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Golpe al sueño americano: los emprendedores vuelven a ser hombres blancos y ricos
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LAS CARACTERÍSTICAS DEL EMPRESARIO IDEAL

Golpe al sueño americano: los emprendedores vuelven a ser hombres blancos y ricos

La historia del Sueño Americano es parte esencial de la mitología de Estados Unidos. Sin embargo, cada vez aparecen más datos que lo ponen en duda

Foto: Warren Buffett y Bill Gates son, probablemente, los dos emprendedores más importantes de Estados Unidos. (Reuters)
Warren Buffett y Bill Gates son, probablemente, los dos emprendedores más importantes de Estados Unidos. (Reuters)

La historia del sueño americano es parte esencial de la mitología de Estados Unidos. Si bien se ha tendido a narrarla con cierto adorno, hasta hace relativamente poco, nadie podía dudar de que, efectivamente, un gran número de las personas más poderosas del país americano (fundamentalmente empresarios) eran hombres hechos a sí mismos que habían conseguido elevarse sobre los hombros de la sociedad americana partiendo desde lo más bajo.

Nombres como los de John D. Rockefeller, Henry Ford, Harry S. Truman o Warren Buffett permitían poner cara a lo que, sin ellos, no habría sido más que una leyenda. Sin embargo, el sueño americano parece encontrarse en trance de desaparición, en parte por los apuros económicos originados por la crisis, y un reciente estudio publicado por la Oficina Nacional de Investigación Económica estadounidense no hace más que ahondar en la herida.

El 84% de los emprendedores americanos son blancos

Según el artículo, realizado por Ross Levine de la Universidad de Berkeley y Yona Rubinstein de la London School of Economics, el perfil del empresario estadounidense es el de un blanco de buena familia que disfruta de educación superior. El estudio fue llevado a cabo a partir de la investigación de los emprendedores que habían formado LLCs, una especie de equivalente americano de las sociedades de responsabilidad limitada españolas, e identificaron una serie de peculiaridades tanto sociales como personales que los distinguían de los asalariados y que, al mismo tiempo, pueden decirnos mucho sobre el presente de la empresa americana. ¿Qué hace falta, por lo tanto, para ser emprendedor en el país de las barras y las estrellas?

Viviendo en el mundo de los WASP

En primer lugar, ser blanco, una cualidad que compartían el 84% de los emprendedores investigados. En segundo lugar, ser hombre, puesto que un 72% de ellos lo eran (lo que indica que apenas hay un 28% de mujeres). En definitiva, dos de las cualidades que habían dado lugar al acrónimo WAPS, es decir, White Anglo-Saxon Protestant (“protestante anglosajón blanco”) que generalmente ha sido empleado para referirse a ese influyente sector de la población americana de elevada posición social y gran poder económico que suele defender posturas más reaccionarias y conservadoras.

Apenas un 28% de los emprendedores son mujeres

También hace falta tener dinero: como indica la investigación, la mayor parte de los empresarios provienen de familias de elevado nivel económico. Al parecer, provenir de un hogar en el que se ingresan más de 100.000 dólares (unos 75.000 euros), una cantidad suficiente para pertenecer al 10% más rico de la sociedad estadounidense, hace aumentar en un 60% las posibilidades de fundar una empresa. A nadie se le escapa que, de cuantos más recursos económicos se disponga para invertir en un nuevo proyecto, más sencillo será hacer de tripas de corazón y lanzarse a la aventura empresarial.

Algo que también se refleja en la educación que han adquirido: mientras que sólo el 32% de los trabajadores asalariados tieneuna carrera universitaria, hasta el 47% de los emprendedores hapasado por alguna facultad. Por supuesto, ello no garantiza el éxito, como bien saben Vidal Sassoon o el francés François Pinault, que triunfaron en la vida tras dejar los estudios, ilustres excepciones que se mantienen al margen de la regla.

