Thomas Suárez, un emprendedor de doce años

“¡Thomas, el desayuno está listo!”. Amanece en casa de los Suárez. Esta familia de clase media vive de forma acomodada en Manhattan Beach, una pequeña localidad cercana a la ciudad de Los Ángeles. El cabeza de familia, Ralph Suárez es analista en el aeropuerto de Los Ángeles y la calma en el hogar se ha visto súbitamente sacudida por los acontecimientos.

Thomas, su pequeño de doce años, se ha convertido de la noche a la mañana en una celebrity del 2.0. Y mérito no le falta: el joven ha pasado del anonimato a la fama al haber creado ya su propia empresa y desarrollado un par de juegos para la plataforma iOS que comienzan a proporcionar sus pequeños ingresos. Pero el bautismo de fuego de esta prometedora estrella ha llegado al ser invitado como conferenciante en una de las prestigiosas conferencias TED.

Imaginen el panorama. Entre los ponentes de la TEDx de Manhattan Beach se encuentran brillantes emprendedores, profesores universitarios y oradores cuyos currículums abruman sólo de ojearlos en una lectura rápida. Y entre ellos, nuestro Thomas. Todavía no tiene edad para una cuenta en Facebook pero ya disfruta de las mieles de un inesperado éxito.

La historia de este pequeño emprendedor nos lleva a su escuela: Thomas se aplicaba con más o menos ganas a las materias impartidas en clase, pero su cabeza estaba en otro lugar. “Yo quería aprender a programar juegos para el iPhone”, reconoció, “pero no había nadie que me pudiera enseñar”. Así que decidió formarse a sí mismo y creó un club en el colegio en la que se debatía sobre las aplicaciones, juegos y cómo desarrollarlas. Fue un éxito y cada vez contaba con más asistentes. Thomas, al tiempo, comenzó a hacer sus primeros pinitos como programador con apps sencillas y sin mayores complicaciones.

Una 'App-mofa' de Justin Bieber

El joven reforzaba su formación con asiduas visitas a la Apple Store en las que observaba y atendía a las explicaciones que los empleados de la tienda daban a los clientes. Los resultados no tardaron en llegar. Thomas comenzó a programar sus primeras aplicaciones y una de ellas, era una mofa del cantante Justin Bieber que el joven quería vender en la App Store. Esta apuesta le llevó a fundar su propia empresa, CarrotCorp, en la que figura su padre como presidente al ser él menor de edad. En diciembre, el joven acumuló los primeros 1.000 dólares en concepto de facturación, y no tardó en invertirlos en una consola. Su corta edad y decisión no han pasado desapercibidos y el joven fue invitado al escenario en las conferencias TED en su ciudad.

No crean que se amilanó ante el reto. Thomas lleva impreso en su ADN la herencia de Apple y ahí lo tienen: con el ‘pinganillo’ en la oreja y paso decidido explicando su historia con desparpajo y un inevitable ‘look’ a las presentaciones de los creadores del iPhone. Los padres, entre tanto, observan con cautela la evolución de su hijo y se alegran, en parte, del escaso monto de los ingresos. “Me alegra que haga lo que le gusta y aprenda con ello”, reconoce su padre, al tiempo que ha solicitado a los medios que no se haga público el nombre de la escuela de la nueva estrella en el firmamento tech. Un ‘think different’, pero con los pies en el suelo.