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Los tres pilares de la resurrección de Apple: iWatch, iPhone 5S e iOS 7
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Los tres pilares de la resurrección de Apple: iWatch, iPhone 5S e iOS 7

El martes 4 de octubre de 2011, amaneció soleado, con un cielo azul completamente despejado en Cupertino. No era un día normal. En el ambiente se

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Los tres pilares de la resurrección de Apple: iWatch, iPhone 5S e iOS 7

El martes 4 de octubre de 2011, amaneció soleado, con un cielo azul completamente despejado en Cupertino. No era un día normal. En el ambiente se podía notar un cierto nerviosismo por parte de los más de 250 asistentes que se encontraban en el auditorio Town Hall. Se presentaba un nuevo smartphone y la expectación era máxima. Algunas filtraciones habían hablado del próximo iPhone 5, un teléfono con nuevas formas, otra apariencia física. Más rompedor en definitiva. Era el primer producto que aparecía en público desde que fuera nombrado CEO Tim Cook, y había que estar a la altura.

A pocos kilómetros de allí, en Palo Alto, Steve Jobs yacía en su lecho de muerte. La tecnológica sabía perfectamente que era cuestión de horas, tal vez días, que muriese. Había informado a la Policía para que tomara las medidas oportunas. Mientras esto sucedía, una cortina se abrió dando paso a un Cook sonriente que, después de soltar un par de frases ingeniosas perfectamente preparadas hasta la saciedad, dar un repaso al rendimiento de la empresa y las gracias por formar parte de ella, mostró, ante la decepción de gran parte del público, su nuevo producto estrella: el iPhone 4S. A continuación se produjo un silencio incómodo. Era otro modelo de teléfono, sí. Con mejor procesador y Siri. Pero tenía la misma forma y ¡qué diablos!, no era el iPhone 5.

Horas después, Steve Jobs murió y las acciones de la compañía bajaron. Algunos aseguraron que si en lugar de un exempleado de IBM, hubiese sido Jobs el que hubiese presentado aquel teléfono, habría convencido al mundo entero de que era realmente revolucionario. Habría utilizado palabras que empezasen con i minúscula y, en definitiva, habría convertido aquella presentación tan hueca en todo un espectáculo. Pero el que allí estaba no era ningún showman visionario, sino un ejecutivo riguroso y metódico con experiencia en dirección de empresas.

Este año, como todos, Apple volverá a presentar sus nuevos productos. De lo que enseñe dependerá, ahora más que nunca, su futuro en el mundo de la tecnología. Jobs no está y los de Cupertino tienen duros rivales que cada vez más están acaparando el mercado. Y esta vez no vale con presentar un producto cualquiera.

Hasta la fecha, han habido muchos rumores sobre lo que anunciarán los de Cupertino en la WWDC de junio y más tarde, en otoño. Teniendo en cuenta todo lo que se ha filtrado y atendiendo al modus operandi de Apple, todo apunta a que en un mes presentarán el nuevo SO iOS 7, y en septiembre u octubre el iPhone 5S y probablemente un low cost.

El iOS 7 por dos razones: Apple no se puede permitir no renovar su sistema operativo (sobre todo, después de comprobar lo que pueden hacer algunos malditos cacharros con Android como el Galaxy S4 o el HTC One). Pero es que, además, ya no está Forstall, sino Ive, y esta semana, desde la página Onswipe se filtró la información de que se había producido un aumento del tráfico desde el nuevo iOS a las páginas web de los socios de la compañía. Es decir, que un nuevo sistema operativo ya está siendo utilizado en Cupertino.

Por si esto fuera poco, la llegada de otro iOS con un nuevo rediseño es algo que también ha augurado John Gruber, que en su día clavó las características del iPad mini. Además, según el blog AllThingsD, Ive ha tomado prestados a ingenieros de OS X 10.9 para terminar la nueva plataforma. Algo, por otra parte, muy típico en la tecnológica. Un ejemplo: cuando el primer iPhone estaba en plena fase de desarrollo, la actualización del sistema operativo de los Macintosh tuvo que retrasarse varios meses debido a que se habían concentrado todos los recursos en el dispositivo móvil.

Apple suele probar las versiones de sus sistemas operativos de manera interna antes de sacarlos al mercado. Después los muestra al público en la keynote de turno y saca una previa para desarrolladores. En este sentido, siempre que cae un SO le sigue un nuevo smartphone, y desgraciadamente, lo que se espera no es un iPhone 6, sino el 5S e incluso un low cost para mercados emergentes. Tampoco creo que lo haga en junio, sino que esperarán a otoño.

Son ya varios los componentes que se han filtrado en distintos medios que apuntan a que el nuevo smartphone será físicamente igual que el iPhone 5 y que se llamará 5S, como ya hizo con el 4S. Cambiará su procesador, la cámara (que probablemente pasará a  12 ó 13 megapíxeles) y algún que otro componente más, pero lo demás seguirá siendo casi idéntico. Si teníais alguna duda al respecto, desechadla. Uno de los medios que lo ha filtrado es Tinhte, conocido por enseñar antes que nadie los EarPods y una versión preliminar del iPod touch de cuarta generación. 

Con el iPhone low cost pasa lo mismo. Comenzó como un vago rumor, pero con el tiempo ya se da por hecho. Medios como MacRumorsThe Wall Street Journal o Apple Insider se han hecho eco de la noticia y ya han aparecido las primeras imágenes del chasis, exactamente igual a como sucedió con el del iPhone 5, del que se sabía prácticamente todo antes de su presentación.

Según el medio Tactus, el cuerpo del nuevo terminal tiene los bordes redondeados, parecido a los del antiguo modelo 3GS, una cámara de solo 5 megapíxeles, es de plástico y cuenta con 3,5 pulgadas, en lugar de las 4 que tiene actualmente el iPhone 5. E incluso le han puesto precio: 300 dólares.

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Justo el año pasado por estas fechas, Jonathan Ive declaró que estaba trabajando en el producto más importante de su historia en Apple. Es raro, muy raro, que un empleado de los de Cupertino filtre nada. Y además Ive no es un cualquiera. El responsable de diseño industrial es además, un peso pesado en la compañía. Sus declaraciones han multiplicado las expectativas en torno a la nueva presentación de Apple. Además, de sobra es sabido que la tecnológica necesita dar un golpe de efecto que acabe con las críticas y la desconfianza en bolsa, y un dispositivo de este tipo terminaría con las dudas sobre su capacidad de superar la muerte de Jobs ya que sobre todo no cuenta con un iPhone 6 revolucionario.

Muchos han visto tras estas palabras un televisor, otros un iWatch. Yo me decanto por el smartwatch. Primero porque ya lo comercializó Peeble y otras marcas aunque de una forma que se puede mejorar con creces; segundo porque atraería a más clientes que una televisión y tercero porque Samsung anunció el pasado mes de marzo que lanzaría un dispositivo de este tipo, algo que no se puede permitir la compañía.

Según Bloomberg ya hay un equipo de más de cien personas trabajando en este gadget que, de salir, podría hacerlo en otoño de este año. Es la filtración más improbable, es cierto. Pero también lo es que Tim Cook no querrá repetir su experiencia de 2011 y limitarse en hardware a una versión S.

El martes 4 de octubre de 2011, amaneció soleado, con un cielo azul completamente despejado en Cupertino. No era un día normal. En el ambiente se podía notar un cierto nerviosismo por parte de los más de 250 asistentes que se encontraban en el auditorio Town Hall. Se presentaba un nuevo smartphone y la expectación era máxima. Algunas filtraciones habían hablado del próximo iPhone 5, un teléfono con nuevas formas, otra apariencia física. Más rompedor en definitiva. Era el primer producto que aparecía en público desde que fuera nombrado CEO Tim Cook, y había que estar a la altura.

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