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Lo que Google sabe de nosotros
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Lo que Google sabe de nosotros

Hace unas semanas un grupo de ciudadanos británicos bloqueó el paso a uno de los vehículos de Google que tomaba fotografías a pie de calle para

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Lo que Google sabe de nosotros

Hace unas semanas un grupo de ciudadanos británicos bloqueó el paso a uno de los vehículos de Google que tomaba fotografías a pie de calle para su producto Street View. Los soliviantados británicos denunciaban que este espía a pie de calle era una herramienta perfecta para facilitar el crimen ya que los amigos de lo ajeno podían pasearse virtualmente por las calles de la ciudad desde sus casas y planear el delito con precisión quirúrgica. Recientemente el columnista de ComputerWorld Robert L. Mitchell hace una interesante recopilación de todos los datos que pueden llegar a manejar los californianos de sus usuarios y el acopio de la información más personal que cae en manos del gran buscador.

Así, un usuario de GMail -el correo electrónico de Google- verá con asombro en su bandeja de entrada publicidad relativa al contenido del correo. Este asunto puede parecer trivial si de lo que se habla en el mail es del resultado del partido de fútbol del domingo, pero si está intercambiando correos con su médico acerca de una úlcera que está padeciendo, sepa que el sistema le sugerirá antiácidos y demás medicamentos para tratarse su problema. Por otro lado, si abre otra pestaña del navegador y comienza a hacer búsquedas en la red, éstas quedarán registradas en sus servidores y estarán disponibles en caso de requerimiento judicial. De hecho, las búsquedas en Google fueron uno de los elementos que ayudaron a resolver un crimen en Florida . El juez ordenó analizar las búsquedas previas al delito y descubrió que el asesino se había dedicado meses atrás a planificar el crimen buscando términos como "armas", "heridos" y "divorcio" (resultó ser su propio marido el asesino con ánimo de cobrar una indemnización).

Google sabe de lo que hablamos, y sabe qué buscamos en la red, pero además conoce todos nuestros contactos y por si todo esto fuera poco, puede llegar a saber con una precisión de apenas metros, el lugar exacto en el que estamos en tiempo real (Google Latitude). Conoce mejor que nadie nuestros detalles más íntimos y hasta YouTube (sí, también pertenece a Google) nos sugiere vídeos en base a las búsquedas que hayamos realizado en el pasado. Google argumenta que el registro de la información tiene como único fin dotar al usuario de mejores resultados en las búsquedas y ofrecerle un contenido que le resulte más interesante.

Desde Google se defienden afirmando que su política de privacidad se basa en tres principios: no se almacena la información privada sin el permiso específico del usuario (cláusula que se firma al acceder a cualquier producto de la casa), no se comercia con estos datos y no se proporciona publicidad sin el expreso permiso del usuario. Sin embargo, sus críticos no parecen compartir el espíritu de estas afirmaciones y acusan al gigante norteamericano de 'opacidad' a la hora de almacenar y gestionar esta información. Viendo que el tema de la privacidad se ha convertido en un asunto espinoso, a los competidores de Google (Microsoft y Yahoo, entre otros) les ha faltado tiempo en acortar los plazos de borrado de datos privados en las búsquedas en un claro intento por recortar distancias ante un rival que se les escapa.

Atrás quedó el lema que les llevó a lo más alto, el célebre 'Don't be evil' (no seas malvado) y ahora la empresa de Mountain View es observada con preocupación por los usuarios y las agencias de protección de datos. Tal y como afirmó Pam Dixon, fundadora del World Privacy Forum, "ninguna empresa ha tenido nunca tanta información privada almacenada", y lo peor del asunto es que esta situación no parece que va a cambiar a corto. Por otra parte y desde la perspectiva del usuario, los servicios de Google son cada vez más completos y eficientes ¿Será nuestra privacidad el precio a pagar?

Hace unas semanas un grupo de ciudadanos británicos bloqueó el paso a uno de los vehículos de Google que tomaba fotografías a pie de calle para su producto Street View. Los soliviantados británicos denunciaban que este espía a pie de calle era una herramienta perfecta para facilitar el crimen ya que los amigos de lo ajeno podían pasearse virtualmente por las calles de la ciudad desde sus casas y planear el delito con precisión quirúrgica. Recientemente el columnista de ComputerWorld Robert L. Mitchell hace una interesante recopilación de todos los datos que pueden llegar a manejar los californianos de sus usuarios y el acopio de la información más personal que cae en manos del gran buscador.