal y como lo conocemos (con una contundente línea final, algo humillante) es preferido por el público masculino.

placeholder Tina Fey es una de las comediantes más célebres en EEUU, donde ha aparecido en 'Saturday Night Live'. (Efe)

El cerebro que ríe

“El humor no es sutil. El humor es directo,y puede ser útil para reconocer las diferencias de género”, argumenta Weems. “Si las mujeres de verdad tienen peores habilidades para contar chistes, ¿qué puede decir acerca de cómo funciona su cerebro?” Para empezar, y como puso de manifiesto un estudio realizado en 2005 por Allan L. Reis, director del Centre for Interdisciplinary Brain in Sciences Research, tras analizar las respuestas cerebrales de hombres y mujeres ante diferentes bromas, las mujeres son mucho más analíticas.

Al contrario de lo que ocurría con las mujeres, los hombres esperaban que los dibujos fuesen divertidos desde un primer momento

Reis proporcionaba un par de explicaciones para este fenómeno. Por una parte, puede ser que las mujeres dediquen un esfuerzo cognitivo mayor a la comprensión del chiste. Por otra, y esta es la versión que prefiere el psicólogo, la activación del lóbulo frontal y del área de broca (que produce el lenguaje), así como del circuito de recompensa de la dopamina, sugieren que quizá las mujeres se enfrenten al humor de una manera más abierta.

Las expectativas de una mujer a la hora de escuchar un chiste son mucho más bajas que las de un hombre, sugiere la investigación. Sin embargo, a medida que este se desarrolla, las mujeres van interesándose en él, hasta llegar a su remate final. Entonces, el cerebro femenino libera mucha más dopamina que en el caso del hombre. Para ellos es completamente diferente. Al contrario de lo que ocurría con las mujeres, los hombres esperaban que los dibujos a los que estaban expuestos fuesen divertidos desde un primer momento. Y, por ello, la recompensa que sentían cuando el gag explotaba frente a sus ojos era mucho menor.

Es lo social, no lo cerebral

Huyendo del determinismo científico que parecen sugerir los estudios anteriormente citados, existen otra clase de explicaciones, más sociológicas, que expliquen por qué las mujeres arrastran esa fama. Robin Lakoff recordaba ya en 1975, en Humor y risa: Un acercamiento antropológico (Cornell University Press), que la educación femenina sostenía que no era educado contar chistes delante de los hombres y que, por lo tanto, el sexo femenino se había visto obligado a mitigar su verborrea humorística.

El humor masculino se caracteriza por chistes que expresan agresión y hostilidad, mientras que las mujeres prefieren las bromas, los juegos de palabras y las anécdotas

Por otra parte, como recuerda la antropóloga Mahadev Apte, el humor es una herramienta de violencia. La risa, recordaba Apte, es una forma de expresión que. entre otras cosas,sirve para el refuerzo personal a través de la humillación, física o psicológica, de los demás, por mucho que se haga con una sonrisa de medio lado. Ello explicaría por qué en tantas culturas, donde generalmente el rol de la mujer ha estado relegado al del hombre, se impedía tácitamente que la mujer utilizase al varón como objeto humorístico.

La última razón es la incomprensión por parte del hombre del humor femenino. Un estudio publicado por Mary Crawford en el volumen New Perspectives on Women and Comedy (Gordon and Breach) sugiere que las definiciones habituales del humor (como es el caso de la comedia física o slapstick) atienden a una visión masculina del mismo. Como explica Linda Naranjo-Huebl, “muchos estudios ponen de manifiesto que el humor masculino se caracteriza por chistes que expresan agresión y hostilidad, mientras que las mujeres prefieren las bromas, los juegos de palabras y las anécdotas. Las mujeres tienden a evitar la burla habitual del humor masculino a favor de la sutileza, la ironía y reírse de sí mismas”.

Las mujeres no tienen sentido del humor”. A pesar de la igualdad entre sexos que se ha conseguido durante las últimas décadas del siglo XX, y aunque cada vez con más frecuencia mujeres como Tina Fey en EEUU o en, nuestro país, Eva Hache o Raquel Sastre, aparezcan en el prime time televisivo, se trata de una convención aceptada por un gran número de personas, incluso mujeres. No pasa nada, sugieren los defensores de dicha tesis, el sexo femenino tiene otras cualidades que compensan su absoluta ausencia de sentido del humor.

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