“Veo casi imposible que la socialdemocracia sobreviva”
Los partidos socialdemócratas se desmoronan en casi toda Europa, principalmente en España, Grecia y Portugal, mientras se comienzan a plantear tímidos procesos internos de reflexión (refundación
Los partidos socialdemócratas se desmoronan en casi toda Europa, principalmente en España, Grecia y Portugal, mientras se comienzan a plantear tímidos procesos internos de reflexión (refundación para los más atrevidos). Esta debacle, que sitúa al griego PASOK en una intención de voto de poco más del 5%, al Partido Socialista de Portugal en una profunda recesión tras perder las elecciones anticipadas del pasado mes de junio, y al PSOE desalojando sus tradicionales feudos en Galicia (en la provincia de A Coruña ha recibido menos votos que la incipiente formación AGE, y en la de Pontevedra casi han empatado), así como la Lehendakaritza en el País Vasco, abre un incierto escenario político a nivel nacional e internacional.
“Los partidos tradicionales, pero más concretamente los socialdemócratas, están en crisis”, apunta el analista en política internacional y presidente del Grupo de Estudios Estratégicos (GEES) Manuel Coma. Un peligroso escenario, continúa el analista, que podría amenazar la democracia si, finalmente, las opciones más radicales y populistas, “tanto de derechas como de izquierdas”, ocupan el vacío dejado por los grandes partidos. “En Grecia ya se está dando esta situación, y aunque se pueden establecer muchos paralelismos con España, aquí podría pasar que quienes más se aprovechasen de ello fuesen los partidos nacionalistas”, añade Coma.
La debacle del PASOK como síntoma
Los think tank de la socialdemocracia española, que ya llevaban desde el congreso de Sevilla lanzando mensajes de advertencia a las cúpulas de sus partidos sobre lo que se les venía encima, han recibido la consigna desesperada de poner, ahora sí, toda la carne sobre el asador para corregir el rumbo y evitar una muerte anunciada. “En el congreso de Sevilla no se hizo suficiente autocrítica, como reclamaban las bases. Fue solo una elección entre candidatos, pero sin analizar los errores cometidos, de ahí la derrota electoral”, explica el politólogo y subdirector de Estudios de Progreso de la fundación Alternativas Julio Embid.Mientras la socialdemocracia no ponga sobre la mesa nuevas propuestas las opciones radicales ganarán votos
El desplome del PASOK en Grecia que, a pesar de estar gobernando en coalición con los conservadores de Nueva Democracia, ha perdido totalmente la confianza de la ciudadanía, es una realidad que cada día quita más el sueño a los ‘fontaneros’ de la socialdemocracia española. En el anticipado reflejo griego no se encuentran las claves de qué pasos se deben tomar, pero sí de lo que no se debe hacer: “Si el PSOE no da la sensación de oponerse a los recortes y a las políticas del PP, si no va a las manifestaciones con el resto de la ciudadanía, y si no es incisivo con Rajoy ni con la labor de sus ministros, entonces, podrá pasar lo mismo que en Grecia”, advierte el subdirector de Alternativas. En definitiva, para recuperar el espacio perdido, “el partido tiene que estar junto a la opinión pública”, sentencia Embid.
La primera hoja de ruta ya está en la calle
Ignacio Urquizu, doctor europeo en sociología, no habría podido elegir un mejor momento para publicar su último ensayo con un título que lo dice todo: La crisis de la socialdemocracia: ¿qué crisis? (Catarata), que presentará mañana viernes con el apadrinamiento del exministro socialista Joaquín Almunia. Como adelanta Urquizu a El Confidencial, su libro “es una hoja de ruta de hacia dónde evolucionar la socialdemocracia” y pone en entredicho, como se intuye en el propio título, que “no es cierto que a los partidos socialistas se estén hundiendo en todas partes, pues solo hay que mirar a Holanda, Francia o Alemania”.
Los tres pilares en los que se asienta la hoja de ruta de Urquizu son la política, donde propone “dar más fuerza democrática a las instituciones”; la economía, con un alegato “a favor de recuperar el discurso de la productividad” y, en tercer lugar, el Estado de Bienestar, en el que ofrece pistas de “cómo hacerlo sostenible económicamente". Su visión y propuestas miran al futuro con optimismo, aunque reconoce que “la socialdemocracia tiene importantes retos por delante”. En la medida en que los partidos tradicionales no pongan sobre la mesa nuevas propuestas y abracen la renovación, dice Urquizu, “todo lo que sea populismo y soluciones fáciles ganará muchos votos; un caldo de cultivo al que contribuirán la desigualdad y el empobrecimiento de las clases medias, y gracias al que formaciones como UPyD podrán crecer mucho”.Hollande es la última esperanza de la socialdemocracia europea
La debacle electoral de la socialdemocracia se ha limitado, como apunta Manuel Coma, a los países en los que gobernaban estos partidos cuando estalló la crisis económica. “El que está en el poder es el que paga el pato, pero además, en España no se han sabido depurar responsabilidades, lo que ha generado desconfianza entre el electorado”, apunta el analista político. Una renovación que sí se ha llevado a cabo en el seno del partido socialista de Holanda, obteniendo con ello grandes réditos electorales en las últimas elecciones.
Entre la desaparición y el giro radical
El futuro de la socialdemocracia parece estar más cerca de la desaparición, o cuando menos de la marginalidad política, que de la recuperación como un partido de masas. Para el catedrático de Comunicación Política de la UAB y experto en campañas electorales, Pere Oriol-Costa, “los partidos socialistas aún están a tiempo de salvarse”, y solo cree que superarán “la crisis brutal que están sufriendo” si adoptan una serie de profundos giros políticos poco imaginables a día de hoy.
En primer lugar, apunta Oriol-Costa, “deben demostrarle a la ciudadanía que abandonan el juego en el que han entrado durante los últimos años en todos los países donde están fracasando; es decir, las conexiones con el mundo financiero, porque ellos también formaron parte de los consejos de administración de las cajas de ahorros”.Si el PSOE no da la sensación de oponerse a los recortes y a las políticas del PP le pasará lo mismo que al PASOK
Una vez que se abandonen los vínculos con estos poderes, continúa el catedrático, “deben establecerse relaciones con la sociedad civil, abrazando banderas como las del 15-M o la cumbre social y con toda la gente que está en la vanguardia de la mayoría silenciosa que está sufriendo. Su programa debe orientarse por esta vía, recuperando así la esencia de la socialdemocracia, pero sin la burocracia que generaba”. En el peor de los casos, dice, “tendrían que fijarse en François Hollande, para por lo menos dar respuesta a las consecuencias devastadoras que ha provocado la crisis capitalista en Europa”.
Un salto cualitativo que, según coinciden la gran mayoría de analistas y los propios socialistas de base, nunca podría llevarse a cabo sin antes producirse un relevo de los candidatos y caras visibles del partido. “Sin primarias es muy complicado generar ilusión”, matiza Julio Embid. La recuperación del espíritu socialdemócrata que propone Oriol-Costa como último intento a la desesperada de salvar los muebles, genera dudas entre esa ciudadanía más movilizada a la que se apela. Para los llamados indignados, las medidas contra el Estado de Bienestar adoptadas en el último ciclo de Zapatero no son más que la demostración definitiva del alejamiento entre la socialdemocracia y la ciudadanía.
¿Un viaje sin retorno?
En la última manifestación del 25-S frente al congreso contra los presupuestos generales, Luis Herranz, un joven diseñador gráfico, definía este sentir así: “El modo en el que gobernó la socialdemocracia en la última legislatura, totalmente alejada de sus postulados teóricos, y el modo en el que lo está haciendo ahora la oposición, les ha quitado la poca credibilidad que les quedaba. No creo que nunca más se vuelvan a recuperar, pero tampoco desaparecerán, gracias al sistema electoral que les favorece”.
Para José María González, trabajador de 37 años en unos laboratorios farmacéuticos de Madrid que también acudió a la manifestación de Rodea el Congreso, tiene claro que “la socialdemocracia se está derrumbando. Es cierto que circunstancialmente se ha encontrado gobernando en este momento histórico y tuvo que liderar un proceso impuesto desde estructuras supranacionales, al igual que en el resto de los países del sur de Europa, pero no creo que sobrevivan sin juntarse en un bloque de formaciones de carácter horizontal, y eso lo veo casi imposible”.
La gran pregunta sigue siendo quién ocupará ese espacio político. Para Pablo, un veterano activista que prefiere identificarse solo como miembro de la Asamblea Popular de Arganzuela, “una plataforma al estilo de Syriza en Grecia, que en Galicia ya es embrionaria (AGE se ha autodenominado como ‘la Syriza gallega’), podría ser una opción, en la que ya están debatiendo formaciones extraparlamentarias y otros colectivos políticos”.
Los partidos socialdemócratas se desmoronan en casi toda Europa, principalmente en España, Grecia y Portugal, mientras se comienzan a plantear tímidos procesos internos de reflexión (refundación para los más atrevidos). Esta debacle, que sitúa al griego PASOK en una intención de voto de poco más del 5%, al Partido Socialista de Portugal en una profunda recesión tras perder las elecciones anticipadas del pasado mes de junio, y al PSOE desalojando sus tradicionales feudos en Galicia (en la provincia de A Coruña ha recibido menos votos que la incipiente formación AGE, y en la de Pontevedra casi han empatado), así como la Lehendakaritza en el País Vasco, abre un incierto escenario político a nivel nacional e internacional.