Italia se encomienda a Mario Monti para salvar al país del rescate

Un nombre pasó ayer al menos una vez por boca de todos italianos. El recién nombrado senador vitalicio Mario Monti se perfila como salvador indispensable del país al frente de un gobierno técnico. Lo señaló el presidente de la República y lo confirmó el dimisionario Silvio Berlusconi que lo calificó de “elección indispensable”. Este hecho supuso un calmante para los mercados, aunque el camino para que el llamado Súper Mario -recibido ayer por el propio Napolitano- ocupe el puesto de primer ministro no parece de rosas.

Aunque las posiciones parecen más cercanas, todavía existen amplias divergencias en algunos partidos políticos. En primer lugar, dos partidos minoritarios -Liga Norte e Italia de los Valores (IDV)- mostraron abiertamente su oposición a apoyar a este Gobierno. El líder de IDV, el exjuez estrella Antonio Di Pietro, se mostró rotundo en este sentido, aunque indicó que su formación podría votar a favor de determinadas medidas que crean conveniente. La página web de esta formación se llenó de mensajes dirigidos a Di Pietro reclamando que reconsiderase su posición.

Por su parte, el delfín de Berlusconi, Angelino Alfano, se mostró también contrario a un gobierno técnico, aunque con salvedades. El secretario general del PDL afirmó pese a todo que acatarían la decisión del presidente Giorgio Napolitano. La posición de Alfano sin embargo no oculta las discrepancias en un partido con muchas fisuras y con muchas voces internas clamando por el apoyo al Gobierno Monti, entre ellas la del presidente saliente Silvio Berlusconi.

Mientras tanto, el protagonista del momento es Mario Monti. Este lombardo de 68 años es un hombre respetado tanto en su país como en Europa, donde se le recuerda por su paso como comisario de Mercado Interior y de Competencia. En esta última cartera fue responsable de la maximulta contra Microsoft por abuso de la posición dominante en el mercado. Asimismo, entonces también se tuvo que enfrentar al gigante General Electrics en su fallido intento de compra de Honeywell.

A su carácter europeísta se le suma un currículum envidiable, motivo oficial por el que Giorgio Napolitano le ha nombrado senador vitalicio. Este economista, ya sonó en 1994 -tras la primera caída de Berlusconi - para guiar un ejecutivo de unidad, cuestión que entonces no fraguó. En el campo académico es bien considerado siendo primero rector y ahora presidente de la prestigiosa escuela de Economía Luigi Bocconi, en la cual cursó parte de sus estudios (más tarde completaría su formación en la estadounidense Yale).

“Un trabajo enorme por hacer”

Mario Monti también ha sido consultor internacional para Goldman Sachs (al igual que su compatriota Mario Draghi) y forma parte de la Trilateral y del comité directivo del controvertido club Bilderberg. Este último punto ha sido aprovechado en los últimos días por algunos diputados contrarios a su nombramiento como primer ministro. Su labor también se ha visto desempeñada en ámbitos como los consejos de administración de Fiat, BCI y Seguros Generali.

“En Italia hay un trabajo enorme por hacer”, indicaba el Monti durante un congreso celebrado en Berlín el día de su nombramiento. Quitar privilegios, reformas estructurales y, por supuesto, defensa cerrada del euro, son los puntos principales defendidos en el programa que se asocia al nuevo senador.

Aunque oficialmente no se ha postulado para el cargo, sus opiniones durante la crisis dejaron huella. En Il Corriere della Sera, tras la crisis de la deuda en agosto dejaba caer la necesidad de medidas. “[Berlusconi y sus socios] han aceptado, en sustancia, un gobierno técnico. Las formas se guardan y los ministros permanecen en su cargo, pero las principales decisiones las toma un gobierno técnico supranacional y, se podría decir, mercadista”.

Los mercados bailan al son de 'Súper' Mario

Las crecientes expectativas por un Gobierno Monti aflojaron la soga que los mercados habían colocado alrededor del cuello de Italia. La prima de riesgo, todavía en límites prohibitivos, por encima de los 500 puntos, aunque la Bolsa de Milán cerró en números negros después del caos reinante en los últimos días.

Por su parte, el Banco Central Europeo también acudió a apagar el fuego, comprando 900 millones de deuda italiana, en un día en que el Estado transalpino logró colocar 5.000 millones de euros en emisiones a tres meses y a un año. Sin embargo, pese a recibir este respiro la ha tenido que colocar a precios prohibitivos y con pocas posibilidades de mantenerse.

Los gobernantes extranjeros también intentaron bajar la tensión sobre Italia. De esta manera, la canciller Angela Merkel saludó el buen camino iniciado por el país, al que advirtió que debe darse prisa en actuar, mientras que el presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, mostró su apoyo a Giorgio Napolitano con una llamada telefónica.

Mientras tanto, las malas noticias continuaron en el terreno económico debido a las previsiones de crecimiento de otoño de la Comisión Europea. Italia decrecerá un 0,2% en el último trimestre del año, mientras que las expectativas para 2012 auguran que el crecimiento permanezca estancado.

El camino iniciado parece que finalizará tras la aprobación de los presupuestos de 2012 este fin de semana con la maxienmienda reclamada por Bruselas. Al final de ese camino cada día se dibuja más clara la silueta de Mario Monti.