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Los transportes públicos de Barcelona deben a los bancos 250 millones de euros
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LAS ADMINISTRACIONES NO HAN PAGADO LO QUE DEBÍAN

Los transportes públicos de Barcelona deben a los bancos 250 millones de euros

Los transportes públicos de Barcelona tienen un agujero de 250 millones de euros. El presidente de la empresa pública Transportes Metropolitanos de Barcelona (TMB), Joaquim Forn,

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Los transportes públicos de Barcelona deben a los bancos 250 millones de euros

Los transportes públicos de Barcelona tienen un agujero de 250 millones de euros. El presidente de la empresa pública Transportes Metropolitanos de Barcelona (TMB), Joaquim Forn, advertía ayer que la situación era “complicadísima” y que por eso la compañía se veía obligada a recortar hasta 56 millones de euros en sus presupuestos de este año. Y, de ellos, unos 14 millones serán en salarios, lo que los 8.000 trabajadores de autobuses y Metro no están dispuestos a aceptar.

Las plantillas de ambos transportes realizaron ayer dos asambleas y dos manifestaciones, una por la mañana y otra por la tarde, por el centro de Barcelona para acabar en la plaza Sant Jaume, donde está el Ayuntamiento. Allí, entregaron un manifiesto a Forn en el que rechazan los recortes, piden el mantenimiento de las plantillas y exigen el reingreso de 36 trabajadores despedidos que llevaban dos años como temporales en autobuses. Y, al mismo tiempo, solicitan los datos financieros de la compañía y que se hagan públicos los salarios de los altos ejecutivos. En las asambleas, además, los empleados votaron un paro conjunto el próximo 27 de febrero, fecha de la inauguración del Congreso Mundial del Móvil.

“No puede ser que nos quieran recortar los salarios y no sepamos lo que ganan los altos cargos. Además, se han pagado 120 millones de euros por trabajos externos y exigimos saber en qué se ha ido ese dinero. Lo menos que se puede pedir a la empresa es transparencia”, señaló a El Confidencial Miguel Ángel Arias, delegado de UGT y presidente del comité de empresa de autobuses.

Los empleados se quejan de que “en los últimos años, se metieron dentro un montón de directivos cuya labor no está del todo clara. Además, se compran autobuses y se crea un canal de televisión mientras por otro lado se quieren recortar gastos. Y, por último, suben las tarifas del transporte, por lo que ese dispendio se quiere hacer pagar exclusivamente a los trabajadores y a los ciudadanos”.

Pero la empresa tiene también sus razones para acometer un plan de adelgazamiento de sus gastos. “Durante los tres últimos años, las administraciones han diferido las partidas destinadas a transportes”, dice a este diario una fuente oficial de TMB. En otras palabras, se han retrasado en el pago. Además, para este año, la aportación del Estado ha disminuido considerablemente mientras que la de la Generalitat será más o menos igual que otros años y la del Ayuntamiento sube. También sube la recaudación prevista por venta de billetes un 8%, pero eso no llega para mantener el nivel de gastos. Ante este panorama, “los operadores han de reducir los costes intentando que no afecten al servicio y que afecten lo mínimo al personal”.

Lo cierto es que el retraso de la financiación pública durante los tres últimos años ha forzado a la Autoridad del Transporte Metropolitano (ATM), organismo público del que depende TMB, a buscar vías de financiación alternativas. Y para no endeudarse el organismo, traspasó la patata caliente a las compañías de transportes que tiene y que son las que han tenido que ir pidiendo créditos bancarios para sobrevivir. Estas compañías son Transports de Barcelona (de ella dependen los autobuses), Ferrocarril Metropolità de Barcelona (de ella depende el Metro) y Projectes i Serveis de Mobilitat (de ella depende el servicio del teleférico de Montjuïc).

“Ya hubo un recorte de 79 millones”

Así se llegó a un agujero de 250 millones de euros. “En este trienio, se han ido recortando gastos hasta 79 millones de euros sin afectar al servicio ni, por supuesto, al personal. Ese recorte se realizó mediante la renegociación de contratos, la búsqueda de nuevos proveedores o el cambio del suministrador de la electricidad, por ejemplo. Pero al mismo tiempo, en los últimos 4 años, el salario de los trabajadores subió alrededor del 12%, conforme estaba estipulado en convenio. Y, como no había partidas de dinero público, sino sólo la promesa de que se pagaría, TMB tuvo que negociar créditos, siempre con la supervisión de la ATM”.

Aseguran las fuentes que las condiciones de los créditos son inmejorables y que la devolución está asegurada, porque la Administración ha de pagar el dinero correspondiente y, por tanto, es garante. Pero la situación de liquidez es alarmante. “En autobuses, el convenio prevé un alza salarial en torno al 5% y en Metro ya se verá, porque se está negociando su convenio, aunque seguramente deberá subirse el IPC. Pero en estos momentos la compañía no puede asumir esa alza porque no hay dinero para pagarla. El sistema que habíamos utilizado en los últimos años nos dio resultado, pero ya no podemos seguir pidiendo créditos a los bancos. Ya no hay margen para un mayor endeudamiento. En el 2012 hay que apretarse el cinturón y buscar una solución diferente”.

Además, hay otra razón de peso: “El paquete de medidas urgentes de contención de déficit aprobadas por el Gobierno de Mariano Rajoy afecta a todo el sector público. Estas medidas prevén recortes generalizados. Y como nosotros recibimos financiación del Estado, nos afecta. Luego, un artículo en la Ley de presupuestos de la Generalitat para este año, hecho especialmente para transportes, obliga a las empresas que reciban subvenciones a recortar en personal por lo menos en la medida que lo haga la propia Generalitat, so pena de recibir una sanción. Y esa sanción se traduciría en recortar las subvenciones. Por tanto, legalmente TMB está obligada por varios frentes a acometer recortes incluso en personal”, aseguran fuentes oficiales a El Confidencial.

Los comités de empresa de autobuses y Metro no lo ven así. Creen que se pueden rebajar sueldos políticos y recortar gastos superfluos que no afectan a la calidad del servicio antes que tocar el salario de los empleados. Ambos comités se reúnen esta mañana para decidir qué harán en el futuro. Pero encima de la mesa tienen una propuesta dura: proponer una nueva asamblea conjunta la próxima semana y comenzar las protestas con paros simultáneos en Metro y autobuses a partir de la próxima semana. La situación, pues, está que arde.

Los transportes públicos de Barcelona tienen un agujero de 250 millones de euros. El presidente de la empresa pública Transportes Metropolitanos de Barcelona (TMB), Joaquim Forn, advertía ayer que la situación era “complicadísima” y que por eso la compañía se veía obligada a recortar hasta 56 millones de euros en sus presupuestos de este año. Y, de ellos, unos 14 millones serán en salarios, lo que los 8.000 trabajadores de autobuses y Metro no están dispuestos a aceptar.