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El día que se rasgó el Telón de Acero
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El día que se rasgó el Telón de Acero

"Soy libre". Ese es el pensamiento que pasó por la cabeza de Walter Sobel el 19 de agosto de 1989, mientras cruzaba la frontera austro-húngara junto

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El día que se rasgó el Telón de Acero

"Soy libre". Ese es el pensamiento que pasó por la cabeza de Walter Sobel el 19 de agosto de 1989, mientras cruzaba la frontera austro-húngara junto a cientos de compatriotas de la Alemania del este, en lo que fue la primera rasgadura del Telón de Acero. Este miércoles, 20 años después de aquella aventura, Sobel y su esposa Sabine han acudido a Sopronpuszta, en la misma linde entre Austria y Hungría, para celebrar el aniversario del Picnic Paneuropeo, la reunión de confraternización que posibilitó la apertura momentánea de la frontera y la huida de más de 600 alemanes orientales. "Tuvimos el sentimiento de ser por fin libres", recuerda Sobel a escasos pasos de la línea cuyo cruce significó para él iniciar una nueva vida.

Sobel explicó que llevaba varios días en Hungría cuando escuchó sobre la organización del picnic y supo que la frontera se abriría brevemente. Junto a sus esposa y sus hijas, entonces de 2 y 4 años de edad, se acercó a la línea divisoria. "Estaba nervioso y con muchas esperanzas. Llevaba a mi hija en brazos y corrieron lágrimas. Fue un momento muy emotivo y nos alegramos mucho de haberlo logrado", rememoró.

El ansia de libertad era más fuerte que el miedo que tenían, explicó Sabine, de hecho, los Sobel ya habían intentado escapar a través de la frontera yugoslava. "En dos ocasiones nos dieron el alto policías de frontera y sólo pudimos continuar y evitar que nos detuvieran con una buena excusa", rememoró. La nueva vida comenzó de inmediato. Los alemanes orientales fueron acogidos en Austria e inmediatamente trasladados a Baviera, en la Alemania Federal.

"Soy libre". Ese es el pensamiento que pasó por la cabeza de Walter Sobel el 19 de agosto de 1989, mientras cruzaba la frontera austro-húngara junto a cientos de compatriotas de la Alemania del este, en lo que fue la primera rasgadura del Telón de Acero. Este miércoles, 20 años después de aquella aventura, Sobel y su esposa Sabine han acudido a Sopronpuszta, en la misma linde entre Austria y Hungría, para celebrar el aniversario del Picnic Paneuropeo, la reunión de confraternización que posibilitó la apertura momentánea de la frontera y la huida de más de 600 alemanes orientales. "Tuvimos el sentimiento de ser por fin libres", recuerda Sobel a escasos pasos de la línea cuyo cruce significó para él iniciar una nueva vida.

Sobel explicó que llevaba varios días en Hungría cuando escuchó sobre la organización del picnic y supo que la frontera se abriría brevemente. Junto a sus esposa y sus hijas, entonces de 2 y 4 años de edad, se acercó a la línea divisoria. "Estaba nervioso y con muchas esperanzas. Llevaba a mi hija en brazos y corrieron lágrimas. Fue un momento muy emotivo y nos alegramos mucho de haberlo logrado", rememoró.

El ansia de libertad era más fuerte que el miedo que tenían, explicó Sabine, de hecho, los Sobel ya habían intentado escapar a través de la frontera yugoslava. "En dos ocasiones nos dieron el alto policías de frontera y sólo pudimos continuar y evitar que nos detuvieran con una buena excusa", rememoró. La nueva vida comenzó de inmediato. Los alemanes orientales fueron acogidos en Austria e inmediatamente trasladados a Baviera, en la Alemania Federal.