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La nueva Xbox: incompatible con 360 y con trabas a la segunda mano
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PRESENTADA AYER EN REDMOND, WASHINGTON

La nueva Xbox: incompatible con 360 y con trabas a la segunda mano

Microsoft presentó ayer, o quizá más bien bosquejó, su consola de octava generación, la Xbox One. Se trata de la mitad de una novela que se

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La nueva Xbox: incompatible con 360 y con trabas a la segunda mano

Microsoft presentó ayer, o quizá más bien bosquejó, su consola de octava generación, la Xbox One. Se trata de la mitad de una novela que se completará en el E3, en junio, para darle un trozo de carne a sus seguidores y mantener así viva la llama de la expectación. La PlayStation de Sony, su principal rival, jugó a lo mismo en febrero, aunque los japoneses cometieron el error garrafal de no mostrar el aspecto del aparato. Cierto es que no hay relación entre la carcasa exterior y el rendimiento de la máquina, pero los juegos, como la comida y el sexo opuesto, si no entran por los ojos salen por la boca. 

La compañía de Ballmer adelantó lo que podemos esperar a nivel hardware: 8 Gb. de memoria RAM, un procesador de 8 núcleos, 500 Gb. de disco duro interno, Blu-ray y una nueva versión del exitoso Kinect. Ninguna de estas especificaciones es novedosa para un ordenador convencional, pensado para mover múltiples programas y sistemas operativos de modo simultáneo, pero sí en una consola dedicada solo a juegos. Aunque esta última afirmación no es exactamente así.

Porque los fabricantes de consolas llevan años, casi décadas, tratando de desplazar a los reproductores audiovisuales del salón. Y Xbox One, cuya publicidad reza "All in one", no iba a ser menos: permite ver la televisión, reproducir música y películas, navegar por la red, descargar contenidos y, claro está, echarse una partida de vez en cuando. "Queremos cambiar el entretenimiento para siempre, otra vez más. Los jugadores (gamers) siempre adoptan las tecnologías antes que nadie, y esperamos que apuesten por esto", explicaba ayer Don Mattrick, presidente del negocio interactivo de Microsoft. 

Es la enésima apuesta por la baza de la integración de dispositivos de ocio, que por supuesto busca retener a los clientes en la tienda online de cada marca, que es donde se encuentra el grueso de los beneficios de cara al futuro. Sin embargo, ¿tanto les cuesta entender que ver la televisión a través de la consola le resulta innatural a una mayoría?

En esta línea hay tres novedades que tienen de uñas a los usuarios. Se trata no solo de vender contenidos, sino de evitar que los pirateen. Microsoft lleva meses lanzando el globo sonda de que esta consola precisaría de conexión a internet para funcionar, y ayer no terminó de desmentirlo. La versión expuesta ayer sostiene que se podrá utilizar Xbox One sin conexión, si bien deja la puerta abierta a que los desarrolladores hagan lo que consideren oportuno con sus juegos. Cada vez más compañías adoptan esta medida del 'siempre-online' con el objetivo de chequear que cada copia de las que se ejecutan tenga un número de serie válido.

Además, según adelanta Wired, Microsoft va a controlar el mercado de segunda mano. Los juegos, que pueden instalarse para evitar depender de los discos, requerirán un pago extra en una segunda utilización. Esto es, si Microsoft detecta que una copia ya ha sido instalada anteriormente en otro equipo, habrá que pasar de nuevo por caja. Esto significaría, por ejemplo, el final del intercambio de juegos entre amigos. Naturalemente Xbox no va a mover ficha hasta que no conozca la posición de Sony al respecto, ya que no sería la primera vez que una cláusula leonina echa por tierra un producto de grandes prestaciones. Por el momento se trata de un rumor no confirmado.

Y para cerrar el capítulo negativo, una decepción. Xbox One no aceptará juegos de la actual Xbox 360. Se veía venir -con el cambio de Xbox a 360 también sucedió- pero no por ello es menos dramático comprobar que los usuarios fidelizados con la marca tendrán que desechar todo lo invertido en software una vez consumada la actualización de máquina.

También hay novedades interesantes. La versión remozada de Kinect promete una experiencia de reconocimiento de voz y gestos "más sencilla y rápida" que la actual, que ya satisfacía a la comunidad. También el mando se integrará en este sistema de control, que ha sufrido unos cambios estético que lo hacen más aparatoso. En materia de juegos de salida, buena camada, apunten: Fifa 14, NBA 2K14, Quantum Break o Forza MotorSport 6.  Y como ya anunció Sony, Xbox One se sumerge en las procelosas aguas de las redes sociales por medio de botones que permiten un acceso directo a Twitter o Facebook. 

En resumen, lo que ayer vimos son las líneas generales de un proyecto que tomará forma en el E3, junto a su competencia. Será entonces cuando veamos qué es definitivo y qué se quedó en un globo sonda.

Microsoft presentó ayer, o quizá más bien bosquejó, su consola de octava generación, la Xbox One. Se trata de la mitad de una novela que se completará en el E3, en junio, para darle un trozo de carne a sus seguidores y mantener así viva la llama de la expectación. La PlayStation de Sony, su principal rival, jugó a lo mismo en febrero, aunque los japoneses cometieron el error garrafal de no mostrar el aspecto del aparato. Cierto es que no hay relación entre la carcasa exterior y el rendimiento de la máquina, pero los juegos, como la comida y el sexo opuesto, si no entran por los ojos salen por la boca.