"Mi dolor es insoportable": el lamento de Kalashnikov al morir

Se cuenta que cuando el físico estadounidense Robert Oppenheimer observó por primera vez los efectos de la devastadora bomba atómica que había ayudado a crear pensó “ahora me he convertido en la muerte, destructora de mundos”, citando la escritura hindú. Algo semejante debió pasar por la cabeza del recientemente fallecido Mikhail Kalashnikov durante los años finales de su vida a propósito de su creación más célebre, el avtomat kaláshnikova modelo 47 o, como es conocido popularmente, el AK-47.

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Kalashnikov, que falleció el pasado 23 de diciembre a la edad de 93 años, remitió hace ocho meses una carta a un obispo ortodoxo en la que relataba el sufrimiento que le había causado el fusil que le hizo pasar a la historia y que fue utilizado de manera oficial por la URSS entre 1947 y 1978. “El dolor en mi alma es insoportable, y es algo que no puedo resolver”, explicaba en la misiva, destinada al patriarca Cirilo I de Moscú, cabeza de la Iglesia ortodoxa rusa.

Es doloroso para mí ver cómo criminales de toda índole utilizan mis armas

En el texto, el militar ganador de la Orden de la Estrella Roja, el Premio Lenin y la Orden de San Andrés, se preguntaba “si mi fusil se ha llevado la vida de personas, ¿eso significa que yo, Mijail Kalashnikov, de 93 años, hijo de un campesino, un cristiano ortodoxo, soy culpable de la muerte de gente, aunque sean enemigos?” La carta, que venía firmada como “un esclavo de Dios, el diseñador Mijail Kalashnikov”, aseguraba: “Cuanto más tiempo vivo, más taladra esa pregunta mi cerebro”. Por su parte, la hija del ingeniero, Elena, cree que la carta podría haber sido escrita con la ayuda de un sacerdote.

Un cambio de actitud en las horas finales

Un tardío arrepentimiento que contrasta con la actitud condescendiente que había mantenido Kalashnikov en el pasado acerca de las consecuencias de su creación. “A menudo me preguntan ‘¿cómo puedes dormir sabiendo la cantidad de gente que mató mi fusil’?”, señaló en el pasado el ingeniero. “Siempre respondo ‘duermo muy bien, gracias’”.

En aquella época, culpaba a los políticos de iniciar las guerras en las que se utilizaba su arma, mientras él se lavaba las manos de toda posible responsabilidad. En concreto, señalaba a los alemanes, a los que la URSS se enfrentó durante la Segunda Guerra Mundial y que, según el militar, le obligaron a abandonar la maquinaria agrícola para centrarse en la producción de armas. “Los alemanes me obligaron a inventarlo”, señaló.

Él diseñó este rifle para defender su país, no para que los terroristas pudiesen utilizarlo en Arabia Saudí

2008 es el año en el que por primera vez se manifiesta en contra de su creación. “Es doloroso para mí ver cómo criminales de toda índole utilizan mis armas”, en referencia a la larga lista de usuarios del AK-47, en la que se encuentran Osama Bin Laden, el Vietcong, Sadam Huseineinfinidad de grupos rebeldes.

Kalashnikov fue bautizado hace dos años, cuando finalmente encontró su vocación religiosa. “El señor me enseñó el camino en la tarde de mi vida”, explicó el ingeniero. “Cuando, a la edad de 91 años, crucé el umbral de mi iglesia, mi alma se sintió como si hubiese estado ahí siempre”.

La iglesia ortodoxa ha reaccionado de forma bastante comprensiva ante el arrepentimiento de su seguidor. “La Iglesia tiene una posición muy clara”, anuncia el comunicado de prensa publicado a propósito de la carta de Kalashnikov. “Cuando las armas sirven para proteger la patria, la Iglesia apoya tanto a sus creadores como a los soldados que las utilizan”. Así pues, parece que, de cara a la Iglesia ortodoxa, el alma de Kalashnikov está salvada: “Él diseñó este rifle para defender su país, no para que los terroristas pudiesen utilizarlo en Arabia Saudí”.