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¿Se dice la verdad sobre la gripe porcina?
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¿Se dice la verdad sobre la gripe porcina?

Aparecen de un día para otro. Siembran el pánico. Matan. Los gobiernos gastan cientos de miles de millones. Y cuando los que comercian con las píldoras

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¿Se dice la verdad sobre la gripe porcina?

Aparecen de un día para otro. Siembran el pánico. Matan. Los gobiernos gastan cientos de miles de millones. Y cuando los que comercian con las píldoras o las vacunas de la supuesta solución ya se han forrado, el mal empieza a decrecer hasta que desaparece. Sin que nadie sepa explicar el por qué, todo vuelve a la normalidad. Hasta la próxima pandemia.

La penúltima fue la gripe aviar. La de hoy es la porcina. Los animales de granja se han rebelado contra quienes los explotan a lo bestia. Son muchos los expertos que piensan que el virus de la gripe de los marranos es el resultado de manipulaciones científicas extrañas en secretos laboratorios militares donde se prepra la guerra química y bacteriológica. Nada mejor que usar virus y bacterias como soldados. No piensan, sólo matan sin fallar.

El pánico colectivo actual podría hacer aún más multimillonario al que fabrica el famoso y controvertido antiviral Tamiflu, lanzado al mercado cuando la gripe aviar amenazaba, según las voces interesadas, destruir a media humanidad. España, entonces, compró 10 millones de dosis a cambio de 120 millones de euros. Para nada. Una buena parte del cargamento está en manos del Ejército, en un lugar secreto de Madrid. Ahora, cuando ya nadie se acordaba, el Tamiflu ha vuelto para 'salvarnos', pregonado desde todos los rincones del planeta. Con la gente acojonada, la venta del milagro es más que fácil.

Pero miremos un poco más allá. El laboratorio Gilead Sciences, Inc., con sede en California (EEUU), es el que tiene los derechos del supuesto remedio contra el mal que aterroriza al mundo. Y el directivo más conocido y poderoso de la firma es un señor que se llama Donald Rumsfeld y que fue secretario de Defensa de Bush. Un hombre que ya demostró ser duro y agresivo como pocos y que la gripe porcina actual, como la aviar de entonces, podría hacerlo todavía más rico de lo que ya es.

Al parecer, un investigador de biodefensa indonesio declaró el año pasado que Estados Unidos ya podía fabricar armas biológicas en el laboratorio de Los Álamos, usando muestras de la gripe aviar enviadas por Indonesia a la Organización Mundial de la Salud. Detalles sobre el tema aparecen en el libro Es tiempo de que cambie el mundo: manos divinas detrás de la gripe aviar, escrito por el ministro de Salud indonesio. En la web Globalresearch.ca, bajo el título La gripe acaba con los memos de la tortura, de la investigadora Lori Price, se señala que el virus porcino pudo haber salido de un laboratorio militar.

Convendría pues reflexionar acerca del origen de las nuevas alarmas con marchamo de epidemias que se suceden. Como cuando el sida nos sorprendió a todos y algunos científicos empezaron a mantener sospechas que apuntaban a manipulaciones biológicas realizadas en laboratorios dedicados a 'jugar' con virus y bacterias que luego se introducen en ojivas de bombas. Claro que los virus mutan para defenderse y que son cada vez más agresivos. Pero pueden mutar de forma natural o se les puede inducir a que lo hagan. Lo único que planteo aquí hoy es una radiografía de coincidencias, de circunstancias. Cada cual que saque sus propias conclusiones.

Aparecen de un día para otro. Siembran el pánico. Matan. Los gobiernos gastan cientos de miles de millones. Y cuando los que comercian con las píldoras o las vacunas de la supuesta solución ya se han forrado, el mal empieza a decrecer hasta que desaparece. Sin que nadie sepa explicar el por qué, todo vuelve a la normalidad. Hasta la próxima pandemia.