Los chicos malos triunfan en los negocios

Hasta aquí, las malas noticias para los emprendedores que, ante la crisis, se plantean poner en marcha sus negocios a pesar de no disponer de una gran cantidad de ahorros; ahora tocan las buenas. Como señala la investigación, existen ciertas peculiaridades psicológicas que distinguen a aquellos que se decantan por el emprendimiento como objetivo vital. Y, esta vez sí, encajan bastante con el estereotipo que tanto la cultura popular como los medios de comunicación han dado del empresario triunfador y que básicamente se traducen en que, al contrario de los asalariados, los emprendedores no se conforman con nada.

La clave está en el ansia por experimentar y por romper las reglas

El estudio considera que aquellos que mantienen un comportamiento más agresivo y arriesgado durante su adolescencia tienen más posibilidades de montar sus propios negocios. Al fin y al cabo, se trata de dos características asociadas con el éxito empresarial, pero también implican que haber cometidoalgún delito durante la adolescencia es otra señal a la hora de arrancar con una empresa. En concreto, aquellos que se situaban por encima de la media en lo que concierne al consumo de drogas, la delincuencia y el comportamiento criminal, tenían un 60 más de posibilidades de hacerlo. Unos resultados que se encuentran en sintonía con los de otro reciente estudio realizado por un grupo de investigadores de la Universidad de Gales, que afirmaba que los chicos más inteligentes sienten una mayor fascinación por las drogas.

Como ocurría con el caso de los emprendedores, la clave está en el ansia por experimentar y por “romper las reglas”, así como una tendencia hacia la creatividad y la independencia (o, habrá quien prefiera llamarlo “falta de empatía”) de este perfil psicológico. No es la primera vez que se establece una relación entre rebeldía y emprendimiento: otro estudio aparecido en el Journal of Vocational Behavior ya lo señalaba, aunque empleaba el concepto de “modesta mala conducta” para referirse a dicho comportamiento. Además, el estudio cita otras características mentales ya conocidas de los que prefieren el autoempleo, como son la autoestima, el optimismo y el ansia de novedades.

Una situación inmutable

Los resultados de la investigación han sido recibidos con alarma en Estados Unidos. Al fin y al cabo, es un golpe en la línea de flotación de los presuntos avances en igualdad (de género, de sexo, de oportunidades) de los que suele hacer gala el país americano. En The Washington Post, Lydia DePillis señalaba que estos resultados son “preocupantes”, puesto que “este tipo de beneficios suelen perpetuarse a sí mismos”. Es decir, que, debido a que dinero llama a dinero, es muy probable que el “techo de cristal” (glass ceiling) que impide a ciertas minorías acceder a los sectores más elevados de la sociedad sea cada vez más difícil de traspasar. Incluso Business Insider ha publicado durante los últimos días el llamado “cuadro del nepotismo” que muestra el funcionamiento de este proceso.

La diferencia entre ricos y pobres es cada vez mayor

La de la diferencia de oportunidadeses una de las preocupaciones más acuciantes en Estados Unidos, donde el eslogan utilizado por Occupy Wall Street “Somos el 99%” hacía referencia, precisamente, a esa disparidad entre el 1% del país, que concentra en sus manos el 40% de la riqueza de la nación, y el 99% restantes. Lo más preocupante no es tanto esta brecha entre ricos y pobres, sino la velocidad con la que se ha acentuado durante los últimos años y que no tiene visos de revertirse.

La historia del sueño americano es parte esencial de la mitología de Estados Unidos. Si bien se ha tendido a narrarla con cierto adorno, hasta hace relativamente poco, nadie podía dudar de que, efectivamente, un gran número de las personas más poderosas del país americano (fundamentalmente empresarios) eran hombres hechos a sí mismos que habían conseguido elevarse sobre los hombros de la sociedad americana partiendo desde lo más bajo.

Warren Buffett Investigación Wall Street
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