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Google borra del mapa al régimen sirio
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AL ASAD ATACA AL BUSCADOR POR CAMBIAR LOS NOMBRES DE LAS CALLES

Google borra del mapa al régimen sirio

La tecnología no es neutra. Y parece que Google se ha decantado por apuntalar la retaguardia de la oposición siria. Mientras el presidente Bachar al Asad

Foto: Google borra del mapa al régimen sirio
Google borra del mapa al régimen sirio

La tecnología no es neutra. Y parece que Google se ha decantado por apuntalar la retaguardia de la oposición siria. Mientras el presidente Bachar al Asad se empeña en sofocar la rebelión a sangre y fuego, los mapas del mayor buscador de Internet están borrando todo vestigio de la dinastía del mandatario, enraizada en el poder durante las últimas cuatro décadas. Los nombres de las calles relacionados con el régimen están desapareciendo, en algunos casos sustituidos por los de víctimas de la represión de las fuerzas sirias.

El enviado de Damasco a las Naciones Unidas, Bachar al Jafari, llevó esta semana la polémica a la Asamblea General del organismo multinacional. “¿Para qué tiene Google que cambiar el nombre de las ciudades sirias?”, preguntó el representante sirio. “Es una flagrante violación de las disposiciones de la Asamblea General de la ONU, ya que la resolución de la Liga Árabe defiende la permanencia de la nomenclatura geográfica”, añadió. Sólo unos días antes, el veto de China y Rusia impidió al Consejo de Seguridad de la organización aprobar una resolución que condenaba la violencia de las tropas de Al Asad e instaba al presidente a delegar el poder en su vicepresidente.

Pese a los tímidos esfuerzos diplomáticos por frenar la violencia, el Ejército sirio ha incrementado la represión hasta sumir el país en una verdadera guerra civil. Los muertos ya ni se cuentan en la ciudad de Homs, donde los bombardeos diarios preceden al rutinario parte de la oposición en el que figuran decenas de fallecidos. Los rebeldes se dividen en una rama política -a su vez segregada en un grupo interno y en otro externo- y en otra armada, formada principalmente por militares desertores de las Fuerzas Armadas. El complejo equilibrio étnico añade un factor sectario a los enfrentamientos. Sólo la minoría alauí, a la que pertenece el presidente, apoya sin fisuras a Al Asad, mientras que la mayoría suní se ha puesto al frente de las protestas. Detalles sobre los que Damasco pasa de puntillas, que acusa sistemáticamente a los opositores de ser “terroristas financiados por el exterior”.

Google es la nueva pieza del vago argumento de la “injerencia externa”. Pero son los propios activistas sirios los que promovieron esta iniciativa. Conscientes de su inferioridad militar, lanzaron a través de las redes sociales esta campaña para desgastar al Gobierno. Cualquier usuario con una cuenta en Google podía acceder a la aplicación Map Maker y modificar el nombre de las calles, aunque para ello necesitara la autorización de un moderador, al igual que ocurre con Wikipedia. El líder opositor en el exilio Rwadan Ziadeh defendió el “derecho de rememorar a los mártires para construir la nueva historia”. Desde la compañía no se quisieron pronunciar y las únicas declaraciones de la portavoz Deanna Yick, recogidas por el Washington Post, señalan que los mapas de Google están elaborados con la ayuda de “una gran cantidad de autoridades” y que la cartografía “está cambiando constantemente, según la nueva información disponible”.

Un arma ya utilizada

Internet ha tenido una importancia capital en los distintos países sacudidos por la Primavera Árabe. Los jóvenes se movilizaron a través de las redes sociales para demostrar su fuerza en las calles. El propio ejecutivo de Google, Wael Ghonim, arengó a los egipcios desde su página de Facebook para acabar con el régimen de Hosni Mubarak. Durante la reciente guerra libia, el gigante informático también rebautizó la Plaza Verde de Trípoli por la Plaza de los Mártires. Fue en el mes de agosto, cuando las tropas de Gadafi todavía resistían las embestidas de las milicias rebeldes apoyadas por la aviación de la OTAN. Todo un presagio de lo que ahora ocurre en Siria.

Los activistas antigubernamentales se han servido de los teléfonos móviles y de Youtube para mostrar al mundo la barbarie de las fuerzas de Al Asad, ante el hermetismo del régimen. El veto a los periodistas extranjeros permitió que la Red se convirtiera en la única vía de información para el gran público durante meses y ahora uno de los gigantes de Internet se ha puesto de su lado. Bajo ese impulso, algunos opositores arriesgan sus vidas en la asediada ciudad de Homs, vigilada por la tensa mirada de los francotiradores, para cambiar los carteles de las calles de Al Asad por otros que honran a la revolución siria. 

La tecnología no es neutra. Y parece que Google se ha decantado por apuntalar la retaguardia de la oposición siria. Mientras el presidente Bachar al Asad se empeña en sofocar la rebelión a sangre y fuego, los mapas del mayor buscador de Internet están borrando todo vestigio de la dinastía del mandatario, enraizada en el poder durante las últimas cuatro décadas. Los nombres de las calles relacionados con el régimen están desapareciendo, en algunos casos sustituidos por los de víctimas de la represión de las fuerzas sirias.