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V de viaje fiscal en las tecnológicas
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V de viaje fiscal en las tecnológicas

Vienen, venden y se van. Y prácticamente sin pasar sin Hacienda y sin dejar poso. Las multinacionales tecnológicas estadounidenses han conseguido lo que nunca: entrar en

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V de viaje fiscal en las tecnológicas

Vienen, venden y se van. Y prácticamente sin pasar sin Hacienda y sin dejar poso. Las multinacionales tecnológicas estadounidenses han conseguido lo que nunca: entrar en los hogares de los consumidores de medio mundo, ganarse su confianza como si fuesen la tienda de la esquina y gozar de una reputación e imagen a prueba de balas. Son los Google, Apple, Samsung, Facebook, Microsoft o Twitter, empresas que han extendido sus tentáculos comerciales por todo el mundo a través de la Red y apenas pagan impuestos en países como España. 

Los paraísos fiscales de Irlanda y Luxemburgo se han convertido en sus centros de reunión en Europa debido a la aventajada alfombra fiscal que estos países han puesto a su disposición. No investigan y en la mayoría de las ocasiones tampoco producen en el vasto territorio europeo que goza de una moneda común, de la libre circulación de productos y servicios entre sus fronteras, pero que a la vez contiene abismales diferencias entre unas regiones y otros en materia de impuestos y tributación. Internet y el comercio electrónico permite a su vez saltar con mayor facilidad todas estas fronteras.

Las empresas lo saben. De buena fuente lo conocen las multinacionales estadounidenses y cada vez más, de otros países, incluso, las emergentes empresas globales españolas. Por eso, reducen su presencia en los países con altas cargas fiscales a las sociedades, dejando en ellos meras oficinas comerciales y de representación. Nada de investigación, ni desarrollo o innovación, salvo excepción que confirme la regla. No se lleven a engaño. En Dublín no hay unas condiciones extraordinarias desde el punto de vista de infraestructuras o talento humano. Las tecnológicas establecen sus sedes fiscales en esa ciudad, caso de Google o Facebook, porque se pagan menos impuestos. Y no busquen más.

En concreto, Irlanda grava un 12% en el Impuesto de Sociedades (IS), la mitad que la media europea y casi tres veces menos que en España. Si esto es así, ¿por qué una empresa de cualquier país no traslada sus actividades online allí? No se crean que no hay casos. Inditex, tercer grupo español por valor en bolsa, mantuvo la sede fiscal de su Zara en Internet en tierras irlandesas hasta que la prensa aireó el asunto y tuvo que rectificar para evitar un daño reputacional. Eso sí, todavía no lo ha hecho y en 2011 su filial ITX Ecommerce generó unos buenos resultados netos desde Irlanda. ¿Cómo una empresa detodalavida con sede en Arteixo hace esas cosas?

En Internet pierde valor la presencia física, el lugar desde el que se opera siempre que el producto, el servicio y la atención postventa se produzcan de la misma manera. Cualquier director financiero pertenecería al genero tonto si no lo plantease. Telefónica Digital, que aglutina todas las actividades relacionadas con la tecnología en la compañía de bandera española, ha trasladado su sede a Londres, capital de un país que ha instaurado un impuesto de sociedades progresivo y si no se superan las 300.000 libras de beneficio se paga apenas un 19% del impuesto corporativo. Y también hay bonificaciones de distinto grado si se genera empleo o se acaba de comenzar la actividad.

Al otro lado de la balanza, tampoco tiene mucho sentido que haya diferencias importantes para un mismo producto si se compra en una tienda online .uk o .es, caso de Amazon, o que incluso sea más barato comprarlo en otro país. El debate sobre la fiscalidad no solo debe ganar peso durante estos días en Bruselas, donde se negocia el marco del proceso de armonización fiscal para el euro, sino también en la Red. ¿Dónde, cómo y cuánto debe tributar una empresa que opera en la Red y vende en cualquier país?

Que se lo digan a Kim Schmidt, alias Dotcom, caricaturizado como alcapone del siglo XXI responsable de la web de descargas Megaupload. Lo del presunto delito de piratería es dificilmente demostrable dado que eran los 'usuarios' quienes compartían archivos. El FBI le echó el guante siguiendo el rastro del dinero, acusándole de un presunto delito de blanqueo de capitales y fraude fiscal. Con servidores entre EEUU y Holanda, el jefe de Megaupload operaba desde Nueva Zelanda y estableció la sede de Megaupload en Hong Kong, con tasas inferiores al 18%. Y ustedes, ¿qué opinan de estos viajes fiscales?

Vienen, venden y se van. Y prácticamente sin pasar sin Hacienda y sin dejar poso. Las multinacionales tecnológicas estadounidenses han conseguido lo que nunca: entrar en los hogares de los consumidores de medio mundo, ganarse su confianza como si fuesen la tienda de la esquina y gozar de una reputación e imagen a prueba de balas. Son los Google, Apple, Samsung, Facebook, Microsoft o Twitter, empresas que han extendido sus tentáculos comerciales por todo el mundo a través de la Red y apenas pagan impuestos en países como España.