El español que recauda fondos para Obama

“En los Estados Unidos, la meritocracia es ley”. La carrera de Juan Verde (Telde, 1971) da fe de esta máxima. Sin duda, este empresario, exsubsecretario adjunto para Europa y Eurasia del Departamento de Comercio norteamericano y actual codirector internacional de la campaña de reelección de Barack Obama, figura entre los españoles que han vivido en sus carnes el sueño americano: sus comienzos en EEUU fueron tan humildes como la familia canaria en cuyo seno se crió.

El “primer español de la Administración Obama” -como le definió la embajada estadounidense-, pisó la tierra prometida por primera vez a los quince años, en un viaje de verano a Boston para aprender el idioma. Aquel verano se transformó en un curso, gracias a la generosidad de sus padres de acogida, y el curso, beca mediante, en una carrera universitaria. No desaprovechó la oportunidad. Licenciado cum laude en Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales por la Universidad de Boston, completó sus estudios con un máster de Administración Pública en Harvard. Fue en aquellas aulas donde se gestó su dilatada trayectoria como asesor político.

“Empecé a colaborar en campañas municipales mientras estudiaba, porque siempre tuve mucha inquietud por la política. De hecho el primer libro que leí fue la biografía de (John F.) Kennedy. Un asesor del alcalde de Boston, un cubano-americano, fue mi mentor, la persona que plantó la semilla. Aquel hombre era un visionario, el primero que entendió la importancia que iba a tener el voto hispano. Así, en 1992, formé parte de uno de los primeros equipos que comenzó a trabajar en bloque para atraer a los votantes hispanos”, cuenta a El Confidencial.

“Los 7 millones de americanos en el extranjero pueden marcar la diferencia”

Desde entonces, Verde ha colaborado en catorce campañas demócratas, entre las que destacan las de Ted y Joe Kennedy, Bill Clinton, Al Gore y John Kerry, siempre centrado en la captación del voto de los 50 millones de hispanos que hay en EEUU, cuyo apoyo “es crucial para Obama”. Su dilatada experiencia no merma la dificultad del reto que tiene ante sí: diseñar la primera campaña global demócrata para movilizar a los siete millones de estadounidenses que viven fuera del país y recaudar sus donaciones. Para ello deberá viajar por todo el mundo, aunque ha fijado su base de operaciones en Ourense porque acaba de casarse con la hija menor del diseñador Adolfo Domínguez. La meta es obvia: lograr que Obama se convierta en el primer presidente de la historia norteamericana que consigue la reelección con el desempleo disparado (superior al 9%) y altos índices de rechazo popular (rondan el 50%, según Gallup). 

 “Es la primera vez que se hace un esfuerzo global, porque creemos que las elecciones van a ser muy reñidas. En 2000 perdimos por 535 votos (…). Hay una comunidad de siete millones de americanos (expatriados) que tradicionalmente no han participado en el proceso electoral, y que suelen ser demócratas. Es un segmento que no se ha sabido explotar. Podrían marcar la diferencia”, opina Verde. ¿Es posible, entonces, la reelección de Obama? “Hay muchos motivos para ser optimistas. En primer lugar, sabemos que la gente vota con la mano en el bolsillo. El desempleo lleva bajando 19 meses consecutivos y llevamos 25 meses de crecimiento económico. En segundo lugar, hay graves diferencias ideológicas en el Partido Republicano. Creemos que el candidato será (Mitt) Romney pero, al igual que sus principales rivales, se ha ido escorando hacia la derecha más radical. Eso le pasará factura cuando intente volver al centro”.     

Las elecciones más caras de la historia

Puede que los sondeos sobre la popularidad del presidente extiendan un velo pesimista sobre los votantes demócratas. Tras colaborar en 14 campañas (incluida la de 2008, que inició en el comité de Finanzas de Clinton para, tras su retirada, ser fichado por Obama y participar en el diseño de la estrategia y en la captación del voto expatriado), Verde dice que, si algo ha aprendido, es que las estadísticas “no dicen nada”. Tampoco le amedrenta la posibilidad de una derrota. Perdió en 2000 con Al Gore (“en una campaña con irregularidades” para la cual abandonó temporalmente su puesto como director general para Latinoamérica del Corporate Executive Board), pero el excandidato le brindó su amistad, el apodo de John Green y el encargo de desarrollar su proyecto mundial contra el cambio climático (figura destacada en la promoción de inversión en tecnologías verdes, fundó y presidió en España hasta 2009 el Proyecto Cambio Climático). También con Kerry, en 2004, cuando regresó a España para dirigir la campaña en el extranjero.

Ganar la guerra de la recaudación parece una tarea menos complicada. El actual inquilino de la Casa Blanca y su Partido Demócrata recaudaron alrededor de 68 millones de dólares solo en el último trimestre de 2011, frente a los 24,2 millones que consiguió Romney. La campaña cuenta ahora con 1,3 millones de contribuyentes, incluyendo a 200.000 personas que aportaron fondos por primera vez en los últimos tres meses del pasado año. “Esto responde a que Obama logró democratizar el sistema de financiación (de campañas), que hasta entonces estaba en manos de unos pocos, como grandes compañías o lobbies, al utilizar las redes sociales. Eso tiene un poder increíble. Yo he tenido entre mis manos un cheque de cuatro dólares de una jubilada. No importa tanto la cantidad (la aportación media es de 100 dólares) sino el compromiso que adquiere. Esa persona ha invertido en ti. Y te diré algo: estas van a ser las elecciones más caras de la historia. La meta del Partido Demócrata es recaudar 1.000 millones de dólares”, concluye.