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"He pagado 47.000 euros de hipoteca en cuatro años y debo al banco más de lo que me prestó"
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'EL CONFIDENCIAL' HABLA CON UN AFECTADO POR LAS HIPOTECAS MULTIDIVISA

"He pagado 47.000 euros de hipoteca en cuatro años y debo al banco más de lo que me prestó"

“Sabía lo que contrataba. Sabía a lo que me exponía. Lo que jamás me habría imaginado es que cuatro años después de firmar la hipoteca debería

Foto: "He pagado 47.000 euros de hipoteca en cuatro años y debo al banco más de lo que me prestó"
"He pagado 47.000 euros de hipoteca en cuatro años y debo al banco más de lo que me prestó"

“Sabía lo que contrataba. Sabía a lo que me exponía. Lo que jamás me habría imaginado es que cuatro años después de firmar la hipoteca debería al banco un 40% más de lo que le pedí prestado”.

A.F.L. decidió en 2008 comprarse una vivienda. Los precios de los pisos estaban en máximos y el Euribor, por encima del 5%. No tenía pareja. Con unos tipos de interés tan elevados, la vivienda a punto de caer y una sola nómina, acceder a una hipoteca tradicional no era tarea sencilla.

“Un amigo que trabajaba en un banco me habló de las hipotecas multidivisa. Fui a la entidad a informarme y me pusieron sobre la mesa un documento que me mostraba que por los 220.000 euros que pedía, con una hipoteca tradicional la cuota mensual ascendería a 1.300 euros y en una hipoteca en yenes, a 750. La diferencia era de 550 euros al mes, lo que al año me supondría un ahorro de 6.600 euros”.

Con estas cifras en la mano, la decisión estaba tomada. “El banco realizó un estudio de viabilidad y me concedió una hipoteca por el 90%. Eso sí, con doble garantía. Por un lado, la propia vivienda y, por otro, la vivienda de mis padres”, cuenta A.F.L.

"Firmé la hipoteca hace cuatro años, en 2008. Pedí un préstamo de 220.000 euros. En este tiempo he pagado, con los distintos tipos de cambio, 47.252,15
euros. Si el yen se hubiese mantenido estable al tipo de cambio al que compré habría pagado 38.693,52. Vamos, que por tipo de cambio he asumido ya una 'pérdida' de 8.558,63 euros", explica calculadora en mano. "Lo que debería haber pagado si hubiera firmado una hipoteca tradicional habrían sido 49.568,36 euros, lo que me habría supuesto una 'ganancia' de 2.316,21".

"Esto no es lo más inaudito, porque sabía que me podía pasar. Lo más sangrante es que que después de pedir prestados 220.000 euros y haber amortizado más de 47.000 en estos cuatro años, sigo debiendo al banco 223.000 euros". Una cantidad que llegó a alcanzar los 280.000, casi un 30% más de la deuda inicial y un incremento por el que la entidad podría haberle ejecutado toda la hipoteca.

Cláusulas abusivas y amenazas

Y es que las hipotecas multidivisa contienen algunas de las cláusulas abusivas de las hipotecas tradicionales pero también otras que los abogados califican de 'draconianas'. La más dañina es aquella que establece que si la deuda contraída o capital pendiente aumenta en un 5% o un 10%, el cliente debe amortizar ese exceso o aportar garantías adicionales porque, de no hacerlo, el banco puede ejecutar toda la hipoteca. “Es una barbaridad. Pongamos que ese exceso es del 10.000 o 20.000 euros, ¿cómo lo amortizo?”, se pregunta Óscar Serrano, quien, no obstante, no conoce ningún caso en el que se haya llegado a activar dicha cláusula. 

A A.F.L. no le llegaron a ejecutar la hipoteca, pero su entidad sí amenazó con hacerlo si no contrataba un seguro de 50.000 euros adicional al que ya había contratado cuando firmó la hipoteca. 

La más llamativa, aquella por la que la entidad podía ejecutar toda la deuda pendiente cuando el capital pendiente se incrementa en un 10%. “Si mi hipoteca era de 220.000 euros y la deuda hubiese superado los 242.000 euros, el banco me podría haber exigido la diferencia. Yo llegué a 280.000 y el banco me amenazó con ejecutarme si no contrataba el seguro”.

"Contraté el seguro de hogar que exige la ley a todas las hipotecas. Y también contraté un seguro de vida. Pasados unos meses me llamaron del banco para que contratara otro, pero me negué ya que ni mi contrato ni las escrituras me obligaban a ello. Aun así, me hicieron ampliar el que ya había contratado. Pero seis meses después recibí una desagradable llamada por parte de la directora de la sucursal, que me amenazó con ejecutar la parte excedida de mi hipoteca, recordándome la garantía del piso de mis padres", recuerda A.F.L. 

"Tuvimos una discusión muy fuerte, pero al final me obligaron bajo estas amenazas a firmar un seguro nuevo de 50.000 euros cuya duración era de un año y que se ha renovado automáticamente porque no sabía que debía avisar con antelación para no renovarlo". 

Este seguro le supone un sobrecoste de 18 euros mensuales que se suman a la cuota de la hipoteca y a los 56 euros mensuales que debe pagar por el seguro de vida y de hogar. 

La última cuota de su hipoteca fue de 887,74 euros. Con una hipoteca tradicional estaría pagando 805,10. "Esto es así ahora, que el yen se está devaluando, porque en el mes de agosto llegué a pagar 1.091,60 euros, la cuota más cara en toda la vida de la hipoteca".

Obsesionado con el yen

A.F.L., técnico de riesgo de crédito en una multinacional española y licenciado en ADE no se plantea, al menos por ahora, recurrir a los tribunales ni transformar su hipoteca en euros. 

"No tengo un sueldo desorbitado ni mucho menos y ahora que tengo pareja no estoy con el agua al cuello. Además, a nivel global, todavía sigo beneficiándome de haber contratado una hipoteca en yenes. Durante el primer año calculo que me ahorré unos 7.000 euros, cantidad que me ha servido como colchón cuando el yen comenzó a revalorizarse". 

"Además, a los niveles actuales del yen todavía puedo aguantar. Lo que no perdono son las amenazas y la mala fe con la que actuó el banco".

Su día a día, como el de la inmensa mayoría de los hipotecados multidivisa gira en torno al yen, a las reuniones del BCE y a la evolución económica de Europa y Japón. "Tengo una ventana siempre abierta en mi ordenador para seguir la cotización del yen. Es una obsesión".

“Sabía lo que contrataba. Sabía a lo que me exponía. Lo que jamás me habría imaginado es que cuatro años después de firmar la hipoteca debería al banco un 40% más de lo que le pedí prestado”.