Invertir en emprendedores

Hay gente que invierte en bolsa. A mí me gusta invertir en proyectos emprendedores, especialmente en startups de tecnología. Para invertir en el proyecto de un emprendedor considero muchos factores. Algunos los analizo rápidamente, otros me los tomo con más calma. Necesito ver la oportunidad que me presenta, cómo la ataca, ver si asume riesgos y hasta qué punto está dispuesto a atreverse. En muchas ocasiones me encuentro con miedo al fracaso que hace que el emprendedor no asuma posiciones comprometidas.

En muchas ocasiones me encuentro con miedo al fracaso que hace que el emprendedor no asuma posiciones comprometidas.

Detrás de cada éxito que he tenido, y también de los fracasos que me han rodeado, ha habido muchas horas de trabajo, muchas noches sin poder cenar con los míos y muchos fines de semana en la oficina. Los emprendedores saben bien de qué hablo y son los primeros dispuestos a sobreesfuerzos para lanzar sus proyectos hacia delante. Por todos estos motivos, cada vez que recibo un nuevo proyecto valoro cada día más si el emprendedor, consciente de su capacidad de éxito, ha empezado a andar y no ha permitido que su sueño fuera solo un Business Plan más sobre el papel. Es importante ver la capacidad –incluso sin dinero- de intentar crear un prototipo, empezar a dar forma a un proyecto y no simplemente centrar los esfuerzos en conseguir fondos como único fin. Sí, es difícil conseguir financiación hoy en España y aquí mueren el 90% de los proyectos, pero esa no es la meta sino la línea de salida del proyecto.

Hoy en día, para conseguir financiación es imprescindible ponerse en la piel del inversor y el emprendedor, generalmente, no lo hace. Hay algunas preguntas que deben ser resueltas y son claves: ¿Cuándo y cómo se recuperará la inversión?, ¿qué ventanas de salida tendrá el inversor en la compañía? El promotor del proyecto está muchas veces demasiado inmerso en el desarrollo de negocio para plantearse que ocasionalmente esas preguntas pueden ser el motivo por el que un inversor privado no apueste por él.

De España hay sólo cuatro salidas ahora mismo. Por tierra, por mar, por aire, o por medio del talento.

De España hay sólo cuatro salidas ahora mismo. Por tierra, por mar, por aire, o por medio del talento. A mí me gusta está última y creo que hay proyectos de emprendedores que tienen talento suficiente y merecen ser financiados y tener la oportunidad de mostrar su valía. Esos casos de éxito serán los que hagan que cada vez haya más inversores, que ciertamente en nuestro país aun son pocos, y se retroalimente el círculo. Se habla mucho de internacionalizar los proyectos desde el principio ante dura realidad patria, pero mi opinión personal es que, siendo realistas, generalmente no podemos pensar en salir fuera de nuestras fronteras cuando aún no hemos sido capaz de demostrar que los proyectos son viables en nuestro mercado, dejando claro que tienen recorrido.

Muchas de las oportunidades de inversión que veo en estos últimos meses son en realidad autoempleos camuflados en los que solo se busca un sueldo del que tirar un par de años hasta que escampe ahí fuera. Son proyectos muy poco atractivos desde el punto de vista del inversor y de los que hay que huir, ya que no habrá retorno de inversión siquiera en caso de éxito. El emprendedor debe entender que el inversor apuesta por un proyecto para ganar dinero a medio plazo; no es romántico, es una inversión financiera. Del porfolio de mis participadas, muchas cerrarán en 2012 resultando fallidas, otras, las menos, con suerte llegarán a su destino. Cuantas más startups lleguen a su destino, más inversores aparecerán y por lo tanto más emprendedores podrán intentar alcanzar su sueño. Trabajemos todos, y muy especialmente la administración, en fomentar que esto ocurra.