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Fabricar un sable láser como el de 'Star Wars' es una terrible idea (según la física)
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La culpa la tiene el plasma

Fabricar un sable láser como el de 'Star Wars' es una terrible idea (según la física)

Martin Archer, doctor en física y divulgador científico en la BBC, tiene muy claro que no quiere ver una espada como las de la saga galáctica ni en pintura

Una de las marcas de fábrica de 'Star Wars' son los duelos con sables láser entre los caballeros Jedi que han poblado las, hasta ahora, siete películas de la franquicia. Con los años, las tiendas de juguetes se han llenado de réplicas que imitan, con mayor o menor gracia, el funcionamiento de un arma que parece letal si nos guiamos por lo visto en el celuloide: pero no basta con blandir uno de ellos para rebanar a nuestro antojo. Un sable láser, hoy, es ciencia ficción. Pero Martin Archer, doctor experto en la física del plasma, afirma que es posible aunque la idea sea una locura.

"Ahora mismo, estamos lejos de construir uno. Tenemos ideas sobre cómo fabricarlos, pero la tecnología está muy por detrás", explica Archer a Teknautas. Este doctor por la Queen Mary University of London objeta que no contamos con baterías lo suficientemente poderosas como para crear uno ni con materiales capaces de soportar las elevadísimas temperaturas que emitiría un sable láser: "Hablamos de problemas relacionados con la tecnología. No podemos descartar que en un futuro los superemos y podamos dar forma a uno".

La tecnología actual impide fabrica un sable láser, aunque la teoría demuestra que será posible el día en que se pueda generar el plasma necesario

¿Cómo funcionaría un sable láser en el mundo real? Según el canon de 'Star Wars', la luz que emiten esos objetos es plasma, un gas ionizado muy caliente formado por una cifra aproximadamente similar de iones, cargados positivamente, y electrones, con carga negativa. Después del sólido, el líquido y el gaseoso, el plasma se considera el cuarto estado de la materia.

Las fuerzas magnéticas que crea el plasma son esenciales para lograr que el sable mantenga su forma estilizada y no trate de expandir el calor hacia el entorno. Pero para controlarlo haría falta un imán tan grande como el que se está contruyendo en el ITER, en Francia, y que será capaz de crear y mantener la energía necesaria para generar un flujo de plasma similar al que necesitaría el sable de Luke Skywalker. Esa instalación no estará finalizada hasta, por lo menos, 2020.

"Imagino que un prototipo de un sable sería mucho más aparatoso que los que aparecen en 'Star Wars', debido al tamaño de la batería necesaria para emitir semejante cantidad de energía", razona Archer. Pero, explicaba unos párrafos más atrás, estas ideas expresan limitaciones tecnológicas que el tiempo y los avances deberían ser capaces de superar. En otras palabras, un sable láser del tamaño de un pequeño cilindro que cupiera en nuestras manos sería posible... con muchos años de investigación y desarrollo.

Según el doctor en física, se necesitaría una fuerza de entre seis y 23 teslas, la unidad que mide la inducción magnética, mientras que los imanes del LHC, una de las mayores infraestructuras científicas del planeta, son capaces de ejercer alrededor de los 8,4 teslas.

No es un duelo, es un suicidio

Pero Archer, que también es conocido en Reino Unido por divulgar ciencia en un canal de YouTube de la BBC, admite que aunque pueda sonar bien, la ejecución de un proyecto de estas características sería una calamidad. En especial para aquellas personas que tuvieran entre manos un objeto tan poderoso. ¿Por qué? Un simple choque entre dos sables láser provocaría una explosión que acabaría con los dos contendientes casi al instante.

Que el plasma sea el material ideal para replicar un sable láser reside en el hecho de que dos fuentes independientes chocarían al cruzarse la una con la otra, tal y como sucede en las películas. "Hay gente que ha fabricado sables basados en líquidos inflamables o con láseres muy potentes, pero no tienen todas las características de los que vemos en el cine, como la forma estilizada o la posibilidad de chocar", argumenta. Pero sería en ese choque donde acabaría toda la diversión.

Reconexión magnética. Ese es el fenómeno físico responsable de que un duelo de sables láser acabe en tragedia. Cuando dos líneas de un campo magnético, en este caso los sables, se unen, cambian sus patrones de conectividad respecto a sus fuentes. Al hacerlo, liberan una enorme cantidad de energía. "Esa energía se movería a una velocidad entre tres y 13 kilómetros por segundo. La misma a la que sucede una explosión", afirma Archer en el vídeo en el que también explica el fenómeno (está en inglés y se necesita un nivel elevado para comprender los tecnicismos de los que habla) que se puede apreciar sobre estas líneas.

La reconexión magnética también explica las auroras boreales terrestres, que se producen cuando el plasma que emite el sol entra en contacto con los campos magnéticos de la Tierra.

Si dos sables de plasma chocaran durante un combate, generarían una explosión que rebanaría las manos de ambos combatientes

Es bastante probable que esa explosión de la que habla Archer acabara con las manos de ambos luchadores así como con otras partes de su anatomía, por no decir que la vida de ambas personas estaría en grave peligro. ¿Se podría evitar de alguna manera? Para que no se produzca esa reconexión magnética, sería necesario que ambas fuentes de plasma estuvieran alineadas de forma casi perfecta. Pero, de hacerlo, no habría forma de emular a Luke Skywalker y Darth Vader en pleno duelo en los episodios V y VI.

Mejor jedi que sith

Otro fenómeno de los sables láser que explica la física del plasma es el color. Más allá de la pura estética, que un sable sea rojo o azul tiene su propia lógica, de la que se derivan unas u otras consecuencias. La temperatura a la que se encuentra un plasma que emite una luz roja está a unos 727º, mientras que el azul se iría hasta los 14.700º, lo que implica una 'ligera' diferencia entre ser un sith o un jedi.

"Debido a que la luz de un sable azul está mucho más caliente que la de uno rojo, puede depositar mucha más energía cuando se topa con un objeto u otro material. Un sable láser rojo no sería capaz de cortar un material a una altísima temperatura, como un carburo de hafnio [se funde a 3.890º], que tiene una temperatura de fundición más alta que la del plasma rojo. Al lado de un sable de plasma azul, la mayoría de materiales que conocemos se derretirían, si no es que no se evaporan antes", zanja Archer.

El próximo 20 de abril se pone a la venta el DVD y el Blu-ray de 'El despertar de la Fuerza'. Uno de los aspectos que ha resucitado la nueva película de 'Star Wars' son los duelos de sables láser. Unos duelos que la física se ha encargado de arruinar.

Una de las marcas de fábrica de 'Star Wars' son los duelos con sables láser entre los caballeros Jedi que han poblado las, hasta ahora, siete películas de la franquicia. Con los años, las tiendas de juguetes se han llenado de réplicas que imitan, con mayor o menor gracia, el funcionamiento de un arma que parece letal si nos guiamos por lo visto en el celuloide: pero no basta con blandir uno de ellos para rebanar a nuestro antojo. Un sable láser, hoy, es ciencia ficción. Pero Martin Archer, doctor experto en la física del plasma, afirma que es posible aunque la idea sea una locura.

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