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La televisión en tres dimensiones se estrella antes de despegar
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LA BBC CANCELA LA PRODUCCIÓN DE CONTENIDOS HASTA 2016

La televisión en tres dimensiones se estrella antes de despegar

La cadena de televisión británica BBC ha anunciado esta semana que cancela la producción de contenidos en 3D. El ente público inglés se ha dado cuenta

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La televisión en tres dimensiones se estrella antes de despegar

La cadena de televisión británica BBC ha anunciado esta semana que cancela la producción de contenidos en 3D. El ente público inglés se ha dado cuenta de algo que empieza a ser obvio: a la gente no le interesa el 3D. Al menos, en la televisión.

La decisión viene después de las pobres cifras de seguimiento que han tenido hasta el momento los contenidos emitidos con la opción de ser vistos en 3D. Aunque alrededor de la mitad de los espectadores que cuentan con esta tecnología vieron la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de Londres 2012 en 3D, una cifra nada despreciable, otras emisiones han obtenido porcentajes de audiencia bastante mediocres: solo un 5% quisieron ver en tres dimensiones el especial navideño Mr. Stink. De forma que se acabó la producción de 3D en la BBC

Aún se emitirán algunos programas ya producidos, como el capítulo especial por el 50 aniversario de la serie Doctor Who que se emitirá en noviembre, pero después de eso, la producción queda suspendida, al menos hasta 2016.

Este anuncio de la BBC llega unos meses después de que la cadena deportiva ESPN anunciase que a finales de este año cerrará su canal en 3D, un canal que se inauguró en junio de 2010 con la emisión en 3D de la ceremonia inaugural de la Copa de Mundo de la FIFA. A partir de 2014, esta cadena seguirá innovando con contenidos en alta definición, pero dejará en suspenso la producción en 3D.

En una entrevista radiofónica, Kim Shillinglaw, jefe del área de 3D de la BBC, achacaba la decisión a la “falta de apetito” de los ingleses por la tecnología, y reconocía que ver la televisión en 3D es “bastante molesto”. “Cuando la gente va al cine, están acostumbrados a hacer una sola cosa, y cuando ven la televisión se concentran de forma diferente. Creo que por eso el 3D ha sido una decepción”, ha explicado.

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Shillinglaw no descarta retomar el proyecto, una vez que pase lo peor de la crisis, pero considera que el papel de la BBC será el de estar a la espera y observar la evolución del sector. Como ha explicado Shillinglaw, “no estoy seguro de que nuestro trabajo sea liderar la carrera del 3D”.

En España la situación de falta de apetito parece ser similar. En nuestro país, la penetración de las televisiones con tecnología 3D ha sido un auténtico chasco: a finales de 2012, un año en el que se suponía que el sector iba a despegar, solo el 2% de las televisiones contaban con esta función.

Los motivos para esta falta de interés del público son muchos, pero se pueden reducir a dos: la televisión en 3D es poco interesante y algo incómoda.

Puesto que la adopción de esta tecnología ha sido escasa, pocas productoras generan contenidos adaptados, por lo que los espectadores no encuentran incentivos interesantes para invertir en ella. Es la pescadilla que se muerde la cola. En nuestro país, a parte de las películas adquiridas en formato blueray que pueden ser vistas en 3D o las opciones son muy limitadas. El sistema iPlus de Canal+ permite el acceso a retransmisiones 3D, pero son irregulares en el tiempo y escasas. También con ONO los usuarios pueden acceder a este tipo de contenidos, pero de nuevo los contenidos son pocos y sin periodicidad.

Dependiendo del modelo de televisión, para ver contenidos en 3D hace falta ponerse unas gafas especiales y situarse en un sitio específico frente a la pantalla. Nada de tirarse en el sofá, nada de mirar de medio lado. Esto impone límites a la comodidad de los espectadores, y supone un problema importante cuando varias personas están viendo la televisión en la misma habitación.

Es probable que el desarrollo de la tecnología dé un empujón a la televisión en 3D, para empezar, deshaciéndose de las gafas. Las televisiones 4k –de resolución cuatro veces mayor a las de alta definición- o Ultra HD podrían permitir a medio plazo la programación de contenidos en 3D sin necesidad de usar las típicas gafas.

Pero de momento, el refugio del 3D es el cine. Un refugio en el que se encuentra relativamente a salvo. La proyección de películas en 3D es ya habitual en nuestro país, donde el 45,4% de los cines tiene al menos una sala equipada con esta tecnología, según el Censo de Salas de Cine de 2013 que realiza la Asociación para la Investigación de los Medios de Comunicación.

Sin embargo, tras unos años de crecimiento, el formato en cine del 3D también está notando el desgaste y el estancamiento, en parte atribuible a la crisis pero también a la decepción de los espectadores. Por un lado, porque una entrada para ver una película en 3D puede aumentar el precio en un 30%. Por otro, porque en muchas ocasiones, la técnica 3D aporta muy poco o nada a la proyección y parece más bien un truco para aumentar la recaudación en taquilla.

Una opinión que, curiosamente, comparte James Cameron, director de Avatar, el filme que hizo del 3D una de sus señas de identidad y que consiguió con su estreno que muchas salas implantasen esta tecnología.

En 2008, antes del estreno de Avatar, Cameron declaró que consideraba la tecnología 3D una “extensión natural de su arte cinematográfico”, y pensaba que no habría ninguna película que no pudiese enriquecerse con ella. Pero parece que ahora ha cambiado de opinión. En una conferencia que compartió en México DF con el también director de cine Alfonso Cuarón, Cameron reconoció que, aunque esperaba que Avatar ayudase a expandir el 3D todo lo posible, ahora la producción de películas con esta técnica “se ha convertido en una estrategia de los estudios para ganar dinero”, y el proceso queda en muchos casos fuera del control del director, añadiendo los efectos en la etapa de posproducción.

A la espera de que pase la crisis y los espectadores, tanto en la televisión como en el cine, tengan los recursos para elegir cómo prefieren consumir la programación, las productoras se esfuerzan por dar con la tecla adecuada. De momento, parece que la televisión se desmarca del 3D y lo deja en stand by, apostando por la televisión social y la producción de contenidos para dispositivos móviles.

La cadena de televisión británica BBC ha anunciado esta semana que cancela la producción de contenidos en 3D. El ente público inglés se ha dado cuenta de algo que empieza a ser obvio: a la gente no le interesa el 3D. Al menos, en la televisión.