Los ordenadores cumplen el sueño de Gaudí: la Sagrada Familia está acabada

"Mi cliente no tiene prisa". Ésa era la respuesta habitual de Antoni Gaudí para aquellos que le interrogaban sobre la fecha de culminación de la Sagrada Familia. Cuando comprendió que jamás vería con sus propios ojos la catedral terminada, el arquitecto expresó un deseo que aún se mantiene vivo 87 años después de su muerte. Las generaciones posteriores debían encargarse del trabajo pendiente.

Gaudí lo dejó todo preparado: maquetas, bocetos, anotaciones. Pero lo que nunca se imaginó es que serían los ordenadores quienes se encargarían de (casi) todo en el futuro. Gracias a la aplicación de distintos tipos de ‘software’ procedentes de la aeronáutica y la industria del automóvil, y aplicando técnicas de modelado 3D conocidas como 'ingeniería inversa', el sueño de Gaudí ya es realidad. Mientras en el exterior las obras continúan, la Sagrada Familia ya está terminada a escala 1:200.

“Las superficies de Gaudí no podían dibujarse con los programas convencionales”

Cuando en 1991 Jordi Bonet, el penúltimo director de las obras del templo, le pidió a su equipo de arquitectos que investigasen fórmulas tecnológicas para aplicar en la construcción de la Sagrada Familia, la informática aún no estaba preparada para digerir a Gaudí.

“Cuando entré a trabajar aquí junto con el arquitecto neozelandés Mark Burry, nos pidieron que investigásemos. Nos encontramos con que los programas eran bastante limitados. Las superficies 'conoides' de Gaudí, tan complejas, no se podían dibujar con los programas convencionales”, explica a Teknautas desde Barcelona el arquitecto Jordi Coll, hoy director del Departamento de Proyectos de la Sagrada Familia.

“En estos momentos la Sagrada Familia está modelada al 100% a escala 1:200, a falta de situaciones concretas. El siguiente paso será introducir la fachada de La Gloria. Después tendremos que modelar el templo a escala 1:100 y a continuación a escala 1:25”, explica Jordi Coll.

“Creemos y esperamos que Gaudí sí estaría orgulloso de nuestro trabajo. Procuramos ser lo más fieles posible a su pensamiento y a su proyecto en nuestra forma de operar, poniéndonos en su lugar, viendo en cada momento qué decisiones hubiese tomado él en situaciones parecidas”, señala Jordi Coll.

“Creo que si Gaudí hubiese tenido acceso a la tecnología de la que disponemos hoy –continúa el arquitecto- no habría puesto ningún límite y les habría sacado todo el jugo. Habría cogido lo último para ponerlo ‘a tope’. En su época, cuando apareció el hormigón armado, no dudó en utilizarlo”.

“Siempre sientes el ansia de ver construida la Sagrada Familia. Primero esperas verla en el ordenador, después en el modelo real y algún día…”, añade. De momento, las últimas previsiones sobre la finalización de su construcción apuntan a 2026, año en que se conmemorará el centenario de la muerte de Antoni Gaudí.