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El director de la Fundación de CDC, primera víctima de la imputación de Oriol Pujol
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POR UN EDITORIAL SOBRE LA DIMISIÓN DEL ‘HEREU’

El director de la Fundación de CDC, primera víctima de la imputación de Oriol Pujol

Las trifulcas en las filas del nacionalismo catalán se han cobrado ya su primera víctima: el director de la fundación CAtDem, vinculada a Convergència Democràtica de

Foto: El director de la Fundación de CDC, primera víctima de la imputación de Oriol Pujol
El director de la Fundación de CDC, primera víctima de la imputación de Oriol Pujol

Las trifulcas en las filas del nacionalismo catalán se han cobrado ya su primera víctima: el director de la fundación CAtDem, vinculada a Convergència Democràtica de Catalunya (CDC), Agustí Colomines, anunció ayer su dimisión. “Llega un momento en la vida en que crees que has de cambiar”, comienza un artículo que ayer publicó en la web de la entidad. Y más adelante da la clave de su abandono: “Ha llegado la hora de pasar el relevo a otro para dedicarme a la batalla de las ideas desde una posición diferente, más acorde con mi voluntad de independencia política”.

Es esta una afirmación con una carga de profundidad contra el encorsetamiento que supone dirigir una fundación vinculada estrechamente a un partido político y que ha de obedecer sus consignas. La CatDem no ha tenido especiales desencuentros con Convergència. Pero la coyuntura política del momento exige un seguidismo que Colomines se negaba a aceptar: el pacto político entre CiU y ERC, las informaciones sobre escándalos que afectan a dirigentes nacionalistas y, como puntilla, la imputación de Oriol Pujol son cuestiones que CDC quiere controlar muy de cerca y al detalle. Y la Fundación, obviamente, no puede ir por libre. 

El día anterior, Colomines había publicado un editorial donde arremetía contra ERC por sembrar la semilla de la discordia entre CDC y Unió Democràtica (UDC) debido a que “no sabe estar a la altura de las circunstancias y actúa con un partidismo excesivo”. Pero analizaba especialmente la dimisión de Pujol de sus cargos de secretario general de CDC y de presidente del grupo parlamentario de CiU tras ser imputado en el caso ITV. Y su análisis sentó como un tiro en la cúpula convergente. “La opinión de la Fundación no es la del partido y no la compartimos”, subrayaba a El Confidencial un miembro de la cúpula de Convergència. En el artículo, indicaba que la imputación de Oriol Pujol era el “golpe de gracia” a CiU tras los diversos avatares que ha vivido desde el verano: batacazo en las urnas, guerra sucia contra Artur Mas y Jordi Pujol en la campaña electoral e imputación de algunos dirigentes en tramas corruptas.

Un independiente en la Corte

Agustí Colomines no es un hombre de Convergència. El propio Artur Mas le ofreció dirigir la fundación en un momento en que su hoja de ruta era la creación de la Casa Grande del Catalanismo, donde pensaba congregar a un amplio espectro de la sociedad catalana, desde el independentismo hasta el nacionalismo más moderado. Se convirtió, así, en  un independiente en la Corte de Artur Mas. Quizá uno de los cerebros que debía dar una pátina de transversalismo al proyecto de esa Casa Grande. Y uno de los de esa hoja de ruta de Mas, puesto que era el líder del think tank de las ideas convergentes.

Las trifulcas en las filas del nacionalismo catalán se han cobrado ya su primera víctima: el director de la fundación CAtDem, vinculada a Convergència Democràtica de Catalunya (CDC), Agustí Colomines, anunció ayer su dimisión. “Llega un momento en la vida en que crees que has de cambiar”, comienza un artículo que ayer publicó en la web de la entidad. Y más adelante da la clave de su abandono: “Ha llegado la hora de pasar el relevo a otro para dedicarme a la batalla de las ideas desde una posición diferente, más acorde con mi voluntad de independencia política”.

Oriol Pujol