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El difícil círculo virtuoso de Silicon Valley
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El difícil círculo virtuoso de Silicon Valley

Cuando te dedicas a desarrollar productos tecnológicos dirigidos al consumidor final (el famoso B2C) o vives de la publicidad online, necesitas alcanzar una determinada masa crítica

Cuando te dedicas a desarrollar productos tecnológicos dirigidos al consumidor final (el famoso B2C) o vives de la publicidad online, necesitas alcanzar una determinada masa crítica para ser rentable, y solo tienes dos caminos para el éxito: o consigues mucho dinero para invertir en marketing y darte a conocer a tus clientes potenciales, o consigues convertirte en un fenómeno viral con la suficiente fuerza que haga que tu producto y tu marca se conozcan con rapidez por todo el mundo. Una alternativa a estos dos caminos era conseguir un excelente posicionamiento en buscadores vía SEO, que es la vía que han seguido algunas grandes empresas digitales españolas, pero esto cada vez se está poniendo más difícil.

En España, por desgracia, lo de conseguir grandes inversiones para marketing es muy complejo, y si el objetivo es lanzarte internacionalmente entonces olvídate: o consigues el dinero generándolo por ti mismo con los ingresos que te de el mercado español, o no conseguirás la inversión. Por supuesto, está el camino del lento crecimiento orgánico, pero eso  puede llevar muchos años, y en un mercado tan rápido y competido como el digital, eso te impide luchar en las ligas internacionales. Con tiempo podrás ser grande y rentable en España, y poco a poco ir intentando penetrar en otros mercados, pero nunca serás un gigante multinacional como los que surgen en Silicon Valley.

Así que a los emprendedores digitales españoles que queremos crecer a lo bestia y globalmente, solo nos queda un camino para competir: la viralidad. Pero ojo, cuando hablo de viralidad no me refiero a un fenómeno puntual que resulte gracioso, en plan vídeo de Youtube o chascarrillo en Twitter: me refiero a conseguir que los usuarios te promocionen en las redes sociales porque les gusta tu producto, pero también a que los medios de comunicación hablen todo el rato de ti en sus artículos, a que los expertos te analicen, a que te inviten a ponencias y eventos para contar tu proyecto, que te mencionen en Facebook y en Twitter de forma masiva...

Todo esto es lo que yo llamo el círculo virtuoso de Silicon Valley. Es ese punto al que llegan ciertas compañías de Internet que hace que, de repente, todo el mundo hable de ellas. Es ese momento especial en el que te has convertido en referencia, y sales hasta en la sopa incluso sin pretenderlo: en la prensa, en blogs, en la radio, en la tele, la gente por la calle... En muchos casos, de hecho, ni siquiera importa que tu producto sea excepcionalmente bueno o que hayas hecho algo innovador, y tampoco importa mucho si tienes usuarios o no, porque al final los acabaras teniendo a base de mantener esa presencia masiva en la conversación general. Esto le ha ocurrido a Facebook, a Twitter, a Foursquare, le pasó durante un tiempo corto a Quora, le ha ocurrido a AirBnB, a Zipcar, a Spotify, Netflix...

Obviamente, para ello hay que tener un producto magnífico que soporte ese extra de atención y retenga a los usuarios, o te puede pasar lo que a Quora o Second Life, que seas una moda pasajera más. Aún así, hay decenas de casos de empresas y marcas que, en un momento determinado, han conseguido dar ese salto e instalarse en el círculo virtuoso de la atención popular y mediática que te puede elevar a los altares empresariales: no solo consigues marketing gratis y aumentas tus ingresos, si no que además te abre la puerta de acuerdos con grandes compañías, atrae inversores, etc..

Este efecto, además, se produce globalmente. El origen es normalmente una actividad fuerte en Silicon Valley, de ahí se salta a los blogs especializados, luego a medios norteamericanos generalistas, de ahí a medios especializados en otros países, después a medios generalistas de todo el mundo, etc.. Toda esa presencia en medios genera también, claro, mucho ruido de usuarios en redes sociales, y también presencia en eventos, lo que realimenta la rueda: más publicaciones, más usuarios, mejores números, más eventos, etc..

Para comprobar la existencia de este fenómeno no hay más que entrar a diario en las secciones de tecnología de los grandes medios, o leer los blogs especializados españoles, y veremos que casi siempre se habla de las mismas grandes marcas: el espacio mediático se lo reparten entre las grandes (Google, Apple, Facebook, Microsoft, Samsung, Nokia...) y el resto entre las startups de moda en Estados Unidos. Por eso apenas hay hueco para los proyectos españoles en nuestros medios. Ojo, hay honrosas excepciones con medios que publican de todo, pero son las menos.

Y es una lástima, porque es ahí, en los medios, donde puede comenzar el círculo virtuoso para una startup. Por supuesto, para que esto ocurra y el proyecto tenga éxito hace falta mucho más que presencia mediática. Pero es ahí donde puede se puede prender la chispa si detrás hay un buen producto y un gran proyecto. Yo en nuestro país solo conozco la excepción de Tuenti, que creo ha sido la única tecnológica española que ha conseguido un nivel de atención similar al de la avalancha americana. Pero quitando Tuenti, ninguna otra empresa española del sector ha llegado a tener esos niveles de atención por los medios, ni de lejos. Y eso a pesar de que en España hay empresas de Internet muy fuertes y con una alta penetración en nuestro mercado, y por tanto deberían interesar más que las ignotas empresas que a veces se ponen de moda en EEUU y que jamás llegan a España, pero de las que hablamos todo el tiempo.

A mí me encantaría ver en nuestros medios noticias diarias sobre 24Symbols, JustInMind, Ticketea, Wiseri, Minube, Bloosee, Sin Delantal, Nvivo, Ludei, BitCarrier, Inbenta, WorldSensing... Esto solo por citar algunas de las más potentes y quizá menos conocidas de entre las de algunos colegas. ¡Pero hay centenares! Aparte de los clásicos tipo Idealista o Softonic, ahora España está viviendo una verdadera explosión de nuevas empresas y proyectos digitales, muchas de ellas con enorme interés. ¿Por qué estos proyectos apenas tienen cabida en los medios?

A mí hace poco una amiga periodista, a la que le envié información sobre el lanzamiento de nuestras aplicaciones móviles (nuestro mayor lanzamiento en dos años), me dijo que a ver si me creía que mi empresa era Facebook, que solo hacía seis meses que me habían publicado un artículo en su medio, y que ¡le podían llamar la atención si volvía a publicar algo! Cuando lanzamos el primer karaoke online del mundo, allá por 2007, otra periodista me dijo que no iba a publicar nada sobre Red Karaoke hasta que no nos comprase Google (¡?); la innovación y que una empresa española pudiera revolucionar un mercado se la traía al pairo. Y curiosamente, cuando conseguimos que nos publiquen algo en algún sitio, algunas veces un lector deja un comentario preguntando cuánto hemos pagado para que hablen de nosotros, como si las empresas españolas no tuviéramos derecho a salir también en los medios o como si no fuésemos capaces de crear productos atractivos.

Yo a estas alturas ya no sé si es miedo a lo desconocido, si es la mala imagen que tradicionalmente hemos tenido en España de los empresarios y emprendedores, si es la tradicional envidia española, si es falta de recursos en los medios o de conocimientos en algunos periodistas para discriminar el grano de la paja, si las empresas nos vendemos fatal (que ojo, también), si es mala leche o qué demonios es.

Pero sí sé que en gran medida por eso desde España nos cuesta tanto lanzar proyectos digitales con proyección fuera de nuestro país: nos falta apoyo en nuestros medios de comunicación que, en muchos casos, parecen estar pensando que les estás "vendiendo la moto" cuando les ofreces información sobre alguna novedad, pero no se cortan un duro al publicar cualquier nimiedad de empresas de fuera. Así es muy difícil que se produzca ese envidiado círculo virtuoso de Silicon Valley que permita a algunas de nuestras empresas dar el salto internacional con garantías.

Y, francamente, si algo necesitamos en estos momentos en España es proyectos con ambición internacional y con la posibilidad de generar riqueza y puestos de trabajo en nuestro país. Pero eso depende de todos: de los emprendedores por supuesto, pero también de inversores, gobiernos, instituciones, otras empresas y también de los medios y periodistas y expertos del sector.

Y conste que yo no me puedo quejar lo más mínimo, porque mi proyecto siempre ha contado con una cierta atención de los medios españoles. Y sobre todo ahora que me he ido a Silicon Valley parece que... oh, wait!!!! ;)

Cuando te dedicas a desarrollar productos tecnológicos dirigidos al consumidor final (el famoso B2C) o vives de la publicidad online, necesitas alcanzar una determinada masa crítica para ser rentable, y solo tienes dos caminos para el éxito: o consigues mucho dinero para invertir en marketing y darte a conocer a tus clientes potenciales, o consigues convertirte en un fenómeno viral con la suficiente fuerza que haga que tu producto y tu marca se conozcan con rapidez por todo el mundo. Una alternativa a estos dos caminos era conseguir un excelente posicionamiento en buscadores vía SEO, que es la vía que han seguido algunas grandes empresas digitales españolas, pero esto cada vez se está poniendo más difícil.

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