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Príncipe Carlos: “Los hipermercados están explotando a los agricultores”
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UN ‘ALEGATO REAL’ CONTRA LOS INTERMEDIARIOS

Príncipe Carlos: “Los hipermercados están explotando a los agricultores”

El heredero de la corona señala a las cadenas de alimentación como las principales culpables de la situación por la que pasan las granjas británicas

Foto: El príncipe Carlos de Inglaterra, ayer, durante su 65 aniversario. (EFE)
El príncipe Carlos de Inglaterra, ayer, durante su 65 aniversario. (EFE)

La ganadería y la agricultura extensiva están desapareciendo a marchas forzadas. Los pequeños ganaderos y agricultores que aún resisten a los constantes envites de la bajada de precios en origen, impuestos por intermediarios y finalistas, no cuentan con un relevo generacional que garantice la subsistencia de esta actividad económica en el medio rural. “Los jóvenes no encuentran ninguna motivación para seguir viviendo del campo”, aseguraba recientemente a El Confidencial José Manuel Delgado,técnico de desarrollo rural de la Unión de Pequeños Agricultores (UPA). A pesar del desempleo y del deterioro de las condiciones laborales en las zonas urbanas, el campo sigue sin representar una alternativa real.

Esta situación no sólo afecta a España, sino a la práctica mayoría de los mal llamados países desarrollados. El propio príncipe Carlos de Inglaterra llamó ayer la atención sobre las “terribles consecuencias para el país” derivadas de este diagnóstico. En un editorial de la revista Country Life,que firmó el heredero de la corona británica coincidiendo con su 65 cumpleaños, señaló directamente a los culpables: los supermercados. Un sector al que acusó de explotar sistemáticamente a los agricultores durante los últimos años.

“No es justo que una familia de granjeros gane de media 12.600 libras al año (15.000 euros), y que algunos de ellas sobrevivan sólo con 8.000, mientras que los mayoristas de la alimentación y sus accionistas obtienenmuchos más beneficios del intercambio sin apenas correr riesgos”, escribe el futuro monarca. Unas desigualdades que tendrán serias consecuencias, advierte,porque el campo es “la columna vertebral” de la identidad nacional británica.

Un terrateniente en defensa de los pequeños agricultores

La férrea defensa del campesinado realizada por el príncipe Carlos de Inglaterra, un valioso patrimonio que compara “con cualquiera de nuestras grandes catedrales”, se centra en que “sin su contribución todos seremos mucho más pobres”. Por ello, no esconde su preocupación por la falta de renovación generacional: “La edad media de un agricultor británico es actualmente de 58 años y, según un reciente estudio realizado por la Real Sociedad Agrícola de Inglaterra, necesitaremos 60.000 nuevos agricultores durante la próxima década. Me temo que es un objetivo que no vamos a cumplir”.

Los mayoristas de la alimentación y sus accionistas obtienen muchos más beneficios en el intercambio con los agricultores sin correr riesgos

La razón del cierre continuo de pequeñas explotaciones en el rural no es otro que la falta de viabilidad económica debido a las imposiciones de los intermediarios. Según el heredero de la corona, “tal es la presión sobre las pequeñas y medianas granjas que estas no podrán realizar las inversiones básicas para sobrevivir, lo que generará grandes problemas a corto plazo, especialmente en el sector lácteo”.

Unas negativas predicciones que, si no fuese porque están rubricadas por el príncipe Carlos, bien podrían haber sido pronunciadas por cualquier portavoz de algún sindicato agrario español. Todo ello, salvando las distancias, pues lo que más llama la atención de las duras palabras del heredero británico es que éste es uno de los más grandes terratenientes del país. La extensión de sus propiedades supera las 53.150 hectáreas. A nadie se le pasaría por la cabeza que este alegato lo pronunciase en España, por ejemplo, la duquesa de Alba.

Una llamada a la acción

Las contradicciones entre discurso y práctica también saltan a la vista. Si por un lado critica a los grandes supermercados por explotar a los ganaderos, por el otro regala sus empresas de alimentación a las grandes cadenas, como hizo al malvender la marca Duchy of Cornwall a la firma de supermercados Waitrose.

Los opacos negocios entre el mayor terrateniente británico y las cadenas de alimentación noenturbian la llamada a la acción con la que remata su ‘alegato real’: “No podemos seguir obteniendo alimentos del campo sin ofrecer nada a cambio”. Un mensaje que ya está comenzando a levantar ampollas en la industria agroalimentaria, pero que coincide con el creciente grado de sensibilización de la ciudadaníaen torno a las consecuencias económicas y ambientales de sus decisiones a la hora de consumir.

La ganadería y la agricultura extensiva están desapareciendo a marchas forzadas. Los pequeños ganaderos y agricultores que aún resisten a los constantes envites de la bajada de precios en origen, impuestos por intermediarios y finalistas, no cuentan con un relevo generacional que garantice la subsistencia de esta actividad económica en el medio rural. “Los jóvenes no encuentran ninguna motivación para seguir viviendo del campo”, aseguraba recientemente a El Confidencial José Manuel Delgado,técnico de desarrollo rural de la Unión de Pequeños Agricultores (UPA). A pesar del desempleo y del deterioro de las condiciones laborales en las zonas urbanas, el campo sigue sin representar una alternativa real.

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