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El metro de Nueva York se convierte en laboratorio antiterrorista por unos días
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investigan la mejor respuesta ANTE UN ATAQUE

El metro de Nueva York se convierte en laboratorio antiterrorista por unos días

Nueva York realiza el mayor estudio hasta la fecha sobre corrientes de aire en el suburbano para responder mejor ante un atentado con gases

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El 20 de marzo de 1955, 10 miembros de la secta Aum Shinrikyo liberaron gas sarín en el metro de Tokyo, causando la muerte a 13 personas y una grave intoxicación a varios cientos. En plena hora punta, los terroristas aprovecharon el trasiego de pasajeros y el espacio cerrado para lograr el mayor impacto posible. Si un ataque así llegase a producirse, ¿qué deberíanhacer las fuerzas de seguridad? ¿Evacuar a los viajeros hacia el exterioro refugiarles en zonas de la red que no hayan sido contaminadas?

Los sistemas de transporte público, como el suburbano, suponen un desafío para la seguridadya que mucha gente entra y sale cada hora y vigilarlos a todos es complicado. Si a eso añadimos el hecho de estar bajo tierra, asegurar la protección de los viajeros se convierte en rodo un reto.

Para acometer esta misión en las mejores condiciones y con toda la información relevante, el Departamento de Policía de Nueva York está llevando a cabo este verano un estudioen colaboración con el Laboratorio Nacional de Brookhaven, perteneciente al Departamento de Energía del gobierno estadounidense. Como campo de pruebas,un escenario especial: el metro de Nueva York.

Este estudio, el más grande de estas características llevado a cabo hasta la fecha, tiene como objetivo estudiar las corrientes de aire que se forman en el metro y la velocidad y dirección en la que se expandiría un gas en el caso de ser liberado en el suburbano, así como los puntos en los que éste accedería al exterior, en un área densamente poblada.

200 dispositivos para estudiar cómo se mueven los gases

Para ello, los expertos han elegido tres días no consecutivos –el último fue este jueves 25 de julio-, para liberar en el metro pequeñas cantidades de un gas del grupo de los perfluorurocarbonos. Estos compuestos, que se utilizan entre otras cosas para procedimientos médicos, como cirugías oculares, son inofensivos, además de inodoros e incoloros, de forma que los usuarios del suburbano no han experimentado ninguna molestia. Tampoco suponen una amenaza ambiental.

Previamente a la liberación del gas, se situaron en lugares estratégicos, tanto en el metro como en la superficie, unos 200 dispositivos de recogida de muestras, que servirán para analizar el aire que circula en los túneles y determinar en qué dirección y con qué velocidad e intensidad se dispersaron los compuestos liberados. Así podrán trazarse las corrientes de aire que se mueven en la red de transporte subterráneo, lo que ayudará a las fuerzas de seguridad a tomar mejores decisiones si se diera una crisis en el futuro.

Los resultados serán útiles no solo en caso de un atentado con armas químicas, biológicas o radiológicas, sino también en caso de liberarse algún otro agente peligroso, como humo o vapores de un vertido tóxico.

El 20 de marzo de 1955, 10 miembros de la secta Aum Shinrikyo liberaron gas sarín en el metro de Tokyo, causando la muerte a 13 personas y una grave intoxicación a varios cientos. En plena hora punta, los terroristas aprovecharon el trasiego de pasajeros y el espacio cerrado para lograr el mayor impacto posible. Si un ataque así llegase a producirse, ¿qué deberíanhacer las fuerzas de seguridad? ¿Evacuar a los viajeros hacia el exterioro refugiarles en zonas de la red que no hayan sido contaminadas?

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