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El móvil ha dejado al equipo de música como elemento de adorno
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LOS ALTAVOCES BLUETOOTH SE IMPONEN

El móvil ha dejado al equipo de música como elemento de adorno

Todo empezó como un inocente juego. Los móviles al principio servían para efectuar y recibir llamadas en cualquier punto del globo. Librarse del cable supuso un

Foto: El móvil ha dejado al equipo de música como elemento de adorno
El móvil ha dejado al equipo de música como elemento de adorno

Todo empezó como un inocente juego. Los móviles al principio servían para efectuar y recibir llamadas en cualquier punto del globo. Librarse del cable supuso un salto cualitativo considerable, pero ni de lejos podíamos imaginar la influencia que los smartphones modernos tendrían en el día a día.

Se han comido literalmente a las cámaras de fotos compactas y son cada vez más los que emplean el móvil como cámara principal de fotos y vídeo. Las consolas también han sentido el zarpazo de este equipo que puede con todo, e inesperadamente, en muchos hogares están cambiando las cosas gracias a un periférico cada vez más refinado y potente: los altavoces bluetooth. Comenzaron como un complemento para el móvil, para que pudiéramos escuchar música en los viajes o servir de manos libres. Pero el asunto ha ido a mayores.

Un fabricante que conoce bien este recorrido es Jawbone. La firma de San Francisco se aventuró en el mercado con unos curiosos altavoces que pronto llamaron la atención de los medios: Jambox. No es que funcionalmente hicieran algo extraordinario: se conectaban a cualquier equipo con bluetooth y reproducían su música con una calidad que destacaba si se consideraba el reducido tamaño del equipo. Acompañen a esta fórmula una buena batería, un diseño llamativo y una calidad de construcción destacable para explicar el rápido éxito del producto.

Sin embargo, seguían siendo unos altavoces para viajes. Su potencia y calidad de sonido no daban más de sí. Pero Jawbone entendió que había un mercado para este tipo de producto pero para ser utilizado en el hogar. Y nació Big Jambox.

Palabras mayores. Este hermano mayor llegó al mercado con otras intenciones: su mayor tamaño, pero sobre todo, su excelente calidad de audio y potencia ponían en serios aprietos al equipo de música de casa. Y sobre todo su sencillez: una vez emparejado con el móvil basta con encenderlo y comenzar a disfrutar de la colección de canciones. 

Adiós a recorrer la balda con el dedo en busca del CD que deseamos escuchar. Teclear el nombre de la canción en el smartphone y pulsar Play es todo lo necesario para sentir el sonido atronador en todo el salón. Es cierto que se quedará corto para los más puristas, pero a buen seguro que será más que suficiente para buena parte de los melómanos. Y un precio muy razonable para lo que ofrece: en torno a los 300 euros.

Jawbone abrió la espita pero luego ha sido toda una colección de fabricantes los que se han tirado en plancha en este mercado. CNET los juntó a comienzos de mes en un artículo en los que se enumeraba a los mejores. Y de ellos destacamos el JBL Charge, un recién llegado a este mercado que ofrece básicamente lo mismo que sus rivales, pero además proporciona un extra que agradecerán los que pretendan llevárselo por ahí: permite cargar el móvil en un momento de apuro. 

Mashable lo ha probado y las críticas no pueden ser mejores. Esta combinación cuenta con un ingrediente mágico que dispara sus posibilidades: la suscripción a un servicio de música en streaming como Spotify, en el que basta con teclear el nombre de cualquier canción que se le pase por la cabeza, pulsar Play y a disfrutar.

Todo empezó como un inocente juego. Los móviles al principio servían para efectuar y recibir llamadas en cualquier punto del globo. Librarse del cable supuso un salto cualitativo considerable, pero ni de lejos podíamos imaginar la influencia que los smartphones modernos tendrían en el día a día.