Censura en la ciencia: ¿puede el miedo al terrorismo frenar los avances?

¿La libertad de investigación y divulgación científica puede poner en riesgo nuestra seguridad? ¿Es correcto censurar la publicación de ciertos resultados para evitar que caiga en malas manos? ¿El secretismo incentiva aún más su investigación? ¿El pánico al bioterrorismo es excusa suficiente para frenar el avance de la ciencia?

El debate está servido. Dos equipos de expertos en enfermedades infecciosas, en Europa y Estados Unidos, han descubierto las mutaciones genéticas necesarias para la transmisión del virus H5N1 (el de la gripe aviar) entre personas, que podría tener unas consecuencias letales. En caso de mutar, podría matar a varios millones de personas en poco tiempo, ya que podría transmitirse por el aire.

En caso de mutar, el virus H5N1 podría transmitirse por el aire

Los estudios del virólogo investigador holandés Ron Fouchier, del Centro Médico Erasmus en Holanda y de Yoshihiro Kawaoka, de la Universidad de Wisconsin, demostraron cómo la cepa H5N1 mutada puede transmitirse por gotitas en el aire entre hurones, considerados un buen modelo animal sobre cómo se comportan los virus de la gripe en las personas. Los investigadores finalmente no comprobaron si puede transmitirse de la misma manera entre los seres humanos, a través de la tos o los estornudos, por considerarse antiético.

El miedo al bioterrorismo retrasa la publicación de los estudios

Para dar tiempo a la comunidad científica y a los gobiernos para determinar si la investigación puede realizarse de manera segura, los científicos señalaron la semana pasada “una pausa voluntaria de 60 días en cualquier investigación que involucre los virus de la influenza aviaria altamente patógena H5N1" que puedan producir formas fácilmente transmisibles del virus, en una carta publicada en la revista científica Science.

Por primera vez, las revistas más prestigiosas de divulgación científica, Science y Nature, han retrasado la fecha de publicación de los trabajos por la presión del Consejo Asesor Científico Nacional para la Bioseguridad de EE.UU (NSABB), a efectos legales un censor dependiente del Gobierno.

Los expertos en bioseguridad temen que una versión transmisible por vía aérea entre los humanos de la gripe H5N1 pueda disparar una pandemia global peor que el brote de influenza española de 1918, que causó la muerte a 40 millones de personas. Asimismo, la NSABB insistió en "la necesidad de impedir que los detalles de esta investigación caigan en manos terroristas”.

Los ataques terroristas no deben frenar el avance de la ciencia

José Antonio López, virólogo investigador del centro de biología molecular de la UAM, considera que los ataques terroristas no deben frenar el avance de la ciencia. "Occidente ha sufrido episodios de pánico durante las últimas décadas. Nos hemos sentido vulnerables después de La Guerra Fría, del ataque terrorista a las torres gemelas en Nueva York...". Sin embargo, no han frenado el avance de la ciencia, sino todo lo contrario. "Las investigaciones científicas han seguido su curso a pesar del aumento de actos terroristas".

Ron Fouchier y su equipo piensan que los resultados de su investigación podrían ayudar a salvar vidas en caso de epidemia de gripe aviar."Se trata de informaciones que deben compartirse con los países donde el virus de la gripe H5N1 provoca brotes, de forma que esos países estén alerta en caso de que surja esa mutación" del virus, destacó en declaraciones el investigador.

¿Por qué temer más a este virus que a otros?

López coincide con Fouchier. “Conocer la secuencia del virus sería beneficioso porque nos puede ayudar a combatirlo en caso de que mute, cuanto mayor conocimiento, mayor ventaja para elaborar fármacos o vacunas contra ese agente infeccioso. No hay que esperar a que bioterroristas muten el virus, por sí solo puede hacerlo”, advierte.

El experto recuerda que a lo largo de la historia se han manipulado genéticamente muchos virus, “pero si este (el de la gripe aviar) mutara manteniendo la misma virulencia que ahora, sería muy mortífero”. El experto nos coloca en contexto. “Ha pasado de aves a humanos en el sureste asiático y la tasa de mortalidad ha sido de más del 50%. Desde 1997 ha habido más de 500 casos de infección casual entre humanos con unas 330 muertes”, especifica. “El llamado virus de la gripe española mató a 40 millones en 1918 y su porcentaje de mortalidad no llegó al 5%. Si exceptuamos el ébola, es el virus más mortífero”, compara.

La tasa de mortalidad de este virus es de más del 50%

El virólogo español reconoce que es relativamente fácil mutar el virus. “Cualquier terrorista no podría reproducirlo, hacen falta sintetizadores, conocimiento, biólogos, buenas instalaciones… pero el biólogo estadounidense John Craig Venter fue capaz de sintetizar las 500 kilobases de una bacteria 10 veces mayor que la de este genoma”.

¿Por qué ha censurado este caso el consejo asesor estadounidense?

“Los científicos también nos lo preguntamos. Se conoce la secuencia íntegra de la viruela, que ya no existe en estado libre. Alguien podría fabricarlo químicamente, esa secuencia es pública”. De hecho, según explica el virólogo “todavía no se han destruido los dos tubitos con este virus, uno está en EE.UU y otro en Rusia”, desvela. “También han investigado con el virus de la gripe española del 18, estudiaron por qué ese virus era tan mortífero. Todo se ha publicado”, sentencia.

López admite que la mutación del virus puede ser empleada de manera malintencionada. “Todo puede ser susceptible de caer en malas manos y ser utilizado con malos fines. El conocimiento científico es neutro, ni es ético ni deja de serlo, lo ético radica en su utilización. Por ejemplo, un cuchillo no tiene ética, su utilización sí", expone como ejemplo.

Por su transmisión por el aire, la mutación de este virus hace potencialmente peligrosa su manipulación. La posibilidad de que se contagie entre humanos directamente incrementa las prevenciones. López nos tranquiliza y explica que la ciencia tiene sus normas y que funcionan. “Para investigar en cualquier área te piden explicaciones, se investiga a través de proyectos financiados, tienen que ser aprobados por los comités de bioética, ética…, y no todos los centros disponen de instalaciones de seguridad”, indispensables para realizar estas mutaciones. Del mismo modo, existen los comités supranacionales, encargados de dar el visto bueno a este tipo de proyectos.