Tanorexia: el deseo compulsivo de lucir moreno durante todo el año

Nunca están a gusto con el color de su piel. El verano lo aprovechan para exponerse más de la cuenta al sol y en invierno son asiduos a las cabinas de rayos UVA. Pero siempre se ven poco bronceados. Los tanoréxicos son personas que sienten un deseo compulsivo de estar moreno todo el año, por eso invierten todo el tiempo y el dinero que pueden en conseguirlo. No se sabe cuántos son, pero los dermatólogos avisan de que cada vez hay más.

Los especialistas de la piel fueron los que alertaron sobre los beneficios de protegerse bien cuando se expone al sol, porque el cáncer de piel provoca 50.000 muertes al año en el mundo. Julián Conejo-Mir, presidente de la Asociación Española de Dermatología y Venereología, explica que los tanoréxicos sufren un trastorno "dismórfico corporal al estilo de la anorexia o la vigorexia, ya que ellos también distorsionan su realidad al verse blancos". Sienten, además, una ansiedad profunda por no perder el tono de piel que tienen y viven compitiendo con sus amigos y familiares para ver quién está más bronceado.

Las personas que padecen esta obsesión castigan tanto su piel que provocan “un aumento de arrugas y manchas, envejecimiento prematuro de la piel y queratosis solares”. Sus posibilidades de sufrir un cáncer de piel se multiplica por tres. Los expertos ya anunciaron que la obsesión con los bronceados aumenta los melanomas en gente cada vez más joven y se sabe que el efecto dañino del sol es acumulativo. También se sabe que ninguna crema, por muy alta protección que tenga, protege completamente contra el sol.

Tanofobia

El Presidente de la Academia habla de un nuevo peligro: la fotoprotección extrema. Es una enfermedad acuñada como tanofobia: cuando las personas sienten un miedo irracional al sol. "Si tomar el sol produce cáncer, si no se toma nada de nada se aumenta el riesgo de déficit de vitamina D. Éste puede producir cáncer de colon, mama y próstata”.

Todas las personas necesitan de esta vitamina que se consigue a través de leche, huevos, ostras, pescado azul e hígado. Pero no siempre se consume la cantidad adecuada, por lo que se necesita una exposición a la radiación solar. “Con cinco minutos al día es suficiente”. Sobre todo, Conejo-Mir asegura que la vitamina D falta a la gente mayor y aquellos que pasan el día encerrados sin ver la luz solar. “Es la única forma de que se sintetice y pase de Provitaminda D a Vitamina D”.

Es buena para la psoriasis, para las infecciones (como la tuberculosis) y previene el cáncer de piel. “Los dermatólogos somos conscientes de que hemos creado una verdadera tano-fobia a nuestros pacientes por insistirles tanto en que tomar el sol es perjudicial para la salud”. Al meter tanto miedo sobre los efectos nocivos del sol, se está privando del resto de los efectos beneficiosos de las pequeñas dosis de rayos UVA y que permitirían conseguir los efectos anteriormente enunciados. Por eso el mensaje es claro: ¿Exposición al sol? Sí, pero ni en exceso ni en defecto